Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 11 de julio de 2017

CAPÍTULO 91

                                    

                          
                        UNA TOMA DE CONTACTO

- ¡Rebecca!- Marlene llama desde el pie de la escalera.
- La clase empieza en treinta minutos.-  Dice golpeando la cara de su reloj de pulsera.
- Ya voy.-  Rebecca baja corriendo las escaleras.
- ¿Dónde están las llaves?-  Busca en su bolso, Marlene las hace sonar delante suya, Rebecca pone los ojos agarrándolas de su mano.
- ¡Vamos!- Hace un gesto a Marlene. - Desde luego, no queremos llegar tarde.- Menciona detrás de Marlene ambas se ríen.
Se dirigen al centro donde realizar la clase de preparación al parto. Ambas aparecen a través de la puerta de la sala y firman la asistencia.
- ¡Oh! ¡Hey Marlene!- Claire y Trevor y se acercan a ellas.
- ¡Hola!- Responde con una sonrisa.
- ¿Supongo que Ollie no podía venir hoy?-  Trevor pregunta deslizando sus manos en los bolsillos de sus vaqueros azules.
– Trevor es muy nervioso.-  Claire le corta empujándolo con su puño.
- Ollie fue muy útil la semana pasada.- Marlene frunce el ceño.
- ¡Lo sé! Me dijo algo de ello.- Ella sonríe por lo bajo.
- ¡Bueno!  Venga, vamos a tomar nuestro lugar para que puedas relajarte.-  Ella se lo lleva de la mano, Marlene se vuelve hacia Rebecca.
- ¿Vamos?- Ella la coge de la mano y la acompaña al lugar en que estará sentada. Rebecca recorre la estancia con la mirada contemplando a las diferentes personas que están en la sala.
- ¡Oh! Es la señora Leonard la instructora.- Marlene le señala. Rebecca se acomoda detrás de ella, la clase comienza a partir de los ejercicios de respiración que trabajan en los primeros treinta minutos. Rebecca ayuda abrazando el vientre de Marlene y frotando suavemente mientras Marlene hace inspiraciones profundas exhalando el aire despacio.
- Es muy parecido al yoga ¿No te parece?-  Rebecca le dice al oído. Marlene vuelve la vista a Rebecca y sonríe. 
- Te hacen pagar por la atención, ¿verdad?- Ella bromea. 
- Tomaremos un descanso de diez minutos, hay agua en el refrigerador si a alguien le apetece un poco.- La señora Leonard les ofrece y se excusa para salir de la habitación.
- ¿Quieres un poco de agua?- Rebecca le pregunta.
- ¡Sí, por favor!-  Asiente Marlene.
- Disculpa Marlene.-  Claire se acerca al ver a Rebecca de pie.
- ¿Es tu hermana?- Le pregunta.
- ¡No!- Marlene dice con firmeza viendo como Rebecca regresa hasta entregarle una botella de agua.
- ¡Hola! Soy Rebecca.-  Ella extiende su mano a Claire. - La esposa de Marlene.- Se dan la mano, Claire le pilla con la guardia baja.
- ¡Oh! Pensé que Ollie era tu marido.- Ella hizo una mueca.
-Trevor se decepcionará, le gustaba mucho Ollie.- Rebecca sonríe a pesar del comentario de Claire.
- Estoy segura de que antes de las clases terminen Ollie tendrá la oportunidad de ayudaros.-  Trevor se acerca a ellas.
- Esta es Rebecca, la esposa de Marlene.- Le dice Claire.
- ¡Trevor!- Él estrecha su mano.
- Le estaba diciendo a su esposa que Ollie ha sido de gran ayuda y que seguramente asistirá a una clase de nuevo.-  Sus palabras alivian las preocupaciones de Marlene. 
- ¡Sí! Rebecca viaja mucho y Ollie siempre está ahí cuando lo necesitamos.-  Responde ella. Trevor baja la cabeza.
