Una separación necesaria

Una separación necesaria

jueves, 8 de junio de 2017

CAPÍTULO 81

                               
            
                          UNA AUSENCIA PROLONGADA

Elisabeth está sentada en su escritorio en el estudio hojeando el correo que le había sido entregado anteriormente, coloca a un lado las facturas, al otro la correspondencia corriente. Encuentra una pequeña postal dirigida a la familia Lahnstein, le da la vuelta y lee en voz alta.  “Mi querida familia, saludos desde Egipto. Ha pasado mucho tiempo desde que he hablado con alguno de ustedes.  Estoy feliz de anunciar que acudiré a casa para la boda de Tristán y estaré allí la mayor parte del verano. Espero compartir noticias con todos ustedes. Iré acompañada de un invitado. Que al recibo de esta postal os encontréis bien. Todo mi amor Helena.”  A Elisabeth se le desata la euforia,  ella siempre ha echado mucho de menos a Helena. Coloca la postal junto a su corazón y hace una respiración profunda.
– Mis excusas Condesa. - Justus llega con su sonrisa de enormes proporciones.
- El almuerzo está servido.-  Ella sonríe ampliamente.
– Justus, tengo una buena noticia.- Dice poniéndose de pie para ir al comedor.
- ¡Condesa! No me mantenga en suspenso.-  Advierte con una sonrisa.
- Helena va a regresar para la boda de Tristán y para el verano.-  Le responde.
- ¿De verdad? Es una noticia maravillosa.  ¿Qué  dice el resto de la familia?- Interroga bruscamente.
- Acabo de leer la carta de ella ahora.- Responde ella ya sentándose.
- Sé que la familia estará feliz de verla al igual que yo.-  Él le agrega y le sirve el almuerzo.

Marlene está sentada en su escritorio repasando las fotografías de Riga. Cierra los ojos mordiéndose el labio pensando en el futuro, los temas de telón de fondo para las colecciones de adolescencia y de la ropa interior, cuando alguien golpea en su puerta.
- ¡Adelante!- Se aclara la garganta en previsión de su visitante.
- ¡Tanja! ¿Qué te trae por mi oficina?-  Entra y dando un suspiró se sienta.
- Sebastián y yo estamos preparando un viaje a Madrid la próxima semana. - Ella  coge algunas de las fotos que Marlene había estado repasando.
- ¿España, es que tu próxima conquista?- La interroga  con una sonrisa irónica.
- Enviaré a Kim a Madrid y algunos otros lugares. Podrá  viajar con Emilio, le hará de guía.- Tania vuelve a mirar las fotos. - ¿Estás preparando Riga?- Ella pregunta con seriedad.    
- ¡Sí! Pienso que puedo conseguir una ventaja, ya que sólo tengo dos colecciones de las que preocuparme, y que me gustaría tener preparadas de antemano.-  Ella se mira hacia su vientre acariciándose con una sonrisa.
- Yo quería hablar contigo acerca de algo.- Tanja prepara el camino.
– ¡Te escucho!-  Se apresura a responder.
- La Universidad de Dusseldorf se ha puesto en contacto conmigo, he hablado con el profesor Hans Schumer, que está interesado en añadir el diseño de moda y los cursos de diseño gráfico en su plan de estudios de este otoño.-  Le expone con claridad.
- Y ¿Qué quieres que haga? - Marlene le hace una pregunta directa.
- Voy a estar en Madrid, como te he dicho. He fijado una reunión y una gira por LCL con él y algunos de sus colegas en la mañana del lunes a las nueve, me gustaría que tu les hicieras un tour y respondas a sus preguntas.- Le comenta con franqueza. Marlene se siente iluminada.
– Desde luego que disfrutaré con ello. Gracias por darme la oportunidad.- Tanja sonrió.
- Prepara algo para ellos, una guía de cómo trabajamos, gestión, herramientas, materiales, y todo lo demás.-  Tanja divaga hablando de generalidades.
- Creo que entiendo lo que quieres. ¿Cuándo vas a estar de vuelta de España?-  Pregunta por curiosidad.
- El Jueves, volamos la noche del domingo. ¿Por qué?-  Pregunta con misterio.
- Quiero hacer una cena antes de la boda, estaba pensando en el Viernes. La madre y el abuelo de Emily llegarán el jueves y como no pudimos celebrar la nueva casa.- Ella relató.  
- ¿Crees que Emily es lo mejor para Tristán?- Tanja cuestiona en tono de broma.
– Rebecca parece pensar que es lo mejor que le ha pasado.- Marlene le habla en voz baja. Tanja la mira.
- Marlene, no es que tu no fueras lo mejor para Tristán simplemente no eras la más adecuada para él. Amas a Rebecca. Tú y yo sabemos que fuiste una parte muy especial de su vida.  Pero las cosas cambiaron y Rebecca entró por las puertas de tu vida. No mires hacia atrás cuando te decidiste por ella.- Tanja le aconseja.
- Lo sé y tengo que estar de acuerdo que es lo mejor para él, pero a veces tu pasado te hace dar un paso atrás para reflexionar.-  Marlene se expresa con una risa.
- Voy a decirte que las veces que he estado casada realmente me han hecho reflexionar.-  Le suelta con una carcajada.
- Bueno, yo sólo pienso casarme una vez y criar a mis hijos con Rebecca. - Ella se pone seria.
- A veces me fijo en las dos y pienso que  siempre estuvisteis destinadas a estar juntas. Rebecca sufrió mucho al separaros, sinceramente me sentí mal por ella. Al principio ella estaba tranquila, sin pretensiones y para sí misma. Se esforzó hasta la extenuación, se sumergió en su trabajo hasta que conoció a Katherine. A menudo me preguntaba cuándo o si  volverías.  Cuando te contacté con la boda y hablamos, si que tuve la sensación de que te ibas a quedar.-  Tanja le habla con el corazón, algo raro en ella, pero Marlene es su amiga de confianza y en su presencia baja la guardia.
- Nunca dejé de amarla, simplemente no era tan sencillo, realmente no podía comprometer, a ti o a nadie, mis verdaderos sentimientos porque tenía que tomar una decisión sin interferencias. Tampoco fue fácil salir de Los Ángeles después de que me encontrase a mí misma.-  Ella le recuerda.
- ¡Sí! Pensé que no volverías a Alemania, mi mejor amiga. Yo te eché mucho de menos, muchísimo, pero ahora estás aquí y feliz.- Tanja se levanta de la silla.- Tengo un millón de cosas que hacer hoy, no trabajes demasiado tarde.  ¿Cuándo esperas Rebecca?-  Añade caminando hacia la puerta.
– Mañana, ha sido una larga semana de estar sola y apartadas.-  Ella baja la mirada hacia el escritorio, Tanja se ríe con sarcasmo.
- Tú quieres decir que echas de menos el sexo.- Marlene le echa una mirada de censura.
- ¡Tanja!- Marlene espetó.  
- ¿Crees que no sé lo que pasa? Te olvidas que he sido una recién casada, en el amor y embarazo.-  Le cuenta divertida. Marlene sonríe con pudor.
- Estoy tan hormonal, caliente y no te pierdas nuestro tiempo juntas. ¡Los juegos que jugamos!-  Ella se incorpora haciendo que Tanja haga una  mueca y que frunza el ceño.  
- ¡Marlene! Eso es demasiada información. Te veré más tarde.-  Ella gentilmente cerró la puerta dejando a Marlene sintiendo que tenía la última palabra y sonríe. Reordena las fotos y las coloca en el sobre.
- ¡Disculpa Marlene!- Se excusa Sophia abriendo la puerta con un golpecito.
- ¡Sí! Por favor. ¡Entra! - Sophía obedece.
- Tanja ha mencionado algo sobre las fotos telón de Riga.-  Pregunta curiosa y cauta a la vez.  
- Las tengo aquí.- Ella le entrega el sobre.
- ¡Gracias! ¿Alguna noticia de Rebecca?- Ella sondea mirando directamente a Marlene.
- ¡Sí! Volverá mañana.-  Marlene es categórica con su respuesta. Sophía sigue mirando las imágenes. - ¿Estás a gusto con el trabajo hasta ahora?-  Marlene empieza la conversación de nuevo.
- ¡Genial! Estoy trabajando en algunas ideas y realmente podré mostrar algo para cuando retorne Rebecca.- Ella sonríe mirándola. Marlene se siente incómoda.
- ¡Oh! Como decía, ella estará de vuelta mañana y al trabajo el lunes.-  Le responde con calma, no quiere regalar su extrañeza.  
- ¡Bueno! Gracias por el vistazo a estas imágenes, me encanta tu trabajo, muy profesional. ¿Podrás asistir a día de moda en Riga? – Le pregunta.
- ¡No! Es lamentable pero no voy a ser capaz de volar y es demasiado cerca de la fecha del parto.-  Ella le responde. Sofía pone el sobre de fotografías de vuelta en el escritorio.
– Es  una pena que no puedas ir, pero estoy seguro de que los fondos serán un éxito.-  Señala con su dedo índice hacia el sobre de fotografías que había colocado de nuevo en su escritorio. - Estas ideas que tienes con toda seguridad, trabajarán bien con todo el esquema, Riga es una hermosa ciudad, pintoresca y encantadora. ¿Has estado allí?-  Le pregunta.
- ¡No! No la conozco.- Marlene se apresura a responder.
- ¡Qué pena, se te echará en falta. Es una hermosa ciudad, especialmente por la noche, pero estoy segura de que Rebecca te la describirá con todos los detalles.-  Marlene se siente ligeramente molesta.         
- Estoy segura de que lo hará.-  Comenta con una media sonrisa. - ¡Ahora! ¿Hay algo más? Estoy segura de que estarás muy ocupada con los diseñadores y su trabajo.-  Marlene la deja pensativa.
- ¡No! Bueno, hablamos más tarde. - Sophia traspasa la puerta silenciosa, Marlene observa mientras la cierra tras de sí.  Se queda sola con la incertidumbre de los comentarios que ha hecho sobre Riga y Rebecca.  Se sienta en la silla, coloca sus manos en su vientre. No puede quitarse de encima las extrañas vibraciones que percibe cada vez que la encuentra. Cierra los ojos y busca en su mente las conversaciones que tuvo con Rebecca respecto Sophía y cómo la mayoría de las veces no estuvo muy elegante. Sus reuniones y cómo ella ha llegado a trabajar en LCL.
- ¡Rebecca!-  Susurra.  Cierra la computadora, pone en orden su escritorio y se marcha a casa.

Rebecca entra por la puerta principal agotada de su viaje a Nueva York, la casa está en silencio, se encuentra a Ruth a mitad del pasillo.
- ¡Oh Rebecca! Es usted. Me alegro que llegue a casa bien.- Ella le coge la chaqueta y y la maleta.
- ¡Ruth!- Ella asiente con la cabeza. - ¿Dónde está Marlene? He tratado de llamar desde el aeropuerto, pero no obtuve una respuesta. ¿Está todo bien?- Muestra una mirada de preocupación.
- Todo está bien, ella se fue a ver a su padre de visita, no estaba segura de la hora de tu llegada. Me dijo que no tardaría.-  Le responde mientras cuelga la chaqueta de Rebecca.
- ¿Por qué no te vas arriba y te refrescas? Estoy segura de que estás cansada. Tendré lista la cena en un rato.-  Rebecca sonríe         
- ¡Gracias Ruth! Voy a hacer precisamente eso.- Ruth extiende la mano a su hombro.
- Voy a decirle al chófer que deje tu equipaje fuera de la puerta de tu dormitorio.- Le comenta viendo Rebecca subir las escaleras.
- ¡Gracias!- Murmura. Rebecca se deja llevar por el calor de la ducha con su cuerpo cansado, hundido y dolorido del viaje a Nueva York. Ha sido un viaje largo pero de mucho logro.  Sale y se seca.  Se acomoda en un cómodo par de pantalones vaqueros y camisa.
- ¿Rebecca?-  La dulce voz de Marlene llama desde el dormitorio,  asoma la cabeza para ver a Marlene desnuda encima de la colcha.
- ¡Hmmm!- Ella gime con placer cruzando los brazos y con una leve sonrisa descansando su cuerpo contra el marco de la puerta.
- ¡La señora  Von Lahnstein!-  Susurra. Marlene arquea su ceja con su maliciosa sonrisa. 
- ¡Acércate! Tengo algo para ti. – Le sugiere con su sonrisa atractiva y aditiva.
- ¿Y qué podría ser?- Ella no se mueve de su postura. Marlene alza su mano haciéndole señas. Rebecca da dos pasos hacia ella y se arrodilla en la cama junto a su lado. Rebecca coloca tiernamente sus labios sobre los de ella lentamente, besándola con pasión y deseo.
- Te he echado de menos mi amor.-  Le musita apenas retira sus labios.
- Yo no quiero hablar.- Marlene le responde con mimo.
- Sólo quiero que me abraces y hagamos el amor.-  Rebecca puede sentir la necesidad de sexo llamándola mientras sus labios se abren paso hasta el pecho de Marlene. Lo besa haciendo movimientos circulares con la lengua. El cuerpo de Marlene se arquea. - ¡Más!-  Le ruega. Sus manos tiran de la camisa de Rebecca por encima de su cabeza. Desabrocha el sujetador y los deja caer al suelo. Rebecca se incorpora permitiendo a Marlene desabrochar los vaqueros, sus dedos exploran la piel tersa de su esposa. Le baja los pantalones hasta que Rebecca queda totalmente desnuda. Unen de nuevo sus labios mientras emiten quejidos de placer. Las manos corren sobre los dos cuerpos en un gesto lúdico. La lengua de Rebecca penetra profunda en Marlene lo que la hace flexionar sus manos, agarra por detrás de los hombros de Rebecca, la punta de sus dedos se clavan en la carne blanda de Rebecca. - ¡Rebecca!- Ella exhala con calor, diminutas gotas de sudor cubren su frente mientras ella se estremece meciéndose al ritmo de Rebecca hasta que explota en un espasmo erótico. Rebecca la abraza por sus caderas acercándola para besarla con dulzura. Marlene yace inerte mientras sus músculos tiemblan después de la  liberación. Rebecca se coloca a su lado, cierra los ojos para respirar el aroma del perfume de Marlene. Coge un mechón de su cabello jugando con ella.
- ¡Te quiero!- Susurra besando el dorso de su mano. 
- Y yo a ti.- Marlene logra responder mientras siguen bajando los efectos del clímax que explotaron en su cuerpo y  mente.
- Te he echado mucho de menos, una semana es demasiado tiempo.- Rebecca ríe colocando la mano sobre el montículo y rondando el abdomen de Marlene.           
- ¿Cómo te encuentras?- Ella le pregunta todavía en silencio.
- Estoy bien, puedo sentir que mi piel comienza a estirarse.- Sonríe y se vuelve hacia ella.     
- Estando fuera una semana…, puedo ver cómo ha crecido.- Agrega y acerca sus labios  en un corto beso.
- ¿Cómo ha ido el viaje?- Rebecca suspira.
- Largo y ha durado toda la noche. Laura está haciendo un trabajo fantástico con la colección adolescente. Trabajamos solucionando cosas durante dos días. Aaron hizo numerosas sesiones de fotos en toda la ciudad mientras yo estaba ocupada y apenas lo veía hasta que fue hora para volver a casa.- Ella se ríe.
- ¿Cómo está Laura? - Marlene se interesa por ella, la conoció meses antes.
- Está bien. Finalmente conseguí que contratara un ayudante, un poco peculiar, pero muy dedicado a Laura y a la moda.-  Le afirma con una mirada.
- ¡Me gusta Laura! Aprecio el tiempo que se tomó con mostrarnos  muchos lugares de Nueva York cuando la luna de miel.- Marlene le recuerda.  
- Me gustaría traerla a Alemania para una visita a LCL aquí y aprender cómo se trabaja, que conozca donde comenzó todo  .- Rebecca habla con los ojos fijos en Marlene. - Hablando de gira.-  Ella hace una breve pausa.
- La Universidad de Dusseldorf  llegará a LCL el lunes para conocer cosas acerca de la moda y el diseño gráfico. Al parecer van a ofrecer cursos de la moda. Tanja ha preparado una gira con ellos.-  Rebeca escucha rodando sobre su espalda.
- ¡Vaya! Es una gran idea, muchas personas con talento, que no tienen la oportunidad de mostrarlo,  podían aprender y las firmas de moda podrían contratarlos cuando se gradúen.- Ella conjetura. Marlene rueda encima de ella.
– Yo estaré dando la gira.- Le menciona con su dedo índice delineando el lado de la cara de Rebecca.
- ¡Oh! ¡hmmm! Los estudiosos con la señora Von Lahnstein.- Rebecca  musita con sorna. Marlene se desplaza al  cuello de Rebecca recorriendo su piel con besos y después con los dientes dejando una marca de pasión. Con las manos masajea las curvas de su cintura y luego sus caderas. Ella gime cuando los labios de Marlene besan y acariciaron toda la extensión de su cuerpo.
- ¡Simplemente disfruta!-  Marlene suspira mientras descansa su cara contra el pecho de Rebecca. Baja por el abdomen con las yemas de los dedos trabajando sobre el montículo hasta penetrar en ella. Rebecca se sube en estado de felicidad sexual. Su mente confundida, arquea la espalda para estimularse por la fuerza de Marlene. - ¡No te detengas!- Ella le pide en voz baja con sus manos se agarra a la colcha. Marlene aprieta su abrazo en ella cuando Rebecca entra en erupción con un placer fantástico.
Rebecca, se da la vuelta poniéndose de costado con las manos agarrando la sábana, Marlene se coloca ligeramente en su espalda ladeando la pierna por encima de ella y con la cabeza apoyada en su hombro. Rebecca se siente tan alta como una cometa, percibe el intenso calor del aliento de Marlene en el cuello. Deja descansar su cuerpo desde el clímax que acaba de experimentar.
- No me quiero mover.- Rebecca finalmente le habla.
- No lo hagas entonces.-  Marlene, le susurra al oído. De repente se levanta y se pone el camisón y la bata.  
- ¿A dónde vas?- Le cuestiona estirando la cabeza.    
- ¡Quédate ahí! Vuelvo enseguida.-   Sale silenciosa de la habitación. Rebecca  está relajada cierra los ojos, respira profundamente en un intento de relajarse aún más. - ¡Rebecca!- Oye su nombre en una llamada de susurro, lentamente abre los ojos para ver a Marlene de rodillas en la cama con una bandeja de comida y una copa lleno de vino tinto.
- ¡Hmmm! No tenías que hacer esto por mí.-  Le dice haciendo una mueca de simpatía. Se sientan en la cama y toma la copa de vino para beber un poco. Comen con la bandeja como mesa, riendo y hablando sobre el viaje de Rebecca de Nueva York.
- ¿Tienes planes para Riga?-  Marlene le pregunta tomando la bandeja de la cama para dejarla en el aparador
– Probablemente. Entiendo que tú no podrás ir. Quiero ver algunos de los nuevos diseñadores que mostrarán sus colecciones. ¿Por qué?-  Marlene hace una mueca pensando en volver a la conversación con Sofía del día anterior.
- ¡Oh! No lo sé. Sophia me preguntó, eso es todo.-  Murmuró en voz baja.
- ¿Qué preguntó, qué?- Rebecca percibe una sensación de incertidumbre en Marlene.
- Sólo que estaba decepcionada y que me estaría perdiendo un buen momento y una hermosa ciudad.- Baja un poco la cabeza mientras responde.
- No tendremos el tiempo necesario para recorrer la ciudad. ¡Sí! Es un hermoso mundo muy antiguo y está al lado del mar.- Rebecca le transmite.
- Ella mencionó algo acerca de la vida nocturna allí y que me lo contarías cuando regresaras.-  Marlene parece aprensiva a Rebecca.
- ¡Marlene! ¿Hay algo que no esté bien? Pareces inquieta sobre Riga, Sophía…- Le pregunta inquieta acercando su mano para  tocarla.
- No es para tanto, pero es la forma en que lo dijo, tal vez me equivoque. Pero Rebecca, me recorre un sentimiento extraño cuando la tengo cerca.-  Ella responde a su mirada cautelosa.

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