Una separación necesaria

Una separación necesaria

viernes, 27 de enero de 2017

CAPÍTULO 44


                              UN POCO DE AVENTURA

Rebecca se ducha y espera el regreso de Marlene mientras se viste para la cena. Marlene abre la puerta, entra, coloca el bolso sobre la mesa y cuelga el abrigo.
- ¡Hey, hmmm! Te ves bien, ¿Vamos a un lugar especial?- Le pregunta en tono de broma.
- Pensé que podríamos salir a cenar. ¿Un Italiano, un Chino?- Ella sonríe abrazando a Marlene con firmeza.
- No estoy segura de tener hambre.- Ella frunce el ceño. Rebecca tiene curiosidad. - ¿Cómo te fue?-  Le pregunta con impaciencia.   
- Creo que se puede decir que entiende que si no nos deja tranquilas habrá consecuencias.- Marlene se sienta en el sofá, Rebecca a su lado. - Fue difícil, en el mejor concepto, ella está muy herida, pero no confundida acerca de lo que quiere o sus sentimientos acerca de mí.- Rebeca hace una respiración profunda y la sostiene.
- ¡Está bien!- Marlene le asegura tocando la rodilla de Rebecca con la mano que lentamente exhaló.
- Siento que las cosas hayan salido de esta manera.- Rebecca duda un instante.
- Si te hubieras casado con Tristán, no sé, me había dado cuenta de que no había nada para nosotras y que tu decisión era estar con el hombre que amabas. Que yo no era nada más que una curiosidad para ti.- Ella comenta con tristeza.  Marlene la mira con una sonrisa.
- Pero yo nunca me hubiera casado con él, yo estaba enamorada de ti, lo usé como un escape, y sí, nos duele Tristán profundamente y, a veces creo que todavía lo sentimos por él. Al igual que lo que Abby siente, de alguna manera es un daño sembrado profundo o ira, pero me casé contigo y no lo usamos como un ardid para escapar de ella, ella conocía desde el principio mis sentimientos por ti.-  Rebecca acaricia suavemente su cara sus labios encuentran los de ella en un beso lento dulce.
- Creo que ella lo entiende ahora.  Sólo tiene que lidiar con ese sentimiento por su cuenta, como una sanación, se enfadará al principio, pero según pase el tiempo...-  Rebecca la interrumpe con un movimiento de su mano.
- Podemos asumir todo tipo de cosas acerca de sus sentimientos Marlene, pero no cambia el hecho de que ella ha sido grosera y una perra completa hacia mí y nuestra relación. Ser amable este tiempo para que cure sus heridas es ridículo, no me importa cómo se siente y, francamente, no estoy mal por ella de ninguna manera. Sé que no se puede cambiar el cómo se siente acerca de ti, pero tienes que parar la hemorragia, creo que diciéndole que se presentarán cargos es como tiene que ser.-  Rebecca responde en forma de rabieta mientras divaga.
- Basta de hablar de ella, si no se coloca el suelo, entonces ella nunca estará fuera de nuestras vidas.- Marlene mira a Rebecca con severidad.
- Siento que necesitas aliviarte pero  no quiero agitarlo más. ¡Ya! Tenemos que trabajar con ella, habrá reuniones de presupuesto y más de una vez con ella,  no hay nada que pueda hacer para cambiar eso, le pedí que dejara LCL, ir a otro lugar, pero ella no se quiere mover.-  Insiste, Rebecca se levanta del sofá y camina por la habitación. 
- Tú puedes ser agradable, pero no tienes que ser más amable, ella es una serpiente y me importa un bledo cómo mierda se sienta Marlene.- Las palabras de Rebecca se hacen aún más calientes.
- ¡Cálmate Rebecca! Vamos a echar todo esto fuera, no quiero hablar de ella nunca más.- Se levanta del sofá y camina hacia ella, le frota  los hombros con las manos masajeando suave.
- No tengo hambre para la cena, pero estoy hambrienta de un poco de aventura.- Ella se ríe un poco. Rebecca sonríe. - ¿Y qué tienes en mente?-  Ella le susurra colocándole sus manos sobre los glúteos.       
- ¡La cocina! Creo que la señora Lentz hizo un poco de pudín.-  Coge a Rebecca de la mano y a escondidas entran en la cocina donde hay quietud, abren el frigrífico para buscar el pudín. Se ríen y ríen mientras se dan cucharadas mutuamente. Marlene coloca las tazas vacías en el fregadero, se da la vuelta y encuentra a Rebecca cerca de ella. Se adelanta a besarla con las manos en ambos lados del cuello de Rebecca acariciando su garganta con los pulgares.  Ambas gimotean besándose fuera de control. - ¡Marlene!- Rebecca le susurra. - ¡Shhhh!- Ella la sigue besando. Lentamente comienza a desabrocharse la camisa y luego afloja el sujetador y los deja caer al suelo, abraza a Rebecca con pasión acalorada.             
- ¡Ohh!- Rebecca suspira, Marlene aleja su rostro un poco y la mira a los ojos, esos ojos en los que piensa, cómo ella se enamoró de ellos y cómo despertó sexualmente con ellos. - ¡Te quiero!-  Marlene le musita al oído, con la lengua traza el contorno de los labios curvados de Rebecca. Le baja la cremallera de los pantalones vaqueros corriendo la mano hacia dentro buscando la calidez que le espera. Rebecca estira la cabeza hacia atrás  descansando las palmas de las manos contra el borde de la pileta que agarra con fuerza al sentir la presión de las manos de Marlene en una pasión erótica. El cuerpo de Rebecca se retuerce con total satisfacción. Abraza a  Marlene y le desviste de su camisa empujándola hacia la mesa. La sienta encima y tira de sus pantalones y bragas, Rebecca termina con su ropa esparcida por el suelo de la cocina.  De pie ante ella con una mirada. - No puedo resistir tu belleza.- Con sus manos le acaricia los muslos exteriores. Marlene atrapa sus manos y la atrae encima de ella y cierra sus piernas alrededor de la cintura de Rebecca tirando con fuerza contra ella. Rebecca chasquea la lengua contra la piel humeante de Marlene, primero la hendidura entre sus pechos y luego el ombligo hasta que llega al montículo. Es imposible para Marlene controlarse, arquea su cuerpo entero hacia arriba, Rebecca se mueve con fuerza, el clímax llega en oleadas de éxtasis. El pulso de Marlene se acelera en la cúspide del culmen. La dureza de la mesa es un rápido recordatorio de que la comodidad de la cama eran más deseable, pero la tentación del juego del sexo era demasiado buena para dejar sin respuesta. Rápidamente se visten entre risitas y se arrastran de nuevo a la orangerie. Se acuestan en la cama cayendo en los brazos la una de al otra. 
- Voy a estar dolorida.-  Comenta Marlene en un susurro
- La mesa.- Rebecca añadió.
- ¡Ahora!  Ha sido un poco atrevido, pero hizo el sexo mucho mejor. - Ella besa la punta de la oreja de Marlene. - ¿Es esto un fetiche Rebecca?-  Toca con sus labios la mejilla.
- Se podría decir que, hemos hablado de esto antes, de nuestra necesidad de mantenernos en sintonía.-  Marlene suspira. Ella toma la barbilla de Marlene entre el pulgar y el dedo índice, cierra los ojos mientras sus labios se unen en un tierno beso. - ¡Buenas noches mi amor!- Rebecca le musita en voz baja. Caen en un sueño profundo,  abrazadas y unidas por ese lazo de amor.

Rebecca hojea el pasaporte y el papeleo preparando su viaje a París.
¿Está todo en orden?- Marlene le pregunta mientras se abrocha  los botones de la blusa.
- ¡Sí! ¿Estás lista para salir?- Curiosea Rebecca.
- ¡Sí!- Marlene agarra su abrigo se dirigen a la consulta del doctor Dressler.

Marlene se sienta encima de la mesa de examen mientras Rebecca comprueba sus mensajes de texto.
- ¡Buenos días, señoras!- Dr. Dressler se dirige a ellas con una sonrisa,  Abre la carpeta para estudiar el contenido antes de cerrarla. Se acerca a Marlene.
- Veo que tanto usted como los resultados de las pruebas del donante están en buenas condiciones.-  Mira en la carpeta de nuevo.
- ¿El Sr. Oliver Sabel?- Pregunta.
- ¡Sí! Él va a ser el donante.-  Marlene bromeó con una sonrisa.
- ¿Has estado contando tus días?-  Le pregunta a alcanzar su estetoscopio.
- Mi ciclo se inició hace diez días como podrá ver en la ficha que he estado rellenando.-  El médico escucha  su ritmo cardíaco de nuevo.
- Creo que el viernes será el mejor momento. Comience a tomarse la temperatura  temprano cada mañana y ¿Puede hacer que el Sr. . Sabel esté aquí ese día?- Rebecca guarda su teléfono celular y se acerca a la mesa de examen.
- Podemos, hablaremos con él hoy.- Confirma. Salen de la cita sintiendo emoción.
- ¡Esto funciona! Estaré en casa la noche del jueves y aquí el viernes para la inseminación. - Rebecca le dice a Marlene, suena el móvil un mensaje de texto.     
- ¡Olli!-  Exclama. - El viernes por la mañana estará aquí. -Se cogen de la mano.     
- ¿Un paseo por el río?-  pregunta Marlene. Rebecca sonríe.
- Hace frío pero nos podíamos parar a tomar un café en el camino.- Ella le argumenta.  
- No puedo pensar en una mejor manera de mantener el calor y luego el café.- Marlene dice mientras ríen y tratan de mantener calma.

Rebecca contempla las vistas de la ciudad y recuerda la última vez que estuvo en París con Marlene, el romance y los malos momentos que siguieron. El conductor del taxi se detuvo en la puerta del hotel. Entra, se registra y sube a su habitación. Mañana será un día largo. Después de cenar en el restaurante del hotel regresa arriba. Pone sus cosas en el armario mientras piensa en la cita con los médicos el viernes. Se ducha y se pone el pijama para la cama. “¿Usted pasa?" Un mensaje de texto la saca de su pensamiento. "Yo no" responde ella con una sonrisa y en ese instante suena el teléfono.
- ¡Hola!- Ella respondió.  - ¡Te extraño ya!-  Marlene se queja en broma.
- ¡Yo también!- Rebecca le transmite rápidamente.
- Ha sido un día largo. Bueno, nos dieron todos los apoyos numerados y colocados en los contenedores. Las chicas han comenzado a preparar los dibujos sobre el ambiente de la ropa de verano y…- Rebecca la corta con una risita.
- Eso es lo que me gusta de ti y  ¿Que más has debido hacer hoy?- La pregunta deja un poco de silencio al otro extremo.
- Yo, me fui temprano.- Se rió como si estuviera guardando secretos.
- ¡Oh! Señora Von Lahnstein, no lo hiciste.- Ella juega con sus palabras.
- ¡Lo hice! Me ví con papá,  están a punto de poner la baldosa.- Ella expresa con vehemencia.
- Eso es maravilloso, sé que eres feliz y te echo de menos. Estaré en casa antes de lo piensas.-   Le asegura. - ¡Besos! Marlene.   