- Usted puede pensar que estoy siendo demasiado atrevido, pero ¿Es que el padre?-  Marlene y Rebecca miran. 
- ¡Sí! Él es el padre de nuestro hijo.-  Ambas responden al unísono. La señora Leonard se acercó de nuevo.
- Todo el mundo, haga una repetición de sus ejercicios. – Siguieron con las tareas hasta que terminó la clase.
- ¿Hambrienta?-  Rebecca cuestiona mientras caminan hacia el estacionamiento.
- ¡Sí! Me pregunto qué habrá cocinado Ruth.-  Se pregunta en voz alta. 
- Probablemente nada, porque esta es su noche de clase. ¿Por qué no dejas que te lleve a alguna parte?- Rebecca mira su reloj.
- Es temprano todavía, vamos ¿Qué tal un poco de cangrejo de río?-  Le ruega en forma juguetona.
- ¡Claro! ¿Por qué no? - Ella sonríe al entrar en el coche y conducir hasta el pequeño y pintoresco restaurante en el Rhin que habían descubierto varios años antes.
- Una mesa junto a la ventana por favor.-  Marlene pide al camarero y le siguen hasta un punto en el lado del río. - Está hermosa la  tarde.-  Rebecca mira por la ventana hacia el agua.  
- ¡Lo es!-  Acerca  la mano a la de Marlene la pone encima y Rebecca la acaricia suavemente. - ¿No es esto todo lo que siempre hemos querido?-  Pregunta con un matiz romántico. - ¡Tu, yo un bebé!-  Rebecca habla positiva asintiendo con la cabeza.
- ¡Te quiero!-  Le dice a Marlene mirando a sus ojos. - Estoy muy agradecida por todos y cada uno de los días que estamos unidas. Ahora tenemos un hogar y un niño nuestro en camino.- Toma un sorbo de agua mirando a Rebecca.  - Soy la persona más afortunada de la tierra, conseguí ver más allá de mis errores y darme cuenta de que a pesar de que  parecíamos felices, las cosas se pusieron mal entre nosotras. Sin embargo todavía guardaba suficiente amor en mi corazón para que me llevara de vuelta. Nunca dejé de quererte.-  Habla romántica Rebecca. 
- Siempre supe que estábamos destinadas a estar juntas Rebecca y tenía que suceder que te casaras conmigo para verlo.- La risa de Marlene la ilumina.
- ¡Gracias!- Rebecca habla con solemnidad.  
- No tienes que darme las gracias.-  Responde Marlene.
- ¡Sí! Quiero, quiero decir que te quiero, te amo y que me has elegido.-  Rebecca sonríe ampliamente.
- ¿A quien iba a elegir tontorrona?- Se ríen mientras el camarero les sirve.  
- La cena fue excelente.- Dice Marlene mientras Rebecca paga la cuenta.
- ¿Te apetece dar un paseo?- Rebecca sondea a Marlene tomando su mano.  
- Es sorprendente cómo sigue el río. - Marlene observa la presencia vidriosa del Rhin.    
- No hay tráfico esta tarde, no hay ni siquiera un murmullo.- Rebecca se da cuenta de que ella está observando el parpadeo de la luces a lo largo del río, que dan paso a la puesta del sol.
- Nunca hemos hablado de esto…-  Rebecca comienza a hablar mira a Marlene apretando su agarre de la mano de Marlene.
- ¿Qué?- Ella pregunta en voz baja.  
- Vamos a tener un niño y lo mucho que me gustaría tener una niña.-  Marlene se detiene y se pone frente a ella.  
- Me he dado cuenta y lo he estado pensando, pero las cosas han sido complicadas, el trabajo, desfiles de moda, nuevo trabajo.-  Ella sonríe.- Realmente no ha habido mucho tiempo para que lo enfoquemos y cuánto tiempo queremos esperar para volver a intentarlo.-  Ella levanta la mano al responder para apartar un mechón de pelo de Rebecca  de la frente.
