POR FIN LLEGÓ EL
MOMENTO
Marlene se encuentra en la oscuridad del
sótano pasando por encima de los accesorios y demás útiles con un sujetapapeles en la mano. Comienza
a escribir lo que tienen allí almacenado.
-
Ciertamente no necesitamos todo esto.- Proclama en voz alta, aparta las
telarañas que envuelven algunos de los maniquíes apilados en un rincón.
- ¿Marlene?- La voz de Emily se oye desde la escalera.
-
¡Por aquí!- Le responde.
-
¿Has tenido un poco de suerte?-
Marlene se incorpora.
- En
realidad, no, creo que hay que subastar estas cosas y mantener sólo lo que
realmente necesitamos.- De repente siente un escalofrío mientras le responde.
-
Marlene ¿Estás bien? Estás tan blanca como un fantasma.- Emily le dice, ella se agarra de su brazo.
Marlene se siente débil y se abraza a un maniquí, sus rodillas se doblan cayendo
encima.
-
¡Marlene!- Emily exclama
en voz alta, le toca la frente y puede
sentir el sudor frío por encima de su piel.
-
¡Quédate quieta! Voy en busca de ayuda.- Marlene asiente. Emily sube corriendo las
escaleras.
-
¡Rebecca! Venga, pronto.- Le grita abriendo la puerta.
- ¡Cálmate
Emily. ¿Qué pasa?- Le pregunta acudiendo a la puerta.
-
¡Es Marlene! Se desmayó en el sótano.- Un nerviosismo ansioso recorre el cuerpo de Rebecca mientras
corre hacia escaleras abajo. Marlene está sentada, el sudor ha amainado. Rebeca
corre a su lado.
- ¿Estás
bien?- Con lágrimas en sus ojos.
– Pienso
que sí.- Ella vacila al
intentar ponerse de pie. Rebecca la ayuda a levantarse, aún se siente
tambaleante.
- ¿Quieres
volver a sentarte?-
Rebecca le pregunta agarrando la mano.
-
¡No! Estoy bien, de verdad, voy a estar bien.- Ella insiste mientras se dirigen hacia las
escaleras.
-
Emily ¿Me ayuda?- Rebecca
le pide, la agarran por la cintura y la suben por las escaleras a una silla en
el vestíbulo.
- Te
llevaré al hospital, creo que debes ver a un médico.- Natasha se asoma por el balcón.
-
¿Está bien?- Pregunta.
-
¡Por favor! Vaya a su oficina y tráigame su bolso y el abrigo, voy a llevarla
al hospital.- Marlene gimió.
-
No creo que sea necesario Rebecca.- Responde Marlene con voz entrecortada. Emily saca una botella de agua de la barra de café.
-Toma
un sorbo lento y estoy de acuerdo con Rebecca, se desmayó y algo podría estar
mal. Le ayudaré a caminar hacia el coche.- Natasha acerca sus
cosas, Rebecca la ayuda a ponerse el abrigo.
- ¿Bien?- Se dirigen hacia el coche y se introducen en él. Marlene empieza
a sentirse mejor y más a gusto.
- ¿Qué
estabas haciendo en el sótano?-
Rebecca pregunta mientras conduce hasta la entrada de la sala de
emergencias.
– Inventario.-
Rebecca frunce el ceño.
- Hace
frío ahí abajo ¿No podría haber esperado?- Rebecca gruñe y sale
para abrir la puerta y ayudarla a salir, la introduce en urgencias.
- Iré
a aparcar el coche, espera hasta que regrese antes de que te lleven.- Marlene niega con la cabeza. Se sientan
pacientemente esperando a ver el doctor.
- Creo
que estoy embarazada.-
Marlene hace una revelación que sorprende a Rebecca.
- ¿Qué?
¿Has hecho una prueba de embarazo?- Ella se encogió de hombros.
- Sólo
ha pasado un mes, hemos estado tan ocupadas preparando el desfile de moda que no he tenido el tiempo
para comprobarlo yo misma. Quería parar y recoger uno.- Ella vacila con un suspiro. -
Y al final no lo he hecho.- Rebecca toma su mano entre las suyas y le
sonríe reconfortante.
-
Siempre es fácil mantenerse ocupado, de esa manera no tienes que pensar en nada
más.- Ella concluye. Marlene sonríe humilde.
-
¡La señora Von Lahnstein! -
La enfermera la nombra asomando por las puertas dobles. Rebecca la sigue.
Marlene encuentra la habitación fría y estéril. Un chequeo de su presión
arterial y la temperatura, el doctor entra en la sala. Estudia su ficha. - Señora Von Lahnstein, soy el Dr. Hess.-
Ella asiente con la cabeza mientras él la explora los ojos con una linterna y luego sus orejas.
