Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 16 de mayo de 2017

CAPÍTULO 74

                                             

                                           TODO ACLARADO
Rebecca entra precipitada en LCL escaleras arriba mira alrededor de la sala de diseño, mientras trata de recuperar el aliento. Angelo llega saliendo del baño detrás de ella, se detiene mirando a su alrededor.
- ¡Rebecca!- La llama y se gira hacia él.
- ¿Marlene?-  Él baja la cabeza, ella frunce el ceño.
- ¿Podemos hablar? Por favor es importante. Prometo no emplear demasiado tiempo, sé que estás muy ocupada.-  Él suspira mientras ella se acerca.
- ¡Bien! Pero no aquí.- Ella le propone volver caminando por las escaleras. Angelo la sigue fuera a uno de los bancos frente a LCL.
- Acerca de la noche anterior.- Se sienta a su lado.
- Sé que debería haber mantenido la boca cerrada, pero me dejé llevar por la emoción de la noche y los diseños que creamos sobrecargaron mis pensamientos. Sé que no tienes ningún interés en mí en absoluto y no lo pensé cuando te dije las cosas que te dije. Mi trabajo es de suma importancia aquí, no mis deseos. Haré todo lo que pueda para mantenerme enfocado en mi trabajo.-  Angelo se expresa con sentido y cierta energía que provoca se alce del asiento, aprieta firmemente sus manos.
- Por lo menos eres racional. No tengo  ningún interés en ti de esa manera, como diseñador sí, como alguien en mi vida, no, yo estoy casada con la mujer más maravillosa que he podido conocer. Ella aguantó mucho de mí en el pasado y no estoy dispuesta a arruinar las cosas entre nosotras.-  Ella le presiona dando una ligera sonrisa.
- Yo sé que no puedo cambiar o recuperar las cosas que dije. Siento que he arriesgado mucho al abrir mi boca.-  Baja la cabeza.
– ¿Ella te ha picado antes?-  Él sonríe entre dientes. Ella le echa un ojo.
- ¡Sí! Marlene puede cortar con sus palabras.- Él la mira con un escalofrío al recordar la conversación anterior.  - Tienes razón, ella me ha dejado cortado, de manera directa. Entiendo que debía ser ella la que me empujara a darme cuenta de que al decir las cosas que te dije, sólo hice que la situación entre tú y mi trabajo sea peor. Ya sé que no debo escuchar los chismes o rumores sobre la gente con la que trabajo y me siento muy mal por pensar que podrías estar interesada en mí de otra manera que no sea la de un diseñador.-  Le cuenta con el rostro de color rojo por la ansiedad.
- Espero de tu profesionalidad y buen compañero de trabajo que sólo quiere trabajar.  Eso es todo lo que te interesa,  si crees que no es posible, entonces tal vez deberías buscar empleo en otro lugar.- Le dice con  firmeza consiguiendo aún más su atención.  
- Yo realmente no quiero mirar en cualquier otro lugar, estoy feliz en LCL y el trabajo que me han dado es un sueño hecho realidad para cualquier diseñador.-  Suplica con humildad. Rebecca pensó por un momento antes de hablar.
- No hay garantías en este negocio y siempre hay la remota posibilidad de dirigirte a París, sé que hemos hablado acerca de estás feliz aquí, espero que no creas que es por mi y no me eches la culpa, pero así son los trabajos.- Le comenta con sinceridad.
- Yo no diría eso, siempre  he puesto primero mi trabajo. Lo ocurrido contigo está acabado.- Él reflexiona   acariciándose el mentón, trata de levantarse.
- ¡Por favor! Quédate un momento.- Rebecca agarra su brazo por la manga de la chaqueta y se sienta de nuevo.
- Yo debería disipar cualquier rumor que has estado oyendo y aclarar algunas cosas. Marlene y yo estamos enamoradas desde hace mucho tiempo. Me enamoré de la novia de mi hermano Tristán. Tenían intención de casarse y pasar su vida juntos.  Yo la perseguí hasta que cedió a sus sentimientos por mí causado muchos dolores de cabeza y sobre todo para nosotras.  Después de sedimentar nuestras vidas, me permitió desarrollar mi carrera. Yo era la cabeza fuerte y sólo me preocupaba por el diseño. Sucedieron  cosas y sí hice la única cosa que nunca debí hacer, la engañé.- Ella le mira, suspira y sigue escuchando. - Ella me dejó sin darme una segunda oportunidad, se lo supliqué pero ella se fue. Me pregunté por su vida durante un tiempo hasta que conocí a Katherine, un punto brillante en mi vida. Pero no era el amor que sentía por Marlene. De alguna manera siempre supe que volvería, ella lo hizo,  encontramos el camino de vuelta la una a la otra. Nos casamos y ahora ella está embarazada,  vamos a tener un hijo.-  Él la mira con total sorpresa.