- Uno no será suficiente ¿Verdad?-  Rebecca le pregunta sintiendo algo de nerviosismo.
– No lo será, quiero más de dos.- Marlene responde rápida.
- ¿Has pensado en la adopción?-  Rebecca cuestiona.
– Lo he hecho y no  está descartado.- Confiesa aliviando las preocupaciones de Rebecca.
- Siento que con nuestros trabajos es muy difícil de llevar a un niño, las tensiones y presiones son causa de toda preocupación.-  Habla con sinceridad.
- No hablemos de eso ahora.- Se acaricia el vientre llevando la mano de Rebecca hasta el centro de la misma. - Se está moviendo.- Rebecca empezó a sonreír al sentir el movimiento bajo su piel.
- ¡Wow!- Expresa abrazando su cintura, sus labios se unen en un beso apasionado.
- Lo que hemos hablado en el interior.- Rebecca comienza con algunas dudas. - Me alegro de que podamos decirnos esas cosas, lo  necesito y también importante exteriorizar  lo que sentimos.-  Marlene baja la cabeza mirando hacia atrás.
- A veces me pregunto Rebecca.- Ella la mira con extrañeza.
- ¿Qué quieres decir Marlene?- Marlene sigue caminando.
- ¡Sophia!- Ella le comenta con franqueza. Rebecca se sorprende.  
- Te dije la verdad. ¿Por qué de repente estás tocando ese tema?-  Ella preguntó.
- Debido a que deberíamos hablar de forma racional.-  Rebecca suspira profundamente, hace pausa y se sientan en un banco que da al río.
- Ella me dio un beso, me sorprendió, nunca le di la impresión de que estuviera interesada en ella.- Marlene sonríe entre dientes.
- Pero lo hizo, ella mostró interés y esa es la razón principal por la que está trabajando aquí.-  Rebecca baja la cabeza un tanto sorprendida por sus palabras.
- Yo solo la quería para trabajar en LCL, lo hice lo mejor que pude Marlene.-  Se agarra al banco con sus manos con firmeza.
- Tu posición es delicada y puedo entender el volumen de personas al que tienes que hacer frente para intentar contratarlos. La gente siempre va a tratar de conseguir  ventaja si esto significa que sus habilidades son deseadas y que ciertos incidentes sean suficientemente oscuros para desear mantenerlos ocultos.-  Rebecca se levanta violenta.
- Te dije que estaba equivocada y que nunca debería haberte ocultado eso, yo estaba tan ocupada tratando de hacer una declaración, hacer un buen trabajo para que mi familia pueda apreciar las cosas buenas que he hecho por la compañía.-  Marlene se pone de pie al lado de ella la acaricia en las manos.
- Exactamente, Rebecca mártir.- Ella se cruza los brazos mirando a Marlene.
- Estas son las mismas cosas que nos separaron, las mismas cosas que me dijiste que no volverían a ocurrir. Esta es tu familia, este niño que crece dentro de mí es la nuestra.- Ella le dice con claridad.
- ¿Debo dejar mi trabajo?- Dice con mirada de descontento Lahnstein.
- ¡No! No estoy pidiendo que renuncies a lo que te gusta, lo que estoy pidiendo es para que tengas más confianza en mí.-  Le explica con mimo Marlene. Rebecca se queja en voz alta.
- ¿Te iba a llamar para decirte, por cierto Sophia sólo me dio un beso y quería más de mí, pero yo quiero contratarla de todos modos? ¿Qué le dijiste? -  Aproxima su cara más cerca de Marlene. 
- Yo no habría sido muy feliz, pero para ser realistas Rebecca, ¿Cómo se puede esperar que reacciones en esa situación? Estamos casadas, es obvio que Sophía no era consciente, estoy seguro de que percibe una vergüenza terrible por ello. Cuando me enfrenté a ella me aseguró que no volvería a ocurrir y que estaba totalmente avergonzada.-  Sus palabras causan que corazón de Rebecca lata con fuerza incontrolable.
- ¡Tienes razón!  No te di crédito suficiente y me he disculpado al respecto ya. Te amo y quiero ser feliz contigo.-  Sus grandes ojos marrones comienzan a llorar. - Pero siempre habrá otros que entren por las puertas de LCL que querrán tentarme. Este negocio está lleno de gente de todo el mundo y de todos los ámbitos de la vida y es lícito que deseen conseguir ventaja de la mejor manera que puedan.-  Deja de hablar y empiezan a caminar. - Pero mi amor por ti y nuestra familia es mayor que eso, y si eso significa que debo dejar mi trabajo, LCL entonces lo haré.-  Ella se mueve de nuevo más cerca de Marlene. - De ninguna manera dejaré que este trabajo o mi familia destruyan lo que hemos, he trabajado muy duro para conseguir volver contigo y no estoy dispuesta a arruinarlo. No espero que entiendas la forma en que manejé la situación con Sophia, estuvo mal y yo no tomé en cuenta tus sentimientos o tu confianza en mí.-  Extiende los brazos sobre los hombros de Marlene.
- ¡Bésame!-  Marlene le exige y sus labios se encuentran.
- Yo sólo te amo.-  Declara Rebecca.
- No quiero que te sientas mal cada vez que necesitas salir a tu trabajo.-  Marlene se pronuncia.  Rebecca se acerca para besarla de nuevo. Se quedan mirándose un instante. - ¿Paseamos?- Marlene responde agarrando del brazo a Rebecca. 
- La Universidad empezará pronto.-  Marlene se mete en un tema diferente.
- Y ¿Cómo te sientes al respecto?-  Pregunta Rebecca.
– Nerviosa, pero creo que puedo tener el control  antes del primer día de clase, bueno, para entonces creo que habré vencido esos temores.-  Rebecca tira de ella y la rodea con sus brazos.  
- La profesora Von Lahnstein, hmmm, tiene un aura agradable.-  Estimula un cosquilleo en el costado de Marlene. Pasean largo rato a lo largo del río disfrutando de las vistas.
- ¿Estamos listas para ir a casa? -  Rebecca pregunta. 
– Por mí, sí.-  Regresan al aparcamiento del restaurante, Rebecca ayuda a su esposa a entrar en el coche y luego conduce hasta casa.

- ¡Marlene!-  Rebecca llama desde el baño. - Vas a llegar tarde si no te levantas.-  Marlene comienza a esponjarse el pelo y escapar de la cama. Bosteza al entrar en la ducha. - Ruth tiene el desayuno listo, me encontrarás en la planta baja.-  Le habla dando unos golpecitos en la puerta de la ducha.
Ruth sirve su café a Rebecca, mantequilla en la tostada.
- ¿Está Marlene un poco nerviosa esta mañana?-  Ella le pregunta  revolviendo unos huevos, Rebecca suspira.
– Le pregunté cuando bajaba, estaba todavía en la ducha.- Sonríe abriendo el periódico.
- ¡Oh! ¡Buenos días Marlene! Te veo muy bien y todo listo para tu primer día.-  Ruth saluda a Marlene cuando entra en la cocina.
- ¡Gracias!- Ella se va  a buscar la leche para el té a la nevera.  
- ¿Un poco nerviosa?- Le añade, Rebecca deja el periódico a un lado.         
- ¿Estás entrenando a tu nuevo ayudante?-  Marlene se sentó junto a ella.
- ¡Sí! Tengo que conseguir esté bien preparada antes de que nazca el bebé.-  Ella agita su té y toma un sorbo.
- ¿Cuándo piensas viajar?-  Marlene pregunta a Rebecca.           
– El Miércoles, me gustaría poder volver, he oído que los veranos en Madrid son hermosos.-  Comenta en voz baja.  
- Vas a estar en un desfile de moda, no hay mucho tiempo para ver a Madrid.-  Marlene responde severa.
- Yo lo sé.- Interviene Ruth. 
- Madrid es una ciudad preciosa.- Marlene se ríe entre dientes.
- Y no lo sabe muy bien Rebecca, trabajo, trabajo, trabajo. -  Marlene termina su desayuno y besa la mejilla de Rebecca. 
- ¿Cena Ruth? Voy a estar trabajando la mayor parte del día y le aseguro que estaré demasiado cansada para cocinar.-   Comenta al tiempo que se cuelga el bolso sobre el hombro y coge la bolsa de libros.
-  ¿Qué le gustaría?-  Ruth pregunta.
- No sé, algo ligero, como una ensalada de chef. ¿Rebecca?-  Marlene le pide su parecer, Rebecca hace crujir del papel mientras lo deja sobre la mesa.
- ¡Está bien!-  Marlene se inclina hacia delante y la besa en los labios. 
- ¡Adiós!- Ella susurra con una sonrisa y en un segundo está fuera de la casa. Marlene está colocando los cuadernos en el estante inferior de la estantería cuando oye la voz del Profesor Schumer hablar a través de la puerta entreabierta de su oficina.
- ¿Ocupada?- Le pregunta deslizándose dentro del despacho.
- ¡Oh! Buenos días profesor Schumer.- Sonríe mirando hacia él.
- Veo que has estado ocupada las últimas semanas para conseguir estar a punto. ¿Cómo te va? ¿Estás nerviosa?-  Su voz suena sincera.
- Estoy bien, mi asistente debe llegar en cualquier momento y estoy tan lista como pudiera llegar estar.- Ella sonríe mirando la hora en su reloj.
- ¡Bueno entonces!  Tendremos una reunión de la facultad esta tarde, a las tres en la sala de profesores. -  Le indica.
- ¿Voy a tener que tomar notas?-   Ella pregunta claramente.
- Será un encuentro informal para saludarnos. Hay un par de nuevos instructores además de ti mismo y os estoy visitando hoy. Puede ser una buena idea reuniros y conocer el nombre de todos.-  Se ríe sacudiendo cabeza.  
- ¡Bien! Entonces, a las tres.-  Él sale de la oficina.
- Señora Von Lahnstein.- Tess entra.
– Tess, buena mañana.- Se sienta en una silla.
- Estoy lista.- Sonríe y comienzan a revisar los cuadernos que Marlene había acumulado encima de la mesa.
- Estos están muy bien hechos.- Tess observa hojeando uno de ellos.  
- ¡Sí! Me gusta como están organizados.-  Y añade: - Los gráficos son coloridos y la redacción es muy fácil de entender.-  Ella responde leyendo.
- Me alegro que te gusten, tu preparación será mas fácil si comprendes las instrucciones, lo haré tan sencillo como me sea posible. – Le dice con una sonrisa, su comentario tranquiliza a Tess.
- Estoy muy agradecida por la oportunidad de hacer esto y sobre todo a usted que me la ha dado.- Ella parece eufórica. Se permiten tomar un descanso sentadas en el escritorio.
- ¿Cuándo espera el nacimiento?-   Tess comienza la conversación, Marlene acaricia su vientre mirando.
- Alrededor del primero de octubre.-  Levanta la vista de nuevo.
- ¿Qué viene?-  Le vuelve a preguntar.
- Un niño.- Sonríe.
- Apuesto que su marido está excitado.- Ella le menciona.
- No tengo un marido.- Tess la mira de una manera extraña se fija en  los anillos de bodas en la mano de Marlene.
- ¡Oh! ¡Lo siento! Pensé que eras casada.- Expresa con cierta ansiedad.
- Y lo estoy. Estoy casada con mi esposa Rebecca.-  Marlene lo dice con orgullo.
- ¡Rebecca!- Tess responde en voz baja, Marlene abre un cajón del escritorio y saca una foto de la boda y se la entrega. Tess mira la foto con admiración.
- ¡Debe ser muy difícil!-  Ella comenzó a comentar y luego sonríe. - Admiro tu valor, cualquiera habría mantenido su vida personal en secreto, pero  debes ser feliz, obviamente Rebecca te hace muy feliz.-  Marlene sólo puede sonreír. 
- La amo, ella es maravillosa, amable, divertida y me adora.-  Habla aplaudiendo.
- ¿Fue difícil dar los pasos para casarse? Quiero decir que apoyo el matrimonio del mismo sexo. ¿Pero será difícil?-   Tess se pone curiosa.
- Nos amamos eso es la base, Rebecca me propuso casarse conmigo, ya sabes que el matrimonio del mismo sexo es legal en todas partes.- Ella la mira animada en su foto de la boda
- Y de tener un hijo.- Marlene acuna sus manos alrededor de su vientre. 
- Quería una familia de inmediato.- Mira hacia su vientre de nuevo, esta vez Mateo está pateando y moviéndose lo que la hace sentir un poco de incomodidad. 
- ¿Qué hay de ti misma, alguien en especial?- Pregunta Marlene. 
- En realidad no. Me he decidido por una carrera en lugar de ser una esposa y madre.-  Se ríe con valentía. - Así que, estoy aquí en Dusseldorf lejos de mi familia indiscreta.-  Ella hace una mueca mientras habla.
- ¡Oh!  ¡Lo siento!-  Tess exhibe una media sonrisa. 
- No hay necesidad, vengo de una familia de ocho hermanos, mi padre es de la creencia de que las mujeres deben casarse al salir de la escuela y no pensar en tener una carrera, mis hermanas parecen seguir esta regla, pero yo no soy así, supongo que me podría considerar una marginada.-  Ella manifiesta mirando al suelo. 
- Y me dices que yo soy valiente.-  Marlene se ríe haciendo que Tess se sienta más cómoda.
La sala de profesores está llena de viejos y nuevos instructores es una bienvenida a los más recientes, se sirve un refrigerio.
- ¡Bueno! ¿Conoces a todos?- Cassandra pregunta a Marlene mientras se acerca detrás de ella.
– Lo iré haciendo.-  Marlene se vuelve hacia ella con una sonrisa.  
- ¿Y cómo está la preparación de Tess?-  Le pregunta.
– Muy bien, ella aprende muy fácilmente.-  Se sientan a una de las mesas para picar algo.
- Espero ir a primera hora de mañana para que podamos terminar esas curvas de grado y los planes de lecciones.-  Le comenta.  
- Eso sería genial, estoy escribiendo una lista de preguntas, no quiero olvidar nada. - Expresa.
- Ven, quiero que conozcas a profesor Brock.- Toma a Marlene por el brazo se levantan de la mesa y se pasa la tarde de relaciones sociales hasta que la jornada de trabajo termina.

Marlene entra por la puerta principal de su casa, donde encuentra la paz y la soledad. Sonríe relajada al ver a través de la puerta de la oficina de Rebecca.       
- ¡Hola!-  Rebecca le dice al verla y con su sonrisa calienta su interior.
- ¿Cómo ha ido todo?- Ella se acerca a Marlene en la puerta la abraza por la cintura y besa suavemente sus labios.
- ¡Bien! Pero estoy cansada. He conocido a la mayoría de los instructores hoy. Tess y yo trabajamos mucho para conseguir las cosas para el primer día de clase.- Le cuenta.
- ¡Vaya!-  Expresa Rebecca. Marlene abraza el bajo de su vientre.
- Mateo ha estado muy activo todo el día.- Rebecca acerca su mano para tocarla, siente que el bebé patea.
– Si que se mueve.-  Sonríe con entusiasmo.
- ¿Por qué por qué no vas y te pones cómoda antes de la cena?-  Le sugiere.

- Creo que me voy a poner en remojo en la bañera de hidromasaje.-  Le responde antes de subir las escaleras lentamente.

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