Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 19 de mayo de 2017

CAPÍTULO 75

                             
          
                              EL TORMENTO CONTINUA

Marlene entra en el cuarto infantil y comienza a abrir una caja de artículos de bebé.
- ¡Mañana!- Rebecca le expresa pasando sus dedos por el pelo de Marlene.     
- ¿Has desayunado?- Pregunta Marlene sentada en una caja en el armario. 
- Pensé que dormirías algo más.-   Habla Rebecca mientras se ata el cinturón de la bata. 
- Realmente me gustaría terminar con esto como habíamos planeado.- Marlene le explica con seriedad.
- Bien, pero yo no quiero que él lo note.- Señalando hacia la tripa de Marlene.  
- Además voy a estar aquí para ayudar.- Rebecca se acerca y la abraza.
- ¿Por qué no vuelves a la cama?- Le ordena en forma de pregunta a Rebecca.
- Ya estoy vestida, descansada y lista para poner la habitación de Mateo en orden.-  Sonríe con alegría acariciando su vientre. Rebecca bosteza.
- Me voy a vestir y tomar un café.- Se apresura a regresar a la habitación, ponerse un par de pantalones vaqueros desgastados y una camiseta. Luego se dirige a la cocina y prepara su café y lo bebe a sorbos mientras camina a la puerta principal y recupera el periódico del porche delantero.
- ¡Oh! ¡Buenos días Ruth!-  Saluda a Ruth que está sacando una olla del mueble.
- ¡Buenos días! ¿Flakes de avena?-  Le pregunta.    
- Está bien.-  Responde desplegando el periódico.
- Voy a visitar a un amigo durante el día  y volveré mañana por la tarde.- Le dice mientras pone el agua a hervir y retira dos cuencos de la estantería y los deja en el mostrador.
- ¡Ah bien! ¿Necesita un descanso?-  Ruth sonríe.
- Mi amigo pasará a recogerme después.- Agita la caja de avena y la vierte en el recipiente para Rebecca.
- ¿Marlene se unirá a nosotros?-  Pregunta con la expectativa de preparar más desayuno.
- Ella está en la guardería, quiere poner todos los elementos hoy.- Rebecca contestó poniendo el periódico. Se levanta y se acerca hasta el pie de las escaleras. - ¡Marlene! Ruth tiene listo el desayuno.- Marlene baja por las escaleras y se sienta al lado a Rebecca.
- Me iré temprano.-  Ruth mira a Marlene colocando un cuenco de avena en frente de ella.
- Sospecho que ustedes dos estaréis ocupadas. Dejaré preparado el almuerzo antes de irme.-   Le recuerda.
- ¡Está bien!- Marlene contesta cogiendo parte del diario de Rebecca. Terminan el desayuno y se mueven hacia las escaleras y a la guardería. Rebecca abre una caja buscando un pequeño conejo de peluche blanco con un lazo azul atado alrededor de su cuello y se lo ofrece. – Creo que lo sabías.- Le dice Rebecca mirando el carbón de ojos negros del conejo.          
- Instinto maternal.-  Le responde organizando los animales del zoológico de peluches.
- ¿Por qué no me lo dijiste?- Ella preguntó.
– Porque sé lo mucho que querías una niña, sólo es que tenía esa extraña sensación de que era un niño.- Ella sonríe con la respuesta.
- Lo que me alegra es que esté sano.-  Comenta y pone su cabeza en el hombro de Marlene. Colocaron los recortes de animales alrededor por la pared por encima de la cuna había una jirafa estrafalaria, un cachorro de león, un hipopótamo bailando y un elefante con un tronco largo.
- Se ve bien ahí.- Bromea Marlene, Rebecca lo endereza un poco.
- ¿Eso es un tiovivo?- Pregunta Rebecca al sacarlo Marlene del paquete.
- ¡Lo es!-  La mano de Rebecca lo toca haciendo girar los animales del juguete. Rebecca se apoya en la barandilla de la cuna, Marlene toca uno de los animales en el tiovivo.
- Espero que a él le guste.- Sonríe al verlo girar. El brazo de Rebecca descansa en la cintura de Marlene.
- Yo sé que le gustará, que va a ser inteligente, talentoso y mundano.- Rebecca le asegura, ambas se ríen.
- La ropa del bebé.- Marlene se anima. - Ni siquiera la hemos comprado.- Dice mirando a Rebecca.
- Tengo que pasar por LCL, podríamos ir de compras después.- Le responde agarrando a Marlene por las manos.
- ¿Después del almuerzo?-  Le pregunta.