- ¿Se
desmayó en el trabajo?-
Estudió su ficha de nuevo.
-
¡Sí! Estaba haciendo inventario cuando
sentí un sudor frío y luego mareada.- Sigue explorando alrededor de su cuello y
la garganta, luego escuchó su pulso.
- ¿Ha
comido hoy?- Cuestiona
mientras escucha las respiraciones profundas de Marlene.
-
Lo hice, hice el almuerzo alrededor de las once.- Suspira cruzando los brazos.
-
Todo va bien, su presión arterial y el pulso son buenos, sin temperatura, más que le moleste. ¿Tal vez un dolor de
cabeza, náuseas?- Su
cuestionamiento la impulsa a hablar.
- Creo
que estoy embarazada.- Él escribe
en la ficha.
-
¡Bueno! Puede que esos síntomas indiquen algo, pero vamos a confirmarlo, le diré a la
enfermera le haga una toma de sangre, esperen aquí, tendremos los resultados
en unos minutos.- Las
deja solas. La enfermera rápidamente saca la muestra de sangre, Rebecca se acerca a ella
sosteniendo su mano con nervio y apretándola
con cierta fuerza. Los minutos corren lentamente, el tiempo llena de ansiedad
reprimida a las dos. El pulso de Marlene se acelera cuando el Doctor regresa
mirando su gráfico y garabateando notas en él. Se acerca a la mesa de examen donde
Marlene todavía estaba encaramada.
- Felicidades
usted está definitivamente embarazada.- Una sonrisa ilumina la cara de Marlene, una lágrima asoma por encima del párpado de la emoción. - Debe ver a su médico tan pronto como sea posible.- Ratifica el Dr. Hess. Marlene
permanece sin habla. Rebecca le da las gracias al médico.
-Te
llevaré a casa, la emoción puede hacerte sentir mal de nuevo. Debes descansar
un poco.- Rebecca le
comenta con amabilidad.
- Vamos
a tener un bebé, Rebecca.-
Marlene exclama feliz.
-
¡Un bebé! Debemos decírselo a Ollie.-
Saca su teléfono celular del bolso.
–
Lo que debes es llamar al Dr. Dressler y ver cómo hay que proceder primero Marlene.- Ella lo hace, llama a la consulta y habla con la
enfermera.
–
Lo que pensaba. Me ha dicho que llame al Dr. Kurtz, mi ginecólogo, él es quién
se hará cargo por ahora. Tengo una cita programada para la próxima semana.- Marlene le relata.
–
Pues deberías llamar a su consulta y hacerle saber lo que te ha pasado.- Rebecca detiene el coche delante del castillo
y la acompaña hasta el dormitorio de la orangeríe.
– Ahora
a descansar un poco, tengo algunas cosas que cuadrar en la oficina, estaré en casa
pronto.- Le da un beso en la mejilla y luego se dirige
de nuevo a LCL. Marlene entra en la orangerie y se recuesta sobre la cama. Cierra los ojos soñando que
ve un bebé en una cuna, que lo mece suavemente
con las manos y que podía sentir el aliento de Rebecca en el cuello. El
teléfono comienza a sonar rompiendo su ensoñación.
-
¡Papá!- Contesta al
teléfono.
-
¿Estás bien? Pareces emocionada.-
Él le responde.
- ¡Lo
estoy! ¿Qué ocurre?- Ella le pregunta intrigada.
- Tengo
las muestras de la pintura para el dormitorio principal, esperaba que podríais
pasar por aquí después del trabajo para mirarlas.- Thomas
le cuenta.
- En
realidad estoy en el orangerie. ¿Crees
que podrías venir por aquí?- Él
gruñe en el teléfono.
- Dame
unos minutos. Tengo que conseguir que los obreros espabilen algo.- Marlene se quita la ropa de trabajo y se viste
con comodidad, se recoge el pelo en una coleta y se relaja en el sofá con el
libro que había estado tratando de terminar. Cierra los ojos un momento. Un
leve golpe en la puerta la saca del sueño.
- ¡Papá!- Exclama al ver que
él entra por la apertura de la puerta. Thomas la mira con extrañeza.
- ¿No
trabajas hoy?- Marlene se mueve en
el sofá. Thomas se sienta a su lado.
- Me
desmayé en el trabajo esta mañana.-
Ella responde, él la agarra por el brazo.
- ¿Estás bien? ¿Por qué no me llamaste?-
Ella suspira.
-
¡Estoy bien! Estoy embarazada.-
Le dice en un susurro.
-
¿Embarazada?- Exclama. En
un breve instante una sonrisa de felicidad cruza su rostro y abraza a su hija
pasando su mano por el pelo.
- Sólo
han pasado cuatro semanas. Me enteré en el hospital, es muy pronto, lo sé,
pero no te estoy contando cualquier cosa.- Thomas le acaricia la mejilla con el pulgar.
-
¿Te preocupa? Este niño va a crecer dentro de ti, como una flor en un macetero.-
Él le responde con una
sonrisa.
- No te preocupes todo saldrá bien.- La abraza paternal, ella apoya la cabeza en su
hombro. Un torrente de lágrimas comienzan a fluir de sus ojos.
-
¡No llores! Aunque sea de felicidad.
Vas a tener un montón de tiempo para eso.-
Le insinúa con una sonrisa. Thomas se
levanta del sofá.
-
Casi se me olvida por qué vine aquí.-
Se levanta y coge un muestrario de la mesa. Marlene seca su cara para volverse hacia él.
-
¡Las muestras de pintura!-
Se sientan a mirar qué muestras deben
elegir entre varios colores.
- Déjalo,
se lo enseñaré a Rebecca cuando regrese.- Thomas, deposita el
cartapacio en la mesa y se pone su abrigo.
- ¿Has
dicho algo a la familia Lahnstein algo del embarazo?- Él le
pregunta.
-
¡No! Supongo que lo haremos en la cena de esta noche. Debes hacer que Biggi lo sepa.- Le
dice a su padre antes de que salga por la puerta.
-
Ella se pondrá muy contenta.-
Le asegura.
- Hablaremos
más tarde. ¿Cuándo vendrán los pintores?- Pregunta Marlene. Thomas le da una rápida mirada.
- En
cuanto toméis una decisión para la habitación principal.- Se ríe con exageración, ella niega con la
cabeza mientras lo ve salir de la Orangerie.
Marlene se relaja en el sofá tapadas sus
piernas con una manta. Termina el último capítulo de su libro cuando Rebecca
llega con una sonrisa de felicidad completa y la alegría adornando su rostro. Trae
un ramo de flores en la mano.
-
¡Para ti!- Se las ofrece
extendiendo su mano hacia adelante. Marlene las recibe dando un tierno beso a
Rebecca en sus labios.
- ¿Has
llamado al médico? ¿Qué te ha dicho?-
Ella preguntó con entusiasmo.
–
Lo Hice. Me comentó que debería estar bien hasta mi cita, no te preocupes Rebecca, estoy
bien.- Marlene coge las
flores en la mano y huele su fragancia.
- Nunca
dejas de sorprenderme cariño.- Ella sonrió.
–
Yo solo te amo. ¿Cómo te sientes para la cena de esta noche? Debemos celebrarlo.
¿Hay algún lugar que tu corazón desea ir?- Rebecca le pregunta
despojándose de su abrigo y se sienta en el sofá junto a ella.
-
La cena debe ser aquí con tu familia, debemos decirles la noticia antes de que
alguien más lo haga. Papá estuvo aquí antes y se lo dije.- Ella suspira y se levanta para coger el
muestrario de pintura de la mesa.
-
¡Ok!- Dice Rebecca con
algo de duda. - Emily se unirá a nosotros, Tristán la ha invitado a cenar ¿Habrá
algún problema con eso?- Ella la mira
insegura, que alguien fuera de la familia lo sepa, le gusta poco.
-
¡No! No tengo ningún problema con ello.- Le entrega las muestras a Rebecca.
-
¡Me voy a la ducha! Examina los colores por favor, papá necesita una decisión
para que los pintores puedan empezar.-
Rebecca hojea el muestrario para elegir varios colores diferentes.
- Me
gustan estos dos, ¿Qué te parece?-
Marlene mira curiosa.
- El color marrón claro con un ajuste blanco
encaja perfectamente con los muebles. Se lo diré a papá a primera hora de la
mañana.- Ella le responde pasando
la toalla por el pelo mojado.
-
¿Por qué te duchas antes de la cena? - Rebecca se acerca al
armario. - Me voy a cambiar, me pondré algo más cómodo.-
Se viste
con una blusa de manga larga y un par de pantalones vaqueros de diseño y se encaminan
hacia el comedor.
- Me
alegro de que os unáis a nosotros.-
Elisabeth las saluda con afecto. Marlene
y Rebecca toman sus lugares en la mesa.
-
¡Marlene!- Tanja la llama
mientras toma asiento junto a Sebastián.
- He
oído que te desmayaste en el trabajo hoy. ¿Estás bien?- La
mesa queda en silencio. Marlene asiente antes de hablar.
-
Estoy bien.- Elisabeth la
mira.
-
¿No estarás enferma?- Añade agarrando su mano con delicadeza.
-
¡No! En serio, estoy bien. Sólo que he estado trabajando mucho y no he descansado
lo suficiente.- Ella le echa un ojo a Rebecca. Empezaron a
cenar. Justus ofrece vino a Marlene y ella se negó.