- Yo no sé.- Trata de sacar las palabras. - ¡Embarazada! ¡Wow! Felicidades.- Añade poniéndose de pie y moviendo la cabeza. Rebecca está sentada mirándole.- Realmente tengo mucho que hacer, día de la moda y todo.- Elude la mirada y se gira hacia la puerta. Comienza a caminar la verdad pasa por su mente y de repente se vuelve hacia ella. 
- ¡Gracias Rebecca! Gracias por su honestidad. Podría haberme enseñado la puerta hoy y pedirme que recogiera mis cosas y que me marchara.-  Comenta cándidamente.
- Podría haberlo hecho sí, pero me pareció muy duro, Tanja y Elisabeth son felices con tu trabajo y me gustará mantener ese progreso.-  Ella responde con cierto sentido de culpa.
- Estoy agradecido por ello, porque me encanta lo que hago.- Afirma con firmeza.
- En este momento tenemos que centrarnos en los días de la moda y el espectáculo.-  Ella se pone de pie y caminan hacia LCL.
- Voy a viajar mucho este verano y tengo que poner  mi atención en Marlene, sus necesidades y el bebé que vamos a tener.-  Ella le cuenta suspirando.  
- Será bastante duro estar lejos de ella.- Rápidamente se interrumpe. - Pero lo vas a manejar bien.- Sonríe al separarse de ella en el vestíbulo. Rebecca se acerca al escritorio de la recepcionista y hojea los mensajes.
- ¡Hola!-  La voz de Marlene suena desde detrás de ella, puede sentir su respiración en el oído.
- ¡Buenos días!- Ella le sugiere. - ¿Café?-  Caminan hasta la barra del café.
- Descafeinado por favor.- Marlene pide.
– Con leche.- Rebecca añade con un guiño. - ¿Así que has hablado con Angelo?- Rebecca le pregunta.
- ¿Yo?- Ella responde.
- Debería estar enfadada contigo Marlene.- Ella la mira con seriedad.
- Sí que podría ser, pero supongo que no.-  Le dice en un tono sincero, ella sonríe.
- Le dije todo.- Rebecca le transmite. Marlene baja la cabeza y comienzan a caminar hacia las escaleras. 
– No digas nada.- Ella retiene a Marlene. 
- En cierto modo estoy feliz de haberlo hecho, no podemos permitir que los rumores arruinen nuestras vidas y tal vez es lo mejor. Así él entenderá mejor lo que realmente pasó entre nosotras. – Comenta Rebecca.  - ¡Sí! La foto completa, no me contuve, yo le dije la verdad, le dije que te engañé.-  Sacude la cabeza negativamente. Marlene cierra los ojos  un segundo. - ¿Estás bien?- Rebecca pregunta con calma.
- Lo estoy, es algo que me molesta volver a vivir, pero es parte de nuestro pasado.- Ella extiende su mano al hombro de Rebeca.
- ¡Te quiero!-  Le dice acariciando con los dedos un lado de su mejilla. Rebecca coge esa mano.
- Y yo a ti.- Le besa la mano con suavidad.
- Tengo trabajo que hacer.-  Marlene le dice y se aleja de ella.
- Te veré más tarde.- Contesta Rebecca.
- ¡Rebecca!- Una voz conocida la llama, pero no se mueve. - ¡Rebecca!- Poco a poco se gira para ver a Emily.
- ¿Está bien Marlene?- Emily la agarra del brazo mirando a Marlene subiendo las escaleras.
- Ella es el amor de mi vida, ella hace latir mi corazón y no puedo quitar mis ojos de ella.- Su sonrisa es genuina al contestar a Emily.
- Eres una mujer con suerte.- Emily le expresa.
- En realidad, yo sólo venía a verte y no te olvides de la fortuna de que casas a mi hermano.- Se ríen juntas.
- ¡Por favor! ¿Tienes alguna idea sobre esa colección?-  Emily le pregunta, con las manos apoyadas en las caderas, insinuándose sobre su vestido de novia.      
- ¡No! Creo que tal vez después del trabajo, puedas venir por mi casa para que te tome las medidas para el vestido. Estoy recogiendo algunas cosas para hacer un traje nuevo para Marlene, quiero sorprenderla y pensé que quizá podíamos comenzar con tu vestido.- Ella la mira a la espera de una respuesta.
- Me encantaría. Tristán tiene una reunión de la junta del banco esta tarde. ¿Qué pasa con Marlene?-  Le pregunta.
– Tiene clase de cocina por lo que va a venir tarde.- Emily la abraza con efusión. 
- ¿A las seis?-  Le propone. 
- ¡Perfecto!- Ratifica. Rebecca coge unos rollos de material, un poco de hilo, botones y otros accesorios para comenzar a trabajar en el vestido de premamá para la cena de la noche del lunes a la que deberán asistir. Se dirige a la casa. Coloca todos los elementos y accesorios en la oficina. Recupera el trozo de papel doblado en el que había comenzado a proyectar el vestido cuando fue interrumpida por Angelo. Lo extiende con suavidaz con su mano. Rebecca coge el lápiz en la mano y termina el boceto. Saca el maniquí de la esquina y pone la tela sobre su escritorio comienza a marcar y mastarde a cortar patrones.
- ¿Quieres que algo de almuerzo Rebecca?-  Es la voz de Ruth que llama desde fuera de la puerta.
- ¡Uh! Sí debo comer algo. ¿Has preparado alguna cosa?-  Le pregunta dejando las tijeras, se gira y la encuentra en la puerta.   
- ¡Sí! Lo hice, un brócoli, queso y sopa. Marlene me lo pidió y ya lo he preparado.- Una sonrisa se desliza por su rostro, se dirigen a la cocina.
- Por favor, siéntate y te lo sirvo caliente.-   Añade y coloca la sopa en un tazón y le entrega algo de pan. Rebecca se come la sopa.  
- Está  excelente Ruth, gracias.- Ruth recoge el cuenco vacío con un gesto de agradecimiento.
- Veo que estás preparando un vestido. - Ella le comenta mientras se vuelve de la pileta hacia ella.
- ¡Sí! Es una sorpresa para Marlene, tenemos una cena en el castillo el lunes por la noche y ella realmente no tiene un vestido para lucir su nueva figura.-  Rebecca contesta terminando su vaso de agua.
- Quería darle las gracias de nuevo por la oportunidad a trabajar para ustedes, Marlene ha sido amable y encantadora, me hace sentir como en mi casa.- Le  relata en tono relajado.
- Me alegra que hayas decidido quedarte.-  Rebecca sonríe.  - Y estoy agradecida de que haya encontrado a alguien en quien podemos confiar y con el bebé, casi que es lo más importante.-  Señala además.  
- Tanto usted como Marlene necesitarán toda la ayuda que puedan conseguir. La crianza de un bebé no siempre es fácil, especialmente cuando no se puede decir lo que está mal con ellos, los instintos maternales a veces son un freno, pero una mano amiga experimentada facilita las cosas.- Ella le comenta con agudeza.
- Con todo lo que voy a viajar tiene  sentido, Marlene estará sola y me preocupa un poco.- Rebecca se explica.
- Ella te ama, se ve en sus ojos.- Ruth se pone seria, Rebecca la mira y se siente contenta por el comentario, como una brisa fresca en una carrera que hubiese tocado su cara.
- ¡Gracias Ruth! Nunca, en mi vida, supe que podría amar a alguien como la amo a ella.- Ella lo expresa con una sonrisa de gratitud y la mirada perdida.
- Creo que tienes en espera un vestido.- Le recuerda rompiendo la mirada de Rebecca.
- Sí, sí, voy a ello.- Se retira de la barra y regresa a la tarea de diseñar el vestido. Trabaja con interés creciente. Ya entra la noche y mientras coloca el último alfiler en el dobladillo suena el timbre de la puerta. Rápidamente cubre y empuja el maniquí al rincón donde estaba.
- Yo abriré Ruth.- Le grita antes de abrir la puerta.
- ¡Emily!- Se abrazan corteses.  - ¡Entra!-  Emily pasa al vestíbulo y se quita la chaqueta.
- ¡Que bonita casa!- Expresa mirando a su alrededor. Rebecca le hizo un tour para mostrarle el hogar donde convive con Marlene.