– Perfecto.- Rebecca ratifica.
- Pero primero.- Ella la abraza, sus labios tocan la boca de Rebecca. - Quiero hacer el amor.- Rebecca responde seria. - ¿Ahora?- Marlene le pregunta empujándola contra la pared.
- ¡Ahora!-  Musita. Marlene con su dedo índice  comienza a trazar el contorno de los labios de Rebecca, ella con su mano levanta la barbilla con firmeza, Rebecca le ruega.     - ¡Marlene!- Unen sus labios en un prolongado beso, sus lenguas se acarician en un suave paseo interno.
- ¿Así que quieres hacer el amor?- Los ojos de Rebecca siguen el movimiento de los labios de Marlene, se estira agarrando el labio inferior con los dientes,  se vuelven a besar apasionadas. Los suspiros se convierten en gemidos de la ansiedad sexual. Rebecca se separa.
- Creo que no debemos seguir. No tendremos tiempo si lo que querías es ir de compras.- Le menciona caminando hacia la puerta. Marlene no dice nada, rápidamente agarra a Rebecca por el bucle de la correa de los vaqueros balanceando su cintura.
- ¡No tan rápido!- Ella le sugiere, sosteniendo a Rebecca con fuerza.
- ¡Marlene! Realmente no debería.- La mira tratando de escapar.
- ¿Querías hacer el amor y ahora acabas de cambiar de opinión?- Le pregunta insinuándose. Rebecca se separa y ambas se van corriendo al dormitorio. Marlene la empuja a la cama.
- ¡Hmmm! Estamos un poco juguetonas esta mañana.- Expresa Rebecca, Marlene coge el lóbulo de su oreja entre los dientes.
– Te tengo justo donde yo quiero.- Marlene aprieta los brazos sobre Rebecca.  
- ¿El estar en la cama?- Ella se ríe, sus labios se reúnen nuevamente. Rebecca cede la iniciativa a Marlene que toma el control para hacer el amor, se arrastran bajo el calor de las mantas, se detienen un instante. - ¡Te amo!-  Rebecca mueve sus dedos a lo largo de la cadera de Marlene.
- Podría estar aquí todo el día contigo.-  Le dice con dulzura.
- Me gustaría que fuera así, pero tengo hambre, necesito pasar por LCL y quiero que me lleves de compras.- Marlene se da la vuelta sale de la cama y comienza a vestirse. Rebecca entra en el cuarto de baño para enderezar su cabello y aplicarse algo de maquillaje. Marlene abotona su camisa mirándose en el espejo y se aplica un poco de color labial, luego se cepilla el pelo.     
- Nos vemos por las escaleras.- Le dice a Rebecca que sonríe mientras coloca una pequeña cantidad de rimel en sus pestañas.
- ¿Qué hizo Ruth para el almuerzo?- Pregunta acercándose por detrás a Marlene.
- Filete Salisbury, verduras al vapor y panecillos.-  Le contesta recogiendo una nota dejada por Ruth con instrucciones para la calefacción. Comen discutiendo donde pasar la tarde de compras.
- Tengo que hacer un par de cosas en LCL primero. Nuestros huéspedes empezarán a llegar mañana.-  Rebecca le menciona en voz baja mientras montan y viajan hacia LCL.       
- ¿Quién está trabajando hoy? - Marlene pregunta curiosa.
- Nadie, solo quiero recoger algunos accesorios para el vestido de Emily y quiero estar segura de que las estaciones de todo el mundo estén en condiciones la mañana del lunes.- Marlene suspira.
- ¿No dijiste a todo el mundo ayer por la mañana que dejaran limpias las mesas?- Pregunta sabiendo la respuesta.
- ¡Lo hice!-  Ella abre la puerta del coche.  
- Sólo voy a estar unos pocos minutos, simplemente relájate.- Marlene ve como cierra la puerta y camina hacia el edificio. 

Marlene espera paciente mirando el reloj de pulsera.
- ¡Vamos Rebecca!- Murmura. Al cabo de un rato sale del vehículo y entra por la puerta delantera de LCL. 
- ¡Rebecca!- Llama sin obtener respuesta, mientras, camina por las escaleras hacia la oscuridad. - ¡Rebecca!- Llama de nuevo dando el interruptor de luz.
- ¡Sorpresa!- Escucha sorprendida, Marlene se lleva la mano al pecho por el impacto, luego sonríe ampliamente.
