Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 12 de diciembre de 2017

La oscuridad de mis días.


Nuevo relato sobre Marlene y Rebecca bajo la pluma de Visla girl. Traducción y adaptación hecha por mí  independiente del relato anterior. Es una historia diferente desde un planteamiento completamente diferente al anterior.
Espero que guste pues tiene también tintes de drama y resulta interesante.


    




EPISODIO  UNO


        Algo viejo algo nuevo algo prestado algo azul.

La calidez de una brisa de verano de junio sopla entre los árboles que bordean la entrada de Town Square Park. Los faldones de los manteles de lino son aleteados por esa brisa haciendo sonar un tintineo al golpear los platos. Las conversaciones de  familiares y amigos dejan en el aire el ambiente festivo de una celebración. – Te veo preciosa. -  Una voz suave llama detrás de Marlene Wolf, rápidamente se da la vuelta para ver a su mejor amiga, la recibe con una sonrisa. - ¡Grace! - Marlene se acerca a ella, medio la abraza tomando sus hombros con alegría. - Quería tener la oportunidad de decírtelo antes de la boda. - Grace lo expresa con brillo en sus ojos. Marlene se queda mirando esos ojos verde oscuro de Grace Brandon, su mejor amiga  desde que se mudó a New Haven, Connecticut diez años antes. - ¿Me ayudas a recogerme el vestido? - Añade tranquilamente sonriendo. - Me casé en otra ocasión anterior, fue una boda tradicional. -  Comenta. - No creo que a Mark realmente le importe. - Le recuerda Grace mientras toman una copa de champán. - Tu sabes que cuando David y yo nos casamos años atrás, solo queríamos huir, fugarnos. - Sonríe Grace bebiendo su champán. – ¡Bueno! También tuvimos otras ideas. – Marlene ríe. Los rubios mechones de sus cabellos brillan con la luz que atraviesa las ramas de los árboles del lugar. Marlene rápidamente vuelve su atención a su esposo y recién casado. - Nunca te he agradecido el haberme presentado a un hombre tan maravilloso. – Le dice con un resplandor en el rostro. Grace estudia brevemente la expresión de Marlene. - No hay necesidad de agradecerme nada Marlene, Mark es un joven con talento que merece encontrar la felicidad. – La coge por el brazo para contemplarlo mientras él conversa con un colega.
El Dr. Mark Blair es un hombre alto y bien conformado, el pelo rubio polvoriento, mandíbula cuadrada pero robusta, sus ojos grises reflejan un alma amable e inteligente. Marlene expresa un pensamiento. - ¡Tengo suerte! – Lo observa fijamente, se acerca y le besa.  - Creo que tu padre parece un poco cansado. – Le dice él. - Voy a comprobar, si me disculpas Grace. - Ella se dirige hacia Thomas. - ¡Papá! -  Ella extiende la mano. - ¡Oh Marlene! - Le sonríe. - Mark me dice que pareces estar cansado. – Él la mira con severidad. -  Creo que he mezclado la bebida un poco de más.- Responde mirando al resto de invitados. - Te llevaré de vuelta al apartamento donde podrás relajarte. - Ella agarra la base de su corbata.  - ¡Quítatela! - Ambos se ríen. - ¡Hija mía! – Empieza a hablar. – Estoy orgulloso de ti, has logrado hacer una carrera y casarte con un buen hombre. -  Marlene se sonroja. -  Estoy muy feliz desde que vivo aquí, mi carrera, mi trabajo y una vida social. – Comenta mostrándose de acuerdo. Thomas la mira con el ceño fruncido y aprieta  los labios. - ¡Marlene! De alguna manera, no creo que ese sea siempre el caso. - El corazón de Marlene se acelera. - He ocultado mi pasado y he hecho algo que necesitaba hacer desde hace mucho tiempo, encontrar la felicidad y lo he conseguido. - Thomas la mira, ella se lo recuerda. - ¿Qué más puedo querer? –  Le responde con una sonrisa. - Este es el día de tu boda.- Con su mano acaricia un lado de su cara. - ¿Estás segura? - Le pregunta. - Creo que voy a tomar otra copa de champán y a sentarme en ese banco de allí.-  Señala con decisión. Marlene baja los hombros. - No vamos a tardar mucho, lo prometo.- Vuelve a sonreír dejándolo solo con sus pensamientos. Marlene se acerca a Mark. – ¡Discúlpenme! - Le dice a los invitados con los que está conversando. - ¿Está bien Thomas? – Pregunta con una mirada de preocupación. - Viajar desde Alemania es largo y agotador, él ha llegado ayer por la mañana, creo que le gustaría relajarse y poder hablar con su hija.-  Marlene le comenta suavemente, Mark le acaricia el brazo.  - ¿Por qué no lo llevas a casa? Relájate un poco y hazle los honores. – Alienta su pensamiento con una sonrisa animosa, mira su reloj de pulsera. - La gente del katerin está haciendo bien su trabajo y Grace puede ayudarme a atender a los invitados. -  Ella le da un beso en los labios. - ¡Te amo! - Añade. - ¡Vete! - Le susurra él. - Marlene no es necesario que te vayas de tu boda - Protesta Thomas al montarse en el coche. Se marchan al apartamento de Marlene.

Ella se  cambia rápidamente, sirve una copa de vino y se sientan en la terraza. – ¿Estás segura de lo que has hecho? – Thomas pregunta sin ambages. Tengo suerte que sea él. - Marlene responde rodando su anillo de boda con el pulgar. - ¿Crees que alguna vez volverás a casa, quiero decir…? – Marlene suspira.   - Mark y yo iremos pronto, me gustaría llevarlo a los lugares que eran importantes para mí cuando era niña, quiero compartir nuestra cultura con él y nada mejor que visitar a mis hermanas. – Marlene comienza a sentir cierta nostalgia de la casa de sus padres. - Mi apartamento puedes usarlo cuando quieras. – Ella acerca su mano y le acaricia. - ¡Gracias papá! Hablé con Kim la semana pasada. Parece que el restaurante de Emilio funciona bien y en España están a gusto los dos. - Añade apoyando la cabeza sobre el hombro de su padre. Thomas la abraza.  - Como dije, echo mucho de menos nuestra casa, pero hay muchos malos recuerdos para mí allí. – Responde con honestidad alejándose de él y mirando hacia la calle. - ¡Marlene! -  Thomas llama su atención. - Quiero preguntarte si compartiste tu pasado con Mark. - Ella se da la vuelta para mirar de frente a su padre con una expresión lúgubre. – Salí de allí con el corazón hecho trizas. -  Responde bajando la cabeza. Thomas puede ver la mirada distante en los ojos de su hija. - No quiero sobrepasar mis límites. - Interviene rápida Marlene. - Le dije que estuve casada con Hagen, que me separé, que me violaron y tuve momentos muy difíciles. -  Responde con severidad. - ¿Sabe él? Marlene interrumpe una vez más a su padre. - ¡Por favor, papá! No le he mencionado a Rebecca. Quiero olvidar todo el dolor. – Se expresa con toda sequedad. - La verdad, no es algo que debas esconder a tu marido. ¿Te avergüenzas?-  Pregunta con toda la intención y con una ceja fruncida- ¿Avergonzarme? ¡No! - Se hace eco de sus palabras. - Tuvimos nuestro tiempo, nuestra oportunidad, pero eso ha sido hace años, ahora estoy lejos de ella y estoy feliz, ¿Por qué debería ahondar en un pasado lleno de recuerdos junto a ella? – Habla con cierta frialdad. - Le hablaste de Hagen ¿Tienes miedo de que te hubiese dejado si supieras que estás enamorada de otra mujer? - Le pregunta mirándole a los ojos, ella comienza a llorar. - Tuve un tiempo muy difícil después de nuestra ruptura, a menudo me preguntaba si he tomado la decisión correcta. Yo necesitaba encontrar mi verdadero camino. Venir aquí fue la solución. Hallar nuevos amigos y encontrar a Mark han cambiado mi vida para mejor, Rebecca es sólo un recuerdo lejano. - Comenta limpiándose las lágrimas.  -Tendré que decírselo a Mark en el momento oportuno. Lo haré, te lo prometo, pero ahora mismo tengo que concentrarme en este matrimonio y en mi carrera.- Le dice a su padre con el ánimo caído. - ¿Cómo están los Lahnstein, realmente? - Ella cuestiona con angustia, Thomas se encoge de hombros.  -  He estado apartado de ellos tres años, excepto Elisabeth, en ocasiones hablamos, pero ella no tiene mucho que ofrecer aparte de cómo estás y es bueno verte. -  Le dice y se ríe entre dientes. - He cambiado mucho en diez años. Paso la mayor parte del tiempo en Hannover o en Barcelona, ​​Biggi y yo visitamos a tus hermanas con frecuencia. - La sonrisa refleja satisfacción. - Sé que Dana y Kim disfrutan de tenerte cerca.  ¿Cómo están Hagen y Dana? - Pregunta con angustia. Thomas se encoge de hombros. - Maxi ha crecido hasta convertirse en un joven estupendo, es muy bueno en la escuela y le encantan los caballos. Cuando vuelva, voy a pasar la mayor parte del verano con ellos ayudando a ampliar el granero. Realmente disfruto mi tiempo en su compañía y desde que Dana tiene adoptado a Maxi, ha cambiado mucho, la noto, muy entregada. -  Sonríe ampliamente cuando la puerta del apartamento se abre. - ¡Oh! ¡Hola!- Se levanta y se acerca a Mark le abraza y le besa. - ¿Estás bien? – Pregunta a Thomas. - ¡Si! Pero estoy muy cansado y necesito dormir un poco. ¿Te importa si me retiro? – Le pregunta a Marlene que lo acompaña hasta la habitación de invitados. - Te despertaré cuando llegue la hora para ir al aeropuerto. – Le comenta y cierra la puerta detrás suya. - ¡Bueno! ¿Cómo está?- Mark le pregunta acariciando el rostro de Marlene con las puntas de sus dedos. - Muy cansado, pero feliz por nosotros. - Cierra sus brazos alrededor de su cintura. - Me gustaría poder llevarte a algún lugar especial. – Sonríe. - Estoy trabajando en eso. - Bromea. - ¿Trabajando en qué? Sera difícil con la carga de casos que has tenido últimamente. – Comenta ella. Besa sus labios. - ¡Mark! Sé los sacrificios que has hecho para ser el mejor cirujano que New Haven ha visto alguna vez. – Le da palmadas con las manos a los costados. – Lo sabes demasiado. - La acercó más y la besó románticamente. - Lo sé, pero no quiero esperar. ¿Entiendes? - Marlene tomó su mano y lo conduce al dormitorio, desata su corbata y le desabrocha la camisa, gimotea apasionada.  - ¡Hmmm! Mi nuevo marido, te amo y te quiero.- Consigue quitarse la ropa lentamente hasta que se queda desnuda, caen en la cama para  hacer el amor toda la tarde. - Es difícil creer que finalmente estamos casados.-  Él habla mientras está sobre ella. - Me alegro de que me convencieras. - Ella ríe acariciándole la cara con el dorso de la mano. - Quería hablarte de algo muy importante para mí. - Le dice mirando a sus ojos. - Tienes toda mi atención. -  Ella ríe besándolo. - Sé que nuestras vidas están ocupadas. – Él empieza a hablar.  - Muy ocupadas. - Marlene acepta que  rastree su cuerpo. - Quiero tener un hijo contigo. – Le espeta sin cuidado, Marlene se siente incómoda. - ¿Un niño? – Suspira. – Suena a decepción. -  Se levanta y descansa a su lado. - No estoy decepcionada, sino más bien sorprendida, acabo de comenzar mi nuevo trabajo y no puedo dejar  de trabajar y hacer eso ahora. - Suplica en voz baja. - Has trabajado duro y he reconocer que te has hecho un hueco, pero sinceramente tendrías mucho tiempo para ello. – Él replica. - ¡Mark! Tengo treinta y cinco años y simplemente no sé si quiero tener un hijo… - De repente deja de hablar. - ¡Por favor! No lo descartes, sé que estoy pidiendo mucho, pero quiero niños. - Traga saliva mientras hace una mueca. - Necesito tiempo para pensar en ello. -  Le habla severa. - ¿Qué es lo que nos detiene? Quiero decir que estamos casados. -  Marlene se sienta en el lado de la cama pasando sus dedos por el cabello y se excusa para ir al baño. - ¿Marlene estás bien? - Pregunta Mark desde de la puerta. Marlene abre silenciosamente el armario de medicamentos y saca un paquete de píldoras anticonceptivas, toma una rápidamente. - ¡Marlene! - Mark pregunta de nuevo cuando ella abre la puerta. - Estoy bien, sólo un minuto. -  Ella duda en cerrar el gabinete lentamente. - ¡Oye! - Él la coge en un abrazo. - No quería molestarte y supongo que es precipitado. -  Se aclara la garganta. - Deberías haber discutido esto contigo antes. ¡Lo siento! -  Se disculpa. - Me pilló desprevenida, eso es todo. - Responde con su mandíbula rígida, eleva el pulgar rápido en señal de aprobación. - Mark, te amo con todo mi corazón, realmente lo hago per… - El la mira. - Shh, entiendo, pero por favor…-  Él agarra un mechón de su cabello. - ¡Por favor! Piénsalo. – Marlene le mira mostrando cierta tristeza. - ¡Lo haré! -  Él la abraza. Ella recuesta la cabeza sobre su hombro y se muerde el labio inferior pensativa. - Deberíamos vestirnos tu padre probablemente esté ya listo para la cena. – Le dice con una sonrisa aliviando su conciencia preocupada.

- ¡Buenos días! - Grace se encuentra con Marlene en el pasillo. – Estoy muy ocupada hoy. - Marlene la saluda pasando a su lado. – ¡Eeey! - Grace la sujeta por el brazo. - ¿Qué te ocurre? - Pregunta preocupada. - El señor Bender está esperando. – Le contesta.  Grace la detiene de nuevo en el vestíbulo de la sala de terapia física.  Marlene mira a través de la ventana de cristal. - ¿Por qué estás tan tensa? - Le pregunta, ella la mira brevemente. - ¿Mark y tu habéis tenido vuestra primera pelea? ¡Pareces nerviosa! - Ella le cuestiona, Marlene miró brevemente - Mark, tiene en mente que quiere tener un bebé. -  Grace se quedó sin palabras. - ¡No sé! No esperaba esto de él. Quiero decir que nunca hemos hablado  de tener un hijo. – A su amiga le parece que lo expresa molesta. - ¿Has hablado con él, de ello? - Ella le pide que no comente nada. - Lo intenté, pero él no quiere que lo descarte. Me ha casado para hacer su sueño una realidad. – Se le sale el corazón por la boca. - Marlene, no quiere decir que tenga que suceder de inmediato. - Grace trata de ser la voz de la razón. - He trabajado duro para conseguir esta profesión. Quiero progresar en ella. ¡Tengo treinta y cinco años! Estoy empezando una nueva vida. Un hijo ahora  sería un obstáculo. -  Exclamó en voz alta. - Tranquilízate Marlene.- Ella la agarra por los hombros aliviando sus tensiones. - El señor Bender está esperando, hablaremos más tarde. - Se separaron cada una a su trabajo.

- Dr. Blair, por favor, venga y toma asiento. – Le dice  Garrison. Con un gesto le extiende la mano y la estrechan. Mark se sienta frente al doctor. - ¿Has tomado una decisión? - Arquea la ceja al preguntar. - He decidido vincularme a la posición de Düsseldorf, Alemania – Contesta pensando en Marlene, que estaba en el fondo de su mente. - ¡Ah! Buena elección. Me pondré en contacto Bruno Kessler y le hago saber que has aceptado, odio perder buenos talentos como tú, pero San Vicent está necesitando a alguien con tus habilidades y nuevas técnicas. – Le dice sentándose en su silla. - Es sólo por dos años. – Ratifica Mark. - ¿Se lo has dicho a tu encantadora y nueva esposa? - Le pregunta firmando papeleo para personal. - ¡No! Quiero sorprenderla. No tuve una luna de miel todavía y creo que esto será perfecto. -  Explica con toda confianza. - ¿Quieres que trabaje a tu lado? -  Le pregunta dándole los documentos de viaje.  – Puede ser una buena experiencia para ella y estará entre la gente que conoce y su familia. -  Expresa sonriente. - Creo que deberías compartirlo con ella. ¿No crees? -  Sonríe el Dr. Garrison caminando con él a la puerta.  De vuelta camina hacia la sala de terapia física donde Marlene está terminando con su último paciente. - ¡Hey! - La sorprende mientras entra por la puerta. - ¿Puedo hablarte? Es importante. – Se apartan hacia un lado. - ¿Se puede saber qué pasa? - Todavía siente la incomodidad de la última conversación. – Enseguida te lo comento. - Él toma una respiración profunda mirando a sus ojos. - He decidido aceptar una beca de dos años. – Marlene se sorprende, nunca le había hablado de tal propuesta, antes de decir cualquier cosa, decide que debe escuchar. - ¡Nos vamos a mudar a Düsseldorf! - Sonríe ampliamente esperando una buena respuesta. - ¿Qué? – Responde aún más sorprendida y a la vez consternada. - Mis habilidades son necesarias y con las nuevas técnicas que he estado trabajando. Esto es una oportunidad real para que comparta mis conocimientos y tú estarás trabajando a mi lado. - Se cruzó de brazos y se apoyó contra la puerta. - Ojalá hubiera sabido esto de antemano. – Sus ojos comenzaron a mirar en distintas direcciones, Marlene no sale de su sorpresa. Siempre censuró que se tomasen decisiones a sus espaldas que la afectaban. Recuerda que eso le sucedía con Rebecca, ahora su marido realiza la misma operación. Comienza a sentirse indignada. - ¿Quieres compartir la noticia con tu padre? Estoy seguro de que él estará exaltado. - Él la abraza con fuerza. -… Y deberíamos empacar, nos iremos la próxima semana. - Él roza sus labios contra los de ella. Marlene responde de forma sarcástica. – Estoy segura que se alegrará. -






No hay comentarios:

Publicar un comentario