- Señoras ¿Les preparo café o té?- Pregunta Ruth desde la puerta de la oficina.
- Té, por favor.- Ambas responden. Emily está contemplando la oficina y repara en el maniquí escondido en el rincón, lo señala con su mano.
- ¿Y qué es eso?- Rebecca sonríe con picardía y acerca el maniquí, levanta el paño para exponer el vestido. Emily se cubre la boca brevemente con la mano.      
- Rebecca es precioso. ¡Guau!- Emily toca la manga del traje.
- ¿Crees que le gustará a Marlene?-  Rebecca le consulta.
- ¡Oh! A mí me encanta la forma en que conjuga en el frente,  como está ahora y la tela es suave, será cómodo, me gusta la forma y el color negro que has elegido. Marlene lucirá espectacular.-  Emily expresa su opinión caminando alrededor del maniquí.
- ¡Gracias! Es una sorpresa.-   Rebecca se pronuncia con entusiasmo.
- Ahora, tus medidas.-  Rebecca le ordena. Coge la cinta métrica y la coloca alrededor de su cintura, Emily levanta los brazos.
- ¿Así que viene tu madre?-  Hay un momento de silencio.
- ¡Sí! Ella acudirá a la boda.- Emily finalmente habla con pausa. - Realmente no hemos  hablado casi nada desde que mi padre murió.- Rebecca la mira con aire fraternal.
- Hablé con tu abuelo cuando estuve en París. Él estaba realmente preocupado por tu bienestar y me comentó que tu madre vive lejos.- Ella le dice mientras anota sus medidas en el bloc de dibujo.
- Mi padre y yo estábamos muy unidos, mi madre siempre ha sido un espíritu libre y sin preocupaciones.-  Emily remarca bajando la cabeza.
- ¡Oye!  A todos nos aparecen los problemas familiares en los momentos importantes, espero que, al margen de esos problemas, vosotras dos encontréis una manera de hacer que las cosas funcionen en vuestra relación.-  Ella sonríe y se sienta en su escritorio.
- Soy muy afortunada por tener a Tristán.-  Sus mejillas se enrojecen al hablar de él.      
- ¡Sí! Él es un buen hombre y te ama, cuidará de ti. Ahora sólo tenemos que pasar los últimos días de la moda para que podamos  enfocarnos  en tu boda.-  Rebecca responde al tiempo que empieza a  dibujar un boceto de vestido de novia.
- Hemos decidido casarnos en el patio del castillo.- Menciona Emily. Rebecca mira hacia ella con una sonrisa.
- Marlene y yo nos casamos allí, fue en el otoño, las hojas estaban cambiando y el aire era fresco.-  Rebecca lo recuerda con alegría.
- Tristán me dijo lo hermoso que es en primavera, y estoy de acuerdo después de verlo caminando por los jardines.- Ella se expresa con una sonrisa.
- Creo que tenemos todo lo que necesito.- Le contesta Rebecca. Emily mira el dibujo girando la libreta de modo que puede contemplarlo.
- ¡Me encanta!-  Ella se estremece, el vestido es sin mangas con una tapa en forma sobre el corazón que envuelve la parte delantera con una caída en volantes de tul.
- Podemos ajustarlo a tus deseos, lo estudias, es tu vestido, haz los cambios que creas  necesarios, si lo deseas. ¡Ah! Y no se lo enseñes a Tristán.- Rebecca la alienta y le  entrega la hoja de la libreta.
- ¿Tienes las medidas?-  Ella le pregunta, Rebecca busca en su cuaderno.
- ¡Sí! Hazme saber cualquier cambio, incluso podríamos trabajar en él este fin de semana si quieres.- Ella se ofrece después de salir al vestíbulo.
- Nos vemos mañana.- Se coloca su chaqueta y se marcha. Rebecca regresa a su oficina mira el vestido que hizo para Marlene. Le ajusta los pliegues en la parte delantera y lo mira y lo remira, volviendo la cabeza de lado a lado, hasta que el chirrido de la puerta la sobresalta. Ella rápidamente lo cubre empujando el maniquí de vuelta al rincón.
- ¡Rebecca!-  Marlene la llama, sale corriendo hacia el vestíbulo.
- ¡Hola!- Ella la recibe en la puerta de la oficina que cierra rápidamente.
- ¿Cómo ha ido la clase?- Ella se interesa tratando de mantener lo que estaba haciendo en secreto. Marlene la mira extrañada.
- ¿Qué pasa?- Ella pregunta cruzando los brazos con una sonrisa.
- Emily acaba de irse, hemos trabajado en un dibujo de un vestido y le he tomado sus medidas.- Le responde caminando hacia la cocina.
- Me muero de hambre.- Ruth les espera.
- Sopa vienesa.- Ruth transmite con un guiño a Rebecca. Cenan relajadas conversando con Ruth.
- ¿Por qué no van a relajarse? Terminaré la cocina y me gustaría retirarme pronto si no os importa.- Marlene asiente y se  encaminan arriba.

- Estoy cansada.- Se deja caer en la cama quitándose los zapatos. – Los preparativos están a punto de finalizar, semanas después  de tanto trabajo, se acaba la próxima, ya sé lo ocupada que será la semana que viene pero no voy a extrañarlo mucho.- Ella comienza a desabrocharse la camisa. - ¿Rebecca?- Pregunta entrando en el cuarto de baño, Rebecca se ha quedado desnuda delante de la ducha.
– Entra conmigo.- Ella la agarra de la mano acercándola. - ¡Hmmm!- Marlene la besa en los labios cogiendo el labio inferior de Rebecca entre sus dientes.
- ¡Sexy!- Rebecca susurra, sus lenguas se entrelazan y se ríen antes de entrar en la ducha.
- Esto nos sienta tan bien.-  Marlene murmura. Rebecca comienza a frotar su espalda.
- ¡Entonces! ¿Cómo es el vestido de Emily?- Marlene pregunta inclinando la cabeza,  la mano de Rebecca extiende la toalla hasta la parte posterior de su cuello.
- No quiero hablar de Emily, el vestido de novia ni nada, sólo quiero mirarte, estoy bajo el influjo de tu belleza.- Su mirada la arrastra desde la parte superior de los dedos del pie de Marlene hacia sus labios sensuales y el brillo en sus ojos azules fascinantes.           
- ¡Abrázame!-  Ella le ruega mirando a la oscuridad en sus ojos marrones y se abrazan. Rebecca corre lentamente las manos por la cintura de Marlene apretando contra ella con fuerza. Los besos desinhibidos y apasionados, los mechones húmedos del pelo de Marlene envuelven a Rebecca mientras con su boca le cubre el pecho de besos dulces. Marlene estira la cabeza hacia atrás al sentir la presión de los labios de Rebecca que rastrea cada pulgada de su cuerpo con las manos que se extienden a sus caderas y el montículo, comienza a respirar de forma entrecortada. - ¡Rebecca!- Exclama con intensidad por un espasmo incontrolable. - Esto es tan perfecto.-  Jadean y gimen deslizándose por la pared de la ducha. Rebecca se queda de rodillas descansando su cabeza entre el pecho de Marlene. Las dos están sin aliento abrazadas, el vapor de la ducha envuelve en puro éxtasis. Se secan la una a la otra y se meten en la cama, desnudas y abrazadas. - ¿Quieres más?- Rebecca le pide mordiendo el cuello de Marlene que siente el mordisqueo de sus dientes en la piel mientras yace sobre ella. Marlene mueve su cuerpo en un intento de separarse de ella. - ¿No peleas conmigo?-  Rebecca le susurró al oído.
- ¡Por favor, Rebecca!- Marlene le murmura. - Por favor, Rebecca, ¿Qué?- Ella sujeta las muñecas detrás de la cabeza, el pecho de Marlene se tensa,  Rebecca llega con su boca hasta la linea central besando sobre su piel provocando el caos interno  dentro de su esposa. Le suelta las muñecas moviendo las manos hasta sus caderas, Marlene se vuelca sobre ella con pasión salvaje y descontrolada mientras le pasa la lengua por el mismo lado del cuerpo de Rebecca. Encajan sus cuerpos acoplándose con perfección milimétrica y la abraza con firmeza por la cintura. Se recrea en su boca causando que Rebecca  se retuerza y gimotee, sus manos acarician y aprietan con fuerza las caderas de Marlene hasta que se hace realidad la llegada al culmen mutuo que  experimentan con respiración entrecortada, estremecidas por espasmos de placer deseado. Terminan la una en brazos de la otra, Los cuerpos entrelazados. Manos y dedos acariciando entre sí, mirándose tiernamente a los ojos sin una palabra entre ellas. La imagen mutua queda en la retina de cada una, cuando por fin se duermen.

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