- ¡Rebecca Von Lahnstein!- Increpa con una risa, Rebecca arquea su ceja ofreciéndole un baño de bebé, Tanja la coge por el brazo y le ofrece sentarse, Emily le entrega un vaso de ponche,  Aarón, Kim, Ollie y algunos compañeros de trabajo colocan regalos a su alrededor. Biggi ha traído un pastel de chocolate alemán, su favorito, Kim le entrega un pedazo, Marlene está eufórica.
- ¡Muchas gracias a todos!-  Responde mientras empieza a abrir los regalos.
- ¡Rebecca!- Elisabeth la toma de la mano.
- Ve a sentarte junto a Marlene.-  Rebecca se sienta a su lado y le entrega un regalo  Natasha. Tristán se adelanta con un gran paquete.
- Mío y de Emily.-  Dio un paso atrás, Marlene y Rebecca lo abren juntas.
- Un asiento de coche, ¡Oh gracias!- Se miran la una a la otra.
- No hemos pensado en nada de esto.- Ellas están eufóricas, abrazan a los dos, abren todos los restantes regalos, todos situados alrededor de ellas. Luego comparten la tarta y el ponche, Rebecca le da un codazo a Marlene.      
- Supongo que no necesito llevarte de compras.- Marlene sonríe con brillantez. 
- Me habéis sorprendido, he venido engañada, sabía que no había nadie trabajando hoy, pero os doy las gracias a todos.- Ella se expresa en voz alta. 
Tristán y Aarón ayudan a Rebecca a cargar el coche. Había mantas, pañales, ropa de bebé, una silla de paseo y muchos otros accesorios listos para después del nacimiento de su bebé. 
- ¡Qué día más hermoso!-  Marlene sonríe feliz, Rebecca le echa un ojo. 
- Siempre me gusta sorprenderte.- Le dice con una sonrisa. Marlene acaricia suavemente su brazo.
- Esta vez lo has conseguido.- Ella se inclina apoyando la cabeza en su hombro.
- Esta noche, quiero relajarme en el estudio. ¿Qué tal una película, palomitas de maíz?-  Le pregunta a Marlene que levanta la cabeza de su hombro y sonríe.
- ¡Creo que me gustará!- Se detienen en el camino de entrada.
– Entra y preparas algo de cena mientras voy descargando el coche.-  Rebecca le propone besando su mejilla y comienza a sacar todos los regalos, va dejando en el vestíbulo los más grandes detrás de la puerta. Un mensaje de texto suena y saca su teléfono del bolsillo de los vaqueros.  “Espero poder verte” Lee el mensaje que acaba de recibir de Sofía, Rebecca hace una mueca, su pensamientos se retrotraen al beso entre ellas, mientras camina a su oficina cerrando la puerta, se sienta en su escritorio ella le envía un mensaje de vuelta. "Yo también. Buen viaje"  Suspira y apaga el teléfono,  se sienta en su escritorio.
- ¿Dónde estás?- Marlene pregunta  mientras abre la puerta de su oficina.
- ¡Uh! ¡No! En realidad, tenía que poner un par de cosas en el cajón de la mesa.-  Se pone de pie, sin decirle la razón por la que estaba en la oficina.
- ¿Estás bien? Te veo como enrojecida.-  Muestra preocupación al mencionarlo.
- Estoy bien, de verdad.-  Se acerca a ella y salen por la puerta.
- ¿Nos servimos la cena ahora?-  Marlene mira a Rebecca con extrañeza. Rebecca camina hacia afuera, hace una respiración profunda y termina de descargar el vehículo. Se sientan en la barra de la cocina a cenar.
- Apenas has tocado tu comida.- Marlene comenta mientras observa a Rebecca pasear el tenedor por el plato.  
– Estás algo rara desde que llegamos a casa.-  Comenta además, Rebecca se encoge de hombros.
- Sólo cansada esta noche, toda la emoción de esta tarde.- Ella deja el tenedor en la mesa.
- ¡Ok! ¿Prefieres ir a dormir? - Bebe un sorbo de agua mirando a los ojos de Marlene.
- ¡No! Yo prefiero acurrucarme contigo en el sofá con una buena película.- Ella insistió.
- Yo quiero que estés cómoda.- Marlene expresó. - ¡Ve! Voy a limpiar los platos, tú pon la película.- Le dice a Rebecca esbozando una sonrisa. Marlene deja irse a Rebecca que se va a poner la película en el reproductor de DVD,  se sienta a la espera de su compañía. Marlene entra tranquilamente en la sala y se acurruca junto a Rebecca, que pasa el brazo alrededor de su hombro para estar más cerca. Su nariz descansa en la curva del cuello de Marlene.