- Sra. Von Lahnstein bienvenida a LCL París.- Dupree comenta al reconocerla en la entrada de la nueva empresa de producción.
- Gracias, señor Dupree y ¿Cómo están las cosas?- Ella pregunta mirando los bastidores de ropa que están colocados en el vestíbulo,  preparando la creación de un tema para la primavera. Abre la puerta de su oficina y entran en ella.
- Como se puede ver los días de fiesta acumulan los retrasos del equipo.- Sonríe mientras sirve una taza de café.
- Siéntese por favor.- Hace un gesto con una sonrisa. Rebecca se sienta apoyando la agenda sobre su escritorio bebe un poco de café y cierra los ojos un instante para disfrutar de su sabor.
 - ¿Confío en que haya dormido bien?- Le pregunta. - Lo hice.- Ella deposita la taza  para abrir su agenda.
– ¿Ha tenido una conversación Elisabeth  con usted sobre la línea de ropa interior?- Le interroga poniéndose manos a la obra.
- Lo hicimos, hablamos en profundidad sobre hacer una sesión de fotos aquí, pero la introducción sería en LCL Dusseldorf si no me equivoco.-  Él conjetura.
– ¡Será! Elisabeth y Tanja han decidido que París, Roma y Nueva York eran los mejores lugares para introducir la línea.- Ella duda un segundo.
- Pero tienen que darle un nombre y en eso y más cosas tenemos que avanzar antes de que hacer el desfile de moda de primavera.- Le  responde anotando una cita en su agenda.
- Ya veo. Entiendo que el desfile de moda de invierno de Emily fue estelar.-  Irradia sonrisas hablando de su nieta.     
- De hecho, es muy buena y he disfrutado trabajando con ella. Es una estudiante rápida y con talento.-  Él suspira sentándose en su silla.  
- Ella solo piensa en el mundo de ustedes, me dice que está en un entorno natural y que es usted una gran maestra. Estoy bastante sorprendido que usted renunciara al diseño.- Él la mira, Rebecca esboza una leve sonrisa.
- El matrimonio y un montón de cosas me hicieron cambiar a esta posición, fue la decisión correcta, Marlene y yo tenemos un futuro planeado que espero brillante. De todos modos esto le abrió la puerta a Emily.-  Él sonríe.
- Sí lo hizo y creo que fue la decisión adecuada para ella y por la noticia. ¡Ah! Y enhorabuena por su boda, les deseo muchos años de felicidad.-  Comenta y hace una respiración profunda. -Tengo una pregunta para usted, si no le importa. Es de carácter personal.- Rebecca le mira  cerrando su agenda para darle toda su atención.
- Emily parece estar un poco quedada con su hermano Tristán.- Comienza a hablar. 
– ¡Sí! Llevan saliendo un tiempo.- Ella interviene.
- Estoy un poco preocupado.- Murmura, Rebecca le mira con extrañeza.
- Le puedo asegurar Dupree, Tristán es un buen hombre y que realmente le gusta Emily.- Elogia a su hermano.
- Emily es joven y nunca ha… realmente hasta la fecha ella siempre ha estado interesada solo en la moda y el diseño y no en los chicos.- Habla en un intento de aliviar su mente preocupada. 
- Se está adaptando bien y tranquila. Sé que Tristán ha sido más que un caballero con ella. Elisabeth la ha mantenido hasta ahora fuera del castillo. Ella vive muy bien en el desván.- Él gruñe en voz baja.
- Es joven y curiosa. Me preocupo por su bienestar.- Rebecca añade.
- Puedo entender su aprensión pero  mantendré un ojo en ella, sé lo que Elisabeth le prometió.- Rebecca le argumenta. Él piensa un momento antes de hablar.
– Perdone por ser prepotente, lo sé, pero a la pérdida de su padre, mi hijo, he hecho de mi meta personal,  asegurarme de que tiene todo lo que necesita, una educación y un buen trabajo. Su madre se volvió a casar y vive en Sudáfrica y Emily realmente no ha tenido mucho que ver con ella desde la muerte de su padre.-  Rebecca se inclina hacia delante y le tocó la mano golpeándole suave.
-Trate de no preocuparse. Emily no es una niña, sino una mujer adulta tratando de encontrar su camino en la vida. Hay muchos altibajos a medida que avanzamos por este camino, ella es una gran trabajadora y dedicada al diseño, y tiene un montón de autoestima.- Rebecca hace que se sienta más relajado.
- ¡Gracias Rebecca! Alivia mis preocupaciones. ¿Vamos a hacer un recorrido?-  Se levanta de su escritorio y le muestra a Rebecca toda la instalación de la última asociación a LCL Inc.
- Me gustaría reunirme con el personal de mañana y hablar para una sesión de fotos y de la próxima línea de lencería.- Ella le comenta con franqueza mientras completan el recorrido.
- Organizaré una reunión de desayuno.- Él le ofrece. - ¿Vale a las nueve?- Ella sonríe y recoge su agenda del escritorio.
- Está bien.-

Terminada la vista Rebecca camina a lo largo de los Campos Elíseos pensando en Marlene y el tiempo que habían pasado allí, la maternidad y todas sus virtudes la nueva casa y estar lejos en los momentos más críticos de su vida. Se detiene brevemente mirando por encima de lo que la gran ciudad de París tiene que ofrecer, su encanto y esplendor lo romántico que era todo y deseando que Marlene estuviera allí para compartirlo con ella. Saca su teléfono celular y hace una foto que remite a Marlene diciendo simplemente. “Te echo de menos y te amo, recuerdos para ti desde París.” El día había sido largo, lleno de visitas a la nueva instalación, le espera una buena noche de sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario