Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 17 de enero de 2017

CAPÍTULO 41

                                          

                                      LOS PROBLEMAS CRECEN

Natasha cierra la puerta apresurada  y corre de vuelta a la mesa.
- ¿Dónde has estado?- Le pregunta Emily.
- ¡Ah!- Se aclara la garganta. – En el baño.-  Marlene  se dirige de nuevo a la mesa.
- Me tengo que ir.- Recoge su chaqueta y se marcha sin decir nada más. Abby llega detrás de ella, Emily aprecia el enrojecimiento en su rostro.
- ¿Estás bien? Te ves como que algo te ha afectado.- Abby coge su bolso y el abrigo.
- Me tengo que ir, gracias por la cerveza Natasha.- Ella se aleja en silencio. Natasha dirige a Emily una mirada extraña.
- ¿Qué está pasando?- Emily baja la cabeza antes de hablar.  
- No estoy muy segura, pero algo pasó entre ellas, las he escuchado discutir antes en el cuarto de baño.- Natasha hizo una mueca. - Las escuché accidentalmente.- Emily la  mira.
- Parece que Abby y Marlene estaban saliendo en algún momento y no estoy muy segura de cómo encaja Rebecca en la ecuación.- Emily se explica  causando algo de agitación en Natasha.
- Eso es un eufemismo, Abby realmente suplicó a Marlene, Emily.- Se sienta y pide otra cerveza. 
- Marlene y Rebecca son matrimonio, tuvieron una relación en el pasado y se separaron, no sé la razón, le pregunté a Tristán sobre Marlene y él fue evasivo, no quiere hablar de ellas.- Le narra.
- ¡Drama!- Dice con una sonrisa. -Todavía tengo echado el ojo a Abby a pesar de que está herida,  no quiero tampoco presionarla.- El tono de Natasha es razonable y realista
- Ten cuidado. No sabes lo que hay entre ellas y ahora Abby aparece muy enojada y herida.-  Emily le recuerda con dureza.
- ¿Por qué no intentas pedir a Tristán una explicación otra vez?  Quizá él tenga un cambio de actitud y te dice algo.- Natasha presionó para un compromiso.
- Yo no sé lo que ha pasado, él estuvo muy frío al respecto.- Frunce el ceño por un segundo.
- Igual  él estuvo implicado de alguna manera, debió ser un tema delicado.- Natasha  conjetura.   
- Entiendo que si no quieres tocar el tema, tomaré mi tiempo y esperar lo mejor.-  Murmura apurando su cerveza.
– Vámonos. Nos vemos mañana.- Ella se desliza en su abrigo y Emily la sigue.

Marlene se despierta con un resfriado sintiendo el espacio de la cama de al lado vacío y poco atractivo. Se queda allí pensando en su conversación con Abby la noche anterior.  
- ¡Ught!-  Expresa en voz baja. - Te extraño Rebecca.- Murmura  arrastrándose  fuera de las sábanas, y decidida, se viste para el trabajo.
- ¿El café, condesa?-  Justus le pregunta con una sonrisa en su rostro.
- ¡Sí! Gracias Justus- Se sienta frente a Tanja.
– He visto que todos los apoyos los colocaron juntos.- Tanja le comenta y entrega parte del periódico a Marlene.
- ¡Sí! Creo que estamos a punto.- Le insinúa mientras hojea el periódico.
- ¡Buenos días!- Elisabeth saluda afable. Justus retira la silla y le sirve un café.
- Confío en que hayas dormido bien.-  Le pregunta  a Marlene directamente.
- Lo hice, ahora si me disculpan voy a pasar por la casa de camino al trabajo.- Ella toma el último bocado de su desayuno con su café.
- Que tengas un buen día.- Le comenta Elisabeth. Vuelve su atención a Tanja, la línea de lencería va a ser discutida durante el desayuno.

Marlene entra en LCL con sueño y aún enfurecida por la conversación que tuvo con Abby. Se acerca a la máquina de café.
- Café, justo negro.-  Le ordena, decide tomarlo arriba. 
- ¡Buenos días!- Saluda a todos los presentes en el puesto de Emily.
- Buenos días. ¿Estás lista para vestir a los maniquíes?-   Natasha le pregunta.
- ¡Sí! Llevarlos abajo. - Emily prepara el traje que va a abrir en primer lugar en el maniquí.     
- No estoy segura de a qué hora estará aquí el fotógrafo, voy a averiguarlo con Tanja.- Marlene se acerca a su oficina a dejar sus cosas y llama a Tanja.
- ¡Tanja! ¿El fotógrafo?- Le pregunta directa.
- Está en mi oficina ahora.- Le responde.  Marlene acude en busca de Tanja y del fotógrafo antes de que la sesión de fotos comience.
– Perdone. ¿Señora Von Lahnstein?-  La voz de un hombre llama a  Marlene, se da la vuelta, y le entrega un ramo de una docena de rosas rojas que trae en su mano.
- ¡Gracias!-  Se aleja con una lágrima cayendo por la mejilla mientras abre la tarjeta. - Te extraño ya, y te quiero con todo mi corazón. Rebecca.-  Lee en voz alta apoyando el ramo en su pecho.

Las calles de Roma donde se agolpan las gentes con el ajetreo de un día de trabajo  Rebecca emprende camino hacia LCL Roma. La tienda está adornada como es de esperar, con un encanto italiano, los trabajadores ocupados preparándose para el día.
– Bonjorno  ¿Puedo ayudarle?- Una de las señoras de ventas le pregunta.
- ¿Y usted sería?- Rebecca responde con otra pregunta y un pequeño gesto extendiendo la mano para un apretón de manos.   
- Sophia, señora a su servicio.- Su sonrisa es encantadora y afable.
- Tenemos muchos diseños hermosos. ¿Un vestido de noche, tal vez?-  Saca un vestido plisado en oro que vino de la última colección de invierno de Rebecca.
- ¡Hermoso! - Le menciona. - En realidad, lo diseñé yo misma.- Le habla con franqueza. Sophia rápidamente cubre su boca como si estuviera avergonzada.
- Lo siento mucho, yo ni siquiera me he dado cuenta de que era usted, Sra. Von Lahnstein.- Rebecca asiente con una sonrisa.
– Rebecca, por favor.- Sigue a Sofía recorriendo por la tienda y rápidamente reúne al personal.
- Sra. Von Lahnstein.- Un hombre apuesto y joven viene desde el interior, extiende su mano.
- Angelo Carmella.- Anuncia agarrando la mano con firmeza y gesto desmadejado.
- Señor Carmella.- Ella responde con una sonrisa.
- Espero que haya encontrado todo a su gusto.-  Le cuenta con la consabida amabilidad romana.    
- ¿Y usted es?- Abre su agenda y mira una lista de nombres.
- El gerente de la tienda.- Él la tranquiliza. Aparece en el listado de su agenda, está diciendo la verdad.
- Por favor, venga a mi oficina.- Mientras le sigue ella va mirando a su alrededor y encuentra en el despacho numerosos diseños de ropa interior, bufandas, bolsos y otros accesorios de vestir.
- ¿Quién hizo esto?- Rebecca pregunta con mucho interés.
– Yo lo hice.-  Responde amablemente.
- ¿Estos diseños?-  Pregunta de nuevo como si no oyera correctamente. Sonríe afable.
- Le aseguro que yo los he diseñado. ¿Por qué?- Cuestiona seguro de sus  emociones.
- Son hermosos, están muy bien, justo el tipo de diseños que estamos buscando para nuestra línea de ropa interior.- Rebecca le responde cruzada de brazos y apoyada en su escritorio. Él reflexiona un momento.  
- Esperaba una oportunidad para que alguien, alguien como usted, vea mi trabajo, pensé que al aceptar el trabajo de gerente de la tienda tendría esa oportunidad.- Rebecca podía ver el brillo en la oscuridad de sus ojos.
- ¿Estaría  interesado en venir a Dusseldorf y visitar LCL? Me gustaría que viera lo que estamos tratando de conseguir en el mundo de la ropa interior.-  Él se siente cautivado.
- ¿En serio que me da esta oportunidad?-  Rebecca sonrió.
- Volveré mañana a Düsseldorf. He de reunirme con Elisabeth y Tanja. Se puede arreglar.- Angelo brilla.
– Nos esperan para oírla a usted.- Salen de la oficina y se reúnen con el personal.  Luego realiza una gira por el resto de la tienda haciendo sugerencias y aportando ideas sobre cómo exponer y vender mejor la ropa.

Marlene entra tranquilamente el comedor se sienta en su lugar habitual.
- ¿Café, Condesa?- Justus le sirve algunos bollos mientras Tanja se sienta a su lado.
- Rebecca ¿Regresa hoy al hogar ?- Y le da un codazo amistoso a Marlene. Ella le sonríe.
- ¡Sí!- Le responde cogiendo el periódico.
- ¿Qué pasa? Me imaginé que estarías contenta ante su regreso.- Tanja busca una respuesta.
- Y lo estoy, pero tengo muchas cosas en la mente y demasiado que hacer hoy.- Tanja le corta la mirada antes de responder.
- Asumo que el desfile de moda debe de estar listo y que todo este tiempo extra que hemos tenido que emplear mereció la pena.- Marlene pone la servilleta encima de su plato al terminar su café.
- Sabes muy bien que estamos a punto de concluir, la Navidad es la semana que viene, todo el mundo está inquieto para pasar tiempo con sus familias.- Tanja gruñendo con algo de suavidad.
- ¡Navidad!- Marlene niega con la cabeza. 
- Nunca vas a cambiar Tanja, siempre serás una gruñona.-  Se levanta de la mesa y casi tropieza con Elisabeth al salir.
- ¡Marlene! ¡Buenos días!- Elisabeth la saluda mirándola con curiosidad.
- Buenos días tal vez tu desayuno con Tanja sea más esclarecedor que el mío- Ella sonríe con ironía dejando a Elisabeth a pie de puerta.

Marlene pasa visita por la casa en construcción, habla con Thomas para comprobar el progreso de las cosas. También cambian impresiones sobre las vacaciones y los planes para la cena el día de Navidad. Después se dirige a LCL y decidida a trabajar en los apoyos y la escenografía para Emily.

Rebecca coge su maleta del portaequipajes y detiene un taxi. Desde el aeropuerto se dirige a LCL. Las dos primeras noches lejos de Marlene fueron difíciles. Organiza su agenda y envía un mensaje a Tanja de su paradero.
Marlene empieza a vestir un banco empujando un poste de luz al lado de él. Está sumida en sus pensamientos, cuando la voz de Abby la interrumpe.
- Disculpa, sé que estás ocupada, pero… ¿Podemos hablar?- Ella comienza a mendigar. Marlene suspira.
- Hemos hablado de esto una y otra vez… y todavía no lo conseguimos.- Rápidamente se aleja del grupo y sale por la puerta, el aire frío roza su cara, se cruza de brazos en un escalofrío.
- Tienes frío volvamos dentro.- Comenta Abby. Marlene se aleja de LCL con Abby en su persecución.
- ¡Marlene, por favor, sólo párate!-  Exclama en voz alta. Marlene se gira hacia ella. - ¿Por qué no te puedes detener? Por favor déjanos en paz, a mi y a Rebecca. Yo no te quiero.- La reprende con ira. Abby comienza a llorar, niega con la cabeza el dolor que siente, entró por ella como el filo de un cuchillo. Coge a Marlene  de los hombros.
- Yo sólo quería disculparme por la otra noche, siento haberte incomodado. Tienes que creerme.- Ella le declara apretando fuerte a Marlene.
Rebecca sale rápidamente del taxi y se apresura hacia la puerta principal de LCL.    
– ¡Emily! ¿Has visto a Marlene?- Le pregunta con una sonrisa. Emily mira a su alrededor.
- ¡Rebecca!-  Expresa vacilante.- Creo que la vi salir fuera.-  Rebecca deja su bolso y la agenda en el escritorio de la recepcionista y corre hacia la puerta, sale mirando a ambos lados. Al no verla se dirige hacia el parque, dobla la esquina y una triste sorpresa  encoge su  interior. Las manos de Abby la sujetan ve con incredulidad como Abby besa a Marlene plenamente en los labios.  Las lágrimas comienzan a rodar por su rostro. Las siente frías como fragmentos de hielo que retuerce el interior. Todo su mundo al revés. Marlene se sacude rápida de Abby. Mira hacia un lado para ver a Rebecca.
- ¡Rebecca!- Grita huyendo de Abby. Rebecca ignora sus llamadas. Va corriendo tan rápido como puede a través del parque  para dirigirse al castillo.
Va perdiendo el aliento y se cae al suelo justo al entrar en la Orangerie.
- ¡Rebecca!- Marlene se agacha y le habla dócilmente deslizándose en el suelo junto a ella. Rebecca trata de limpiar las lágrimas, se muerde el labio inferior. - No es lo que parece.- Marlene tiene la boca reseca de la persecución.
- ¿Qué se supone que debo pensar?- Rebecca cuestiona con un resoplido y sin  mirarla directamente.
- Ella fue la que me dio un beso que yo no respondí. Tienes que creerme yo nunca te engañaría. Te amo.-  Ella se estremece con dolor, el corazón le late con miedo.
– Me dijiste que manejarías esta situación y me prometiste que lo harías.- Sus lágrimas vuelven ira.
- He tratado de ser amable y no hacer una escena pero ella no se rinde.- Marlene tiene su brazo alrededor de Rebecca, pero Rebecca lo aparta ella. Se levanta y se quita el abrigo.
- Necesito una ducha.- Deja a Marlene allí sentada. Pone ojos de ira y golpea su puño contra el suelo. Se levanta respira profundo  y se dirige en busca de Abby. 
Golpea fuerte con el puño en la puerta de su apartamento. Abby abre la puerta vestida sólo con una bata. La mandíbula de Marlene está tensa con fuerza por el estrés. 
- Sabía que vendrías.- Se da la vuelta y entra en la sala de estar. Marlene la sigue.
- Estoy enamorada de mi mujer ¿Por qué no te das cuenta?- Le cuestiona con enojo. 
- Dices eso, y me permites darte un beso.- Abby responde con soberbia.
- Nunca te pedí que, asumo que pudiste. Yo no veo de todos modos como resolver esto. Así que he decidido dejar a Rebecca que sea ella quien lo maneje.- Abby se acerca rápidamente a ella.
- ¿Rebecca manejará algo que es entre tú y yo?- Ella responde con arrogancia. Marlene levanta las manos en el aire mientras se mueve hacia la puerta.
- Estoy tratando... estoy tratando de razonar contigo. Estás fuera de mi mente. Estás mal guiada por cosas que no puedes controlar, y no eres capaz de darte cuenta de lo que estoy tratando de decir. Me encanta y amo a Rebecca. Te lo dije y te lo diré de nuevo, no te amo, nunca habrá nada entre nosotras y empieza a considerar dejar LCL por tu propio bien si vas a mantener esta actitud.-  Marlene  cierra la puerta con violencia dejando Abby sintiéndose sola, herida y enojada.
Marlene abre la puerta a la orangerie en silencio. Encuentra a Rebecca dormida.     
- ¡Rebecca!-  Le susurra al oído causándole una ligera excitación. Marlene se despoja de su ropa, en su piel desnuda sube a la cama y se acurruca junto a Rebecca a su espalda. Acaricia el hombro de Rebecca que abre sus ojos, las lágrimas comienzan a fluir de nuevo.
- Por favor, déjame en paz.- El estómago le duele como un puñetazo. Se aparta de Marlene.
- Rebecca favor no hagas esto, no hice nada malo.- Le suplica. Rebecca se vuelve hacia ella.
- Me voy dos días sólo para volver a casa y te encuentro en los brazos de otra mujer. ¿Qué debo pensar? ¿Cómo se supone que debo reaccionar?- Sus palabras golpean Marlene como una tonelada de ladrillos de peso insoportable.
- No puedo creer que estemos teniendo esta discusión. ¿No pensarás que la estoy viendo a tus espaldas?- La ira de Marlene se hace más intensa. - Es obvio que no voy a dormir aquí esta noche.- Exclama arrojando con dureza las sábanas fuera y comienza a vestirse. Rebecca se sienta en la cama doblando sus rodillas bajo la barbilla. Marlene se pone el abrigo recoge su bolso y recupera las llaves.
- No te vayas.- La voz de Rebecca es humilde, Marlene se gira para mirarla a la tenue luz de la habitación. Rebecca enciende la lámpara de los ojos rojos por la ira y las lágrimas.
- ¿Podemos hablar?-  Rebecca se ofrece a  Marlene que espera. Ella asiente, apoya el bolso en el borde de la cama. - ¿A dónde fuiste?- El ritmo cardíaco de Marlene se acelera cuando se da cuenta de que va a tener que decirle a Rebecca la verdad. Con lo que pasó en Sin límites y su enojo con Abby antes. Marlene finalmente le responde.
- Fui a ver a Abby.- Rebecca abre los ojos.
- ¿Para qué?- Pregunta con frialdad.
- Para poner las cosas claras, decirle que nos deje en paz y que está en su mejor interés dejar LCL.- Marlene se deja caer a su lado. - Le dije que te amaba, que ella supo esto todo el tiempo. Que me casé contigo por amor, ella no lo quiso creer hasta hoy. ¡De verdad! Ella me agarró y me cogió por sorpresa, no tenía ni idea de que me iba a besar.  Me tienes que creer.-  Marlene empezó a acariciar el lado del brazo de Rebecca. Rebecca hizo una mueca sacudiendo la cabeza.
- Imagina cómo me sentí al verlo, es una posición incómoda y con ella. Nunca te dejará, debo hablar con ella.- Marlene baja la cabeza.
- Le dije que desde esta noche estaba fuera de mis manos y que ella tendría que vérselas contigo. Yo ya había intentado lo suficiente el razonar con ella sin conseguir nada.- Marlene se inclina hacia delante en un intento de besar a Rebecca, pero ella aparta la cara.      
- No puedo, estoy demasiado enojada para pensar en el sexo o cualquier otra cosa.- Se recuesta en la cama. Marlene se levanta y se desviste, se pone el pijama y pasa la noche en el sofá.
Marlene despierta dando vueltas y mira a su alrededor con la cabeza en las nubes. Se levanta y  encuentra que Rebecca ya se ha ido. Buscando la ducha tropieza con una nota que pone.
- Si alguien está interesado en el arrendamiento de la vivienda puede  conocerlo a las diez.- Lee en voz alta. Marlene lo dobla y lo pone en su bolso. Se ducha preparándose para un duro día por delante.

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