- ¿Es un nuevo perfume?- Rebecca le pregunta posando sus labios y saboreando el olor de su piel.
- Rebecca quiero ver la película.- Marlene responde algo molesta y se separa un poco de ella. Suspira y deposita el mando  remoto en la mesa de café. Rebecca mira intermitente la película tratando de no pensar en su extraño comportamiento con Marlene en la cena. No hace más que pensar en la llegada de Sofía al día siguiente y unas muy esperadas reuniones y  conversaciones que tendría sobre la moda. Pero la realidad real era el beso que Sophia había intentado en la forma de cómo iba a decirle a Marlene la verdad. Rebecca busca en su mente una y otra vez explicarle que quiere contratar a Sophia como prioridad, pero la indecisión sobre no ser honesta con Marlene pesa sobre su mente.
- ¿Estás disfrutando de la película?- Ella susurra a Marlene.
- ¡Lo estoy!- Rebecca la mira con preocupación, Marlene coge el control remoto y la detiene.
- ¿Qué te pasa Rebecca? Has estado distante e indiferente toda la noche. ¿Sucedió algo en la fiesta del bebé que no me has dicho?-  Ella se pone muy inquisitoria.
- ¡No! Nada en absoluto.- Ella sonríe haciendo una mueca.
– Entonces. ¿Qué es? ¿Estás nerviosa por Katherine o la Señora Van Dorn?-  Le pregunta colocando su mirada en los ojos de Rebecca a la espera de una respuesta. Rebecca la mira y traga saliva.
- Sí, estoy nerviosa, siento que mi familia me mira de cerca y si puedo asegurar la contratación de Sophia entonces sé que habré hecho una declaración.- Ella habla con franqueza pero mantiene oculto el hecho de que hay más que eso.
- Rebecca hemos tenido esta conversación antes. Se ha hecho un trabajo excelente, Angelo, Emily lo están haciendo bien y su colección final es bien aceptada, da un poco de crédito.-  Le suplica.
- ¡Tienes razón! Me preocupo mucho, pero…- Marlene interrumpe.
- No hay peros al respecto Rebecca te irá bien sólo tienes que confiar en ti misma y no perder la confianza en tus capacidades.- Ella le asegura alzando la mano a la cara y acariciándola.
- Estoy muy cansada. Si me disculpas.- Ella deja la sala y sube al piso de arriba.

Elisabeth se sienta en el estudio terminando el último informe mensual de la Lahnstein Corp. Bebe su café y se retira las gafas, descansando así los ojos, Rebecca entra sin avisar.
- ¡Oh! Rebecca eres tú, por favor, toma asiento. ¿Café?- Se sirve una taza.  Mira a Elisabeth con la tristeza dibujada en su rostro.
- Rebecca ¿Está todo bien? Te veo molesta.- Elisabeth preguntó.  
– ¡Lo estoy!-  Replica ella.      
- ¿Marlene? ¿Es ella, el bebé está bien?- Elisabeth pregunta con calma.
- Marlene y el bebé están bien.-  Le contesta.  
- Pero tengo un dilema, supongo que se podría decir y que implica a Sophia Van Dorn.-  Apoya sus dedos en la sien frotándola intentando hacer saber a Elisabeth lo que no había sido capaz de decirle a Marlene. Elisabeth se pone de pie y sale de detrás de la mesa, se sienta en la silla junto a Rebecca.
- Para poder ayudarte,  debo saber lo que está pasando.- Le transmite.
- Cuando fui a Bruselas, me reuní con Sophia, después de la cena…-  Suspira y duda. -  Ella me invitó a su habitación casi me obligó, hablamos de LCL y ella me besó.-  Comenta Rebecca mirando Elisabeth sin comprender.
– Continúa.- Le dice a una Rebecca en estado de ansiedad.
- No tenía ni idea de que pasaría fue muy repentino y yo, le dije que estaba felizmente casada y esperando un bebé.- Elisabeth toca su brazo.
- Te imagino en un paraíso. ¿Lo sabe Marlene?-  Le pregunta viendo la ansiedad en su rostro.
- ¡No!- Rebecca baja la cabeza mirando a otro lado.
- ¿Hay alguna razón para no ser sincera con ella? ¿Hay alguna agenda oculta que tengas hacia la señora Van Dorn?-  Ella le pregunta apretando el antebrazo de Rebecca.
- No tenía idea de que ella era así. Me dijo que es bisexual. Ella y su esposo estaban en desacuerdo sobre sus preferencias y se divorciaron. Creo que ella me quería por el estado de ánimo en que se encontraba, yo no sé Elisabeth, yo nunca le di una pista de que me interesaba. Amo a Marlene profundamente y nunca haría nada para lastimarla.-  Le cuenta con honestidad. Elisabeth se sirve otra taza de café.
- Creo que tienes que decirle a Marlene la verdad y cuanto antes, mejor.-  Le aconseja revolviendo la crema en su café.
- He pensado en ello muchas veces, pero nunca parece ser el momento adecuado.-  Declara. Elisabeth piensa brevemente.
- ¿Hay más? Es evidente que no me has dicho todo.- Ella sonríe en un intento de relajarse para ella.
- Tengo muchas ganas de contratar a Sofía como diseñador jefe de LCL y he trabajado muy duro para conseguir su presencia asistiendo al día de moda. Creo que podría inspirar nueva vida a LCL y que seamos una de las principales marcas a nivel mundial.- Le comenta su proyecto. Elisabeth deposita la taza sobre la mesa.
- LCL ha logrado eso bastante bien y debo decir que estamos en la pelea ya mucho tiempo.-  Rebecca se pone de pie.
- Estoy de acuerdo en que saben de nosotros en todo el mundo conocido, por no hablar de prestigio, pero tenerla haría que fuese aún mejor.-  Argumenta premiosa.
- Puedo ver ese punto, pero debes mantener las cosas claras con Marlene.- Elisabeth es clara. Rebecca interviene.
- La verdad es que si le digo a Marlene lo que pasó, sobre todo después de todo el trabajo tan duro, va a enojarse y no confiará en mí plenamente, no quiero sembrar esa duda.- Rebecca da una respuesta emocional.  
- Estás en un lugar difícil, pero sinceramente no has dado a Marlene la oportunidad de decir lo que piensa. ¿Estás esperando para asegurar la señora Van Dorn antes de decírselo a Marlene?-  Rebecca no habla, piensa.
- ¿Una mala estrategia?- Finalmente cuestiona. Elisabeth se sonríe.
- ¡Rebecca! Marlene es tu esposa y a punto de tener a vuestro hijo. Habéis discutido estas indiscreciones antes, estás olvidando el asunto principal. ¿Quieres mentir otra semana?- Ella le pregunta con una cierta incomodidad.
- ¡Sí! Pero esto no es lo mismo.- Ella se justifica.
- ¿Cómo es de diferente? Aunque no te hayas acostado con la señora Van Dorn, algo sexual ocurrió entre tú y ella el día que os conocisteis.-  Elisabeth consigue la atención completa de Rebecca.
- ¿Qué estás diciendo? ¿Crees que sus intenciones eran las de meterme en la cama para que LCL se acercara a ella?- Rebecca pregunta mirando a Elisabeth.
- No sería la primera vez que una mujer o un hombre utilizan sus encantos para conseguir un equilibrio en su vida tanto profesional como personal.-Admite.- Marlene merece la verdad no importa qué.- Hubo breve silencio de Elisabeth antes de continuar. 
-  Debes decidirte pronto a decirlo, dar a Marlene la oportunidad de expresar lo que siente. Cuanto más tiempo pase más podría volverse en contra tuya.-  Su consejo es sabiamente escuchado por Rebecca.  
- Sé que es mi decisión. No importa lo mal que las circunstancias se presenten,  pero tengo un trabajo que hacer. Estoy dependido de mi familia para contratar a buenos profesionales  y para tomar las decisiones correctas. -  Ella responde sacudiendo la cabeza.
- Estás haciendo un buen trabajo y siempre te he protegido del carácter de Clarissa y Tanja. Tiendes  a preocuparte por las cosas que no son necesarias, ya sé lo duro que has trabajado y cómo te esfuerzas por la perfección. Relájate todo va bien,  las cosas vienen en el tiempo adecuado  y nadie me ha comentado a mí que esté decepcionado con tu trabajo.-  Le asegura. Rebecca hace una mueca.
- Tengo que decirlo y pronto, no puedo dejar que el estrés me gobierne. Ella está en un momento delicado en su embarazo, ésta es una preocupación real para mí, porque ambas sabemos cómo puede ser Marlene si está enojada.-  Rebecca tartamudea para encontrar las palabras adecuadas.
– Tengo mucho trabajo que preparar estos últimos días de moda. Todos te vamos a apoyar lo necesario la próxima semana.- Afirma Elisabeth dejando a Rebecca en el estudio estudiando su próximo movimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario