UNA AUSENCIA PROLONGADA
Elisabeth está sentada en su escritorio en
el estudio hojeando el correo que le había sido entregado anteriormente, coloca
a un lado las facturas, al otro la correspondencia corriente. Encuentra una
pequeña postal dirigida a la familia Lahnstein, le da la vuelta y lee en voz
alta. “Mi querida familia, saludos desde Egipto. Ha
pasado mucho tiempo desde que he hablado con alguno de ustedes. Estoy feliz de anunciar que acudiré a casa
para la boda de Tristán y estaré allí la mayor parte del verano. Espero
compartir noticias con todos ustedes. Iré acompañada de un invitado. Que al
recibo de esta postal os encontréis bien. Todo mi amor Helena.” A Elisabeth se le desata la euforia, ella siempre ha echado mucho de menos a Helena.
Coloca la postal junto a su corazón y hace una respiración profunda.
–
Mis excusas Condesa. -
Justus llega con su sonrisa de enormes proporciones.
- El
almuerzo está servido.- Ella sonríe ampliamente.
– Justus, tengo una buena noticia.- Dice poniéndose de pie para ir al comedor.
- ¡Condesa! No me mantenga en suspenso.- Advierte con una sonrisa.
– Justus, tengo una buena noticia.- Dice poniéndose de pie para ir al comedor.
- ¡Condesa! No me mantenga en suspenso.- Advierte con una sonrisa.
-
Helena va a regresar para la boda de Tristán y para el verano.- Le responde.
- ¿De
verdad? Es una noticia maravillosa. ¿Qué dice el resto de la familia?- Interroga
bruscamente.
-
Acabo de leer la carta de ella ahora.-
Responde ella ya sentándose.
- Sé
que la familia estará feliz de verla al igual que yo.- Él
le agrega y le sirve el almuerzo.
Marlene está sentada en su escritorio repasando
las fotografías de Riga. Cierra los ojos mordiéndose el labio pensando en el
futuro, los temas de telón de fondo para las colecciones de adolescencia y de
la ropa interior, cuando alguien golpea en su puerta.
-
¡Adelante!- Se aclara la
garganta en previsión de su visitante.
-
¡Tanja! ¿Qué te trae por mi oficina?- Entra y dando un suspiró se sienta.
- Sebastián
y yo estamos preparando un viaje a Madrid la próxima semana. - Ella
coge algunas de las fotos que Marlene había estado repasando.
-
¿España, es que tu próxima conquista?-
La interroga con una sonrisa irónica.
- Enviaré
a Kim a Madrid y algunos otros lugares. Podrá viajar con Emilio, le hará de guía.- Tania vuelve a mirar las fotos. -
¿Estás preparando Riga?-
Ella pregunta con seriedad.
-
¡Sí! Pienso que puedo conseguir una ventaja, ya que sólo tengo dos colecciones
de las que preocuparme, y que me gustaría tener preparadas de antemano.- Ella se mira hacia su vientre acariciándose con
una sonrisa.
- Yo
quería hablar contigo acerca de algo.-
Tanja prepara el camino.
–
¡Te escucho!- Se apresura a responder.
-
La Universidad de Dusseldorf se ha puesto en contacto conmigo, he hablado con
el profesor Hans Schumer, que está interesado en añadir el diseño de moda y los
cursos de diseño gráfico en su plan de estudios de este otoño.- Le expone
con claridad.
- Y
¿Qué quieres que haga? -
Marlene le hace una pregunta directa.
- Voy
a estar en Madrid, como te he dicho. He fijado una reunión y una gira por LCL con él y algunos de
sus colegas en la mañana del lunes a las nueve, me gustaría que tu les hicieras
un tour y respondas a sus preguntas.-
Le comenta con franqueza. Marlene se siente iluminada.
–
Desde luego que disfrutaré con ello. Gracias por darme la oportunidad.- Tanja sonrió.
-
Prepara algo para ellos, una guía de cómo trabajamos, gestión, herramientas,
materiales, y todo lo demás.- Tanja divaga hablando de generalidades.
-
Creo que entiendo lo que quieres. ¿Cuándo vas a estar de vuelta de España?- Pregunta
por curiosidad.
-
El Jueves, volamos la noche del domingo. ¿Por qué?- Pregunta
con misterio.
- Quiero
hacer una cena antes de la boda, estaba pensando en el Viernes. La madre y el abuelo
de Emily llegarán el jueves y como no pudimos celebrar la nueva casa.- Ella relató.
-
¿Crees que Emily es lo mejor para Tristán?- Tanja cuestiona en tono de broma.
– Rebecca
parece pensar que es lo mejor que le ha pasado.- Marlene le habla en voz baja. Tanja la mira.
- Marlene,
no es que tu no fueras lo mejor para Tristán simplemente no eras la más
adecuada para él. Amas a Rebecca. Tú y yo sabemos que fuiste una parte muy
especial de su vida. Pero las cosas
cambiaron y Rebecca entró por las puertas de tu vida. No mires hacia atrás cuando
te decidiste por ella.- Tanja
le aconseja.
-
Lo sé y tengo que estar de acuerdo que es lo mejor para él, pero a veces tu
pasado te hace dar un paso atrás para reflexionar.- Marlene
se expresa con una risa.
- Voy
a decirte que las veces que he estado casada realmente me han hecho reflexionar.- Le
suelta con una carcajada.
-
Bueno, yo sólo pienso casarme una vez y criar a mis hijos con Rebecca. - Ella se pone seria.
-
A veces me fijo en las dos y pienso que siempre estuvisteis destinadas a estar juntas.
Rebecca sufrió mucho al separaros, sinceramente me sentí mal por ella. Al
principio ella estaba tranquila, sin pretensiones y para sí misma. Se esforzó
hasta la extenuación, se sumergió en su trabajo hasta que conoció a Katherine. A
menudo me preguntaba cuándo o si
volverías. Cuando te contacté con
la boda y hablamos, si que tuve la sensación de que te ibas a quedar.- Tanja
le habla con el corazón, algo raro en ella, pero Marlene es su amiga de
confianza y en su presencia baja la guardia.
-
Nunca dejé de amarla, simplemente no era tan sencillo, realmente no podía
comprometer, a ti o a nadie, mis verdaderos sentimientos porque tenía que tomar
una decisión sin interferencias. Tampoco fue fácil salir de Los Ángeles después de
que me encontrase a mí misma.-
Ella le recuerda.
-
¡Sí! Pensé que no volverías a Alemania, mi mejor amiga. Yo te eché mucho de
menos, muchísimo, pero ahora estás aquí y feliz.- Tanja se levanta de la silla.- Tengo
un millón de cosas que hacer hoy, no trabajes demasiado tarde. ¿Cuándo esperas Rebecca?-
Añade caminando hacia la puerta.
– Mañana,
ha sido una larga semana de estar sola y apartadas.-
Ella baja la mirada hacia el escritorio, Tanja se ríe con sarcasmo.
- Tú
quieres decir que echas de menos el sexo.- Marlene le echa una mirada de censura.
- ¡Tanja!- Marlene espetó.
-
¿Crees que no sé lo que pasa? Te olvidas que he sido una recién casada, en el
amor y embarazo.- Le cuenta divertida. Marlene sonríe con
pudor.
- Estoy
tan hormonal, caliente y no te pierdas nuestro tiempo juntas. ¡Los juegos que
jugamos!- Ella se incorpora haciendo que Tanja haga una mueca y que frunza el ceño.
-
¡Marlene! Eso es demasiada información. Te veré más tarde.- Ella
gentilmente cerró la puerta dejando a Marlene sintiendo que tenía la última
palabra y sonríe. Reordena las fotos y las coloca en el sobre.
- ¡Disculpa
Marlene!- Se excusa Sophia
abriendo la puerta con un golpecito.
-
¡Sí! Por favor. ¡Entra! -
Sophía obedece.
-
Tanja ha mencionado algo sobre las fotos telón de Riga.- Pregunta
curiosa y cauta a la vez.
- Las
tengo aquí.- Ella le
entrega el sobre.
-
¡Gracias! ¿Alguna noticia de Rebecca?-
Ella sondea mirando directamente a Marlene.
-
¡Sí! Volverá mañana.- Marlene es categórica con su respuesta. Sophía
sigue mirando las imágenes. - ¿Estás a
gusto con el trabajo hasta ahora?- Marlene empieza la conversación de nuevo.
-
¡Genial! Estoy trabajando en algunas ideas y realmente podré mostrar algo para cuando retorne Rebecca.- Ella sonríe
mirándola. Marlene se siente incómoda.
-
¡Oh! Como decía, ella estará de vuelta mañana y al trabajo el lunes.- Le
responde con calma, no quiere regalar su extrañeza.
-
¡Bueno! Gracias por el vistazo a estas imágenes, me encanta tu trabajo, muy
profesional. ¿Podrás asistir a día de moda en Riga? – Le pregunta.
- ¡No!
Es lamentable pero no voy a ser capaz de volar y es demasiado cerca de la fecha
del parto.- Ella le responde. Sofía pone el sobre de
fotografías de vuelta en el escritorio.
– Es una pena que no puedas ir, pero estoy seguro
de que los fondos serán un éxito.- Señala con su dedo índice hacia el sobre de
fotografías que había colocado de nuevo en su escritorio. - Estas ideas que tienes con toda seguridad, trabajarán bien con todo
el esquema, Riga es una hermosa ciudad, pintoresca y encantadora. ¿Has estado
allí?- Le pregunta.
- ¡No!
No la conozco.- Marlene se apresura a responder.
- ¡Qué
pena, se te echará en falta. Es una hermosa ciudad, especialmente por la noche,
pero estoy segura de que Rebecca te la describirá con todos los detalles.- Marlene
se siente ligeramente molesta.
-
Estoy segura de que lo hará.- Comenta con una media sonrisa. - ¡Ahora! ¿Hay algo más? Estoy segura de que
estarás muy ocupada con los diseñadores y su trabajo.- Marlene la deja pensativa.
-
¡No! Bueno, hablamos más tarde. -
Sophia traspasa la puerta silenciosa, Marlene observa mientras la cierra tras
de sí. Se queda sola con la
incertidumbre de los comentarios que ha hecho sobre Riga y Rebecca. Se sienta en la silla, coloca sus manos en su
vientre. No puede quitarse de encima las extrañas vibraciones que percibe cada
vez que la encuentra. Cierra los ojos y busca en su mente las conversaciones
que tuvo con Rebecca respecto Sophía y cómo la mayoría de las veces no estuvo muy
elegante. Sus reuniones y cómo ella ha llegado a trabajar en LCL.
-
¡Rebecca!- Susurra.
Cierra la computadora, pone en orden su escritorio y se marcha a casa.
Rebecca entra por la puerta principal
agotada de su viaje a Nueva York, la casa está en silencio, se encuentra a Ruth
a mitad del pasillo.
-
¡Oh Rebecca! Es usted. Me alegro que llegue a casa bien.- Ella le coge la chaqueta y y la maleta.
-
¡Ruth!- Ella asiente con
la cabeza. - ¿Dónde está Marlene? He tratado
de llamar desde el aeropuerto, pero no obtuve una respuesta. ¿Está todo bien?-
Muestra una mirada de preocupación.
- Todo
está bien, ella se fue a ver a su padre de visita, no estaba segura de la hora de
tu llegada. Me dijo que no tardaría.-
Le responde mientras cuelga la chaqueta
de Rebecca.
- ¿Por
qué no te vas arriba y te refrescas? Estoy segura de que estás cansada. Tendré
lista la cena en un rato.- Rebecca sonríe
-
¡Gracias Ruth! Voy a hacer precisamente eso.- Ruth extiende la mano a su hombro.
- Voy
a decirle al chófer que deje tu equipaje fuera de la puerta de tu dormitorio.- Le comenta viendo Rebecca subir las
escaleras.
- ¡Gracias!-
Murmura. Rebecca se deja llevar por el calor de la ducha con su cuerpo cansado,
hundido y dolorido del viaje a Nueva York. Ha sido un viaje largo pero de mucho
logro. Sale y se seca. Se acomoda en un cómodo par de pantalones
vaqueros y camisa.
-
¿Rebecca?- La dulce voz de Marlene llama desde el
dormitorio, asoma la cabeza para ver a
Marlene desnuda encima de la colcha.
- ¡Hmmm!- Ella gime con placer cruzando los brazos y
con una leve sonrisa descansando su cuerpo contra el marco de la puerta.
-
¡La señora Von Lahnstein!- Susurra. Marlene arquea su ceja con su
maliciosa sonrisa.
- ¡Acércate!
Tengo algo para ti. – Le
sugiere con su sonrisa atractiva y aditiva.
- ¿Y qué podría ser?- Ella no se mueve de su postura. Marlene alza su mano haciéndole señas. Rebecca da dos pasos hacia ella y se arrodilla en la cama junto a su lado. Rebecca coloca tiernamente sus labios sobre los de ella lentamente, besándola con pasión y deseo.
- ¿Y qué podría ser?- Ella no se mueve de su postura. Marlene alza su mano haciéndole señas. Rebecca da dos pasos hacia ella y se arrodilla en la cama junto a su lado. Rebecca coloca tiernamente sus labios sobre los de ella lentamente, besándola con pasión y deseo.
- Te
he echado de menos mi amor.- Le musita apenas retira sus labios.
- Yo
no quiero hablar.- Marlene
le responde con mimo.
- Sólo
quiero que me abraces y hagamos el amor.- Rebecca puede sentir
la necesidad de sexo llamándola mientras sus labios se abren paso hasta el pecho de Marlene. Lo besa haciendo movimientos circulares con la lengua. El
cuerpo de Marlene se arquea. - ¡Más!-
Le ruega. Sus manos tiran de la camisa
de Rebecca por encima de su cabeza. Desabrocha el sujetador y los deja caer al
suelo. Rebecca se incorpora permitiendo a Marlene desabrochar los vaqueros, sus
dedos exploran la piel tersa de su esposa. Le baja los pantalones hasta que Rebecca
queda totalmente desnuda. Unen de nuevo sus labios mientras emiten quejidos de
placer. Las manos corren sobre los dos cuerpos en un gesto lúdico. La lengua de
Rebecca penetra profunda en Marlene lo que la hace flexionar sus manos, agarra por
detrás de los hombros de Rebecca, la punta de sus dedos se clavan en la carne
blanda de Rebecca. - ¡Rebecca!- Ella exhala
con calor, diminutas gotas de sudor cubren su frente mientras ella se estremece
meciéndose al ritmo de Rebecca hasta que explota en un espasmo erótico. Rebecca
la abraza por sus caderas acercándola para besarla con dulzura. Marlene yace
inerte mientras sus músculos tiemblan después de la liberación. Rebecca se coloca a su lado, cierra
los ojos para respirar el aroma del perfume de Marlene. Coge un mechón de su
cabello jugando con ella.
-
¡Te quiero!- Susurra
besando el dorso de su mano.
- Y yo a ti.- Marlene logra responder mientras siguen bajando los efectos del clímax que explotaron en su cuerpo y mente.
- Y yo a ti.- Marlene logra responder mientras siguen bajando los efectos del clímax que explotaron en su cuerpo y mente.
- Te
he echado mucho de menos, una semana es demasiado tiempo.- Rebecca ríe colocando la mano sobre el
montículo y rondando el abdomen de Marlene.
-
¿Cómo te encuentras?- Ella
le pregunta todavía en silencio.
-
Estoy bien, puedo sentir que mi piel comienza a estirarse.- Sonríe y se vuelve hacia ella.
- Estando
fuera una semana…, puedo ver cómo ha crecido.- Agrega y acerca sus labios en un corto beso.
- ¿Cómo
ha ido el viaje?- Rebecca
suspira.
- Largo
y ha durado toda la noche. Laura está haciendo un trabajo fantástico con la
colección adolescente. Trabajamos solucionando cosas durante dos días. Aaron
hizo numerosas sesiones de fotos en toda la ciudad mientras yo estaba ocupada y
apenas lo veía hasta que fue hora para volver a casa.- Ella se ríe.
-
¿Cómo está Laura? -
Marlene se interesa por ella, la conoció meses antes.
-
Está bien. Finalmente conseguí que contratara un ayudante, un poco peculiar,
pero muy dedicado a Laura y a la moda.- Le afirma con una
mirada.
-
¡Me gusta Laura! Aprecio el tiempo que se tomó con mostrarnos muchos lugares de Nueva York cuando la luna de
miel.- Marlene le recuerda.
-
Me gustaría traerla a Alemania para una visita a LCL aquí y aprender cómo se trabaja, que conozca donde comenzó todo .-
Rebecca habla con los ojos fijos en Marlene. - Hablando de gira.- Ella hace
una breve pausa.
- La
Universidad de Dusseldorf llegará a LCL el
lunes para conocer cosas acerca de la moda y el diseño gráfico. Al parecer van a
ofrecer cursos de la moda. Tanja ha preparado una gira con ellos.- Rebeca
escucha rodando sobre su espalda.
- ¡Vaya!
Es una gran idea, muchas personas con talento, que no tienen la oportunidad de
mostrarlo, podían aprender y las firmas
de moda podrían contratarlos cuando se gradúen.- Ella conjetura. Marlene rueda encima de
ella.
– Yo
estaré dando la gira.- Le
menciona con su dedo índice delineando el lado de la cara de Rebecca.
-
¡Oh! ¡hmmm! Los estudiosos con la señora Von Lahnstein.- Rebecca musita con sorna. Marlene se desplaza al cuello de Rebecca recorriendo su piel con
besos y después con los dientes dejando una marca de pasión. Con las manos
masajea las curvas de su cintura y luego sus caderas. Ella gime cuando los
labios de Marlene besan y acariciaron toda la extensión de su cuerpo.
-
¡Simplemente disfruta!- Marlene suspira mientras descansa su cara
contra el pecho de Rebecca. Baja por el abdomen con las yemas de los dedos
trabajando sobre el montículo hasta penetrar en ella. Rebecca se sube en estado
de felicidad sexual. Su mente confundida, arquea la espalda para estimularse por
la fuerza de Marlene. - ¡No te detengas!-
Ella le pide en voz baja con sus manos se agarra a la colcha. Marlene aprieta
su abrazo en ella cuando Rebecca entra en erupción con un placer fantástico.
Rebecca, se da la vuelta poniéndose de
costado con las manos agarrando la sábana, Marlene se coloca ligeramente en su
espalda ladeando la pierna por encima de ella y con la cabeza apoyada en su
hombro. Rebecca se siente tan alta como una cometa, percibe el intenso calor
del aliento de Marlene en el cuello. Deja descansar su cuerpo desde el clímax
que acaba de experimentar.
-
No me quiero mover.-
Rebecca finalmente le habla.
-
No lo hagas entonces.- Marlene, le susurra al oído. De repente se levanta
y se pone el camisón y la bata.
- ¿A
dónde vas?- Le cuestiona
estirando la cabeza.
-
¡Quédate ahí! Vuelvo enseguida.- Sale
silenciosa de la habitación. Rebecca está relajada cierra los ojos, respira
profundamente en un intento de relajarse aún más. - ¡Rebecca!- Oye su nombre en una llamada de susurro, lentamente
abre los ojos para ver a Marlene de rodillas en la cama con una bandeja de
comida y una copa lleno de vino tinto.
- ¡Hmmm!
No tenías que hacer esto por mí.- Le dice haciendo una mueca de simpatía. Se sientan
en la cama y toma la copa de vino para beber un poco. Comen con la bandeja como
mesa, riendo y hablando sobre el viaje de Rebecca de Nueva York.
- ¿Tienes planes para Riga?-
Marlene le pregunta tomando la bandeja
de la cama para dejarla en el aparador.
–
Probablemente. Entiendo que tú no podrás ir. Quiero ver algunos de los nuevos
diseñadores que mostrarán sus colecciones. ¿Por qué?- Marlene
hace una mueca pensando en volver a la conversación con Sofía del día anterior.
-
¡Oh! No lo sé. Sophia me preguntó, eso es todo.- Murmuró en voz baja.
-
¿Qué preguntó, qué?-
Rebecca percibe una sensación de incertidumbre en Marlene.
- Sólo
que estaba decepcionada y que me estaría perdiendo un buen momento y una
hermosa ciudad.- Baja un
poco la cabeza mientras responde.
- No
tendremos el tiempo necesario para recorrer la ciudad. ¡Sí! Es un hermoso mundo
muy antiguo y está al lado del mar.-
Rebecca le transmite.
- Ella
mencionó algo acerca de la vida nocturna allí y que me lo contarías cuando
regresaras.- Marlene parece aprensiva a Rebecca.
-
¡Marlene! ¿Hay algo que no esté bien? Pareces inquieta sobre Riga, Sophía…- Le pregunta inquieta acercando su mano para
tocarla.
- No
es para tanto, pero es la forma en que lo dijo, tal vez me equivoque. Pero
Rebecca, me recorre un sentimiento extraño cuando la tengo cerca.- Ella
responde a su mirada cautelosa.
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