-
¡Precisamente ahora que es una buena cena!- Tristán murmura mirando a Emily.
- Creo
que hay que retirarse a la gran sala con un vaso de vino. ¿Justus podría elegir
una buena botella y llevarla?-
Justus asintió y todos comienzan a
levantarse de la mesa. Una vez en la gran sala Rebecca se aclara la garganta y en
voz alta.
- ¿Puedo
tener la atención de todos?-
Ella hizo una mueca captando la atención
general volviéndose para mirarla.
Marlene dio un paso adelante agarrando su mano.
- Marlene y yo tenemos algo muy importante que compartir con todos vosotros.- Hace una pausa para tomar aire.
- Marlene y yo tenemos algo muy importante que compartir con todos vosotros.- Hace una pausa para tomar aire.
- Marlene
y yo vamos a tener un bebé.-
Elisabeth las abraza emocionada. Marlene se adelanta y habla con calma.
- Estoy
embarazada, me lo han confirmado hoy.-
Esboza una sonrisa. Tanja se acerca sonriendo ampliamente.
- Felicidades,
estoy muy contenta por las dos.-
Tristán se pone de pie, su corazón se
hunde a sus pies. Siente una opresión en
la garganta. Entra en el estudio y se sirve un whisky que traga rápidamente, se sirve otro y se sienta
aflojándose la corbata.
Emily mira a su alrededor y no puede
localizar a Tristán. La noticia del embarazo la estaban compartiendo con la familia.
- ¿Has
visto a Tristán?- Emily en
voz baja le pregunta a Sebastián, que frunce el ceño mirando alrededor de la
habitación y luego suspira profundamente.
- Voy
a ver si puedo encontrarlo, por favor disfruta del ambiente.- Sebastián sale de la sala, comprueba el
comedor y luego el estudio.
-
¡Ahí estás!- Tristán parece tranquilo. - Emily te está buscando, no sabe por qué te has ido tan de repente.-
Se sentó en la silla de al lado.
Tristán traza el borde del vaso de whisky
con el dedo índice.
-
¡Sabes! Marlene y yo deberíamos haber tenido aquel bebé, pero ella simplemente
no podía lidiar con el hecho de que podría haber sido de Alejandro. – Habla mientras aprieta el vaso con
fuerza.
- Tristán
eso fue hace mucho tiempo, has cambiado y también lo ha hecho Marlene al menos
que todavía tengas sentimientos por ella.- Sebastián acaricia el hombro de su hermano con la mano.
- ¿Y
si aquel era mi hijo? ¿Cómo supongo me debo sentir Sebastián?- Se frota los ojos.
- Marlene
ama a Rebecca Tristán. Va a tener un hijo con ella. No podías hacer que te amase
o incluso se quedara contigo. No la puedes culpar, lo que le ocurrió fue un momento muy difícil y vergonzoso.- Tristán le dio una mirada dura.
- ¿Qué
hacer cuando la única mujer a la que alguna vez realmente has amado te deja por
tu hermana?- Su expresión
convierte en hosca.
- No
es justo para Emily y yo realmente no creo que ames a Marlene, creo que fue
difícil para ti dejarla ir, no tenías posibilidades con ella, y Emily debería
saber la verdad.- Tristán
alivió su expresión.
- Me
preocupo mucho por Emily y no voy a estropearlo a causa de mi orgullo.- Sebastián se pone de pie.
-
Voy a decirle dónde estás.-
Deja el estudio dejando a Tristán con mirada de tristeza. Sebastián vuelve a la
gran sala.
-
¡Emily! – Le habla en voz
baja, - Tristán está en el estudio.-
Le confirma y le señala el camino. Emily se desplaza caminando por el pasillo para
encontrar a Tristán sentado en una silla.
-
¡Hola!- Le saluda con
cierta dulzura. Él la mira.
-
Me disculpo, estas cosas me acaban abrumando.- Ella
se sienta en la silla junto a él.
- Deberías
estar feliz por Rebecca, No entiendo…- Ella le observa con el
ceño fruncido. Él sonríe con ironía.
- No
espero que lo entiendas, pero no puedo ser falso contigo más tiempo.- Emily se pone de pie y le agarra por los
hombros con las dos manos.
-
¡Sea lo que sea!- La coge
por los brazos y hace una respiración
profunda.
- Marlene
y yo estuvimos juntos y comprometidos para casarnos.- Se detiene y la mira a los ojos.
- ¿Qué?- Ella le mira sorprendida. - ¿Tú y Marlene?- Emily se aparta de él y se sienta.
-
¡Lo siento! Debería habértelo dicho
antes. No había nada que contar, sólo quería olvidarlo. ¡Lo siento!- Le
declara.
-
¿Que pasó?- Él suspira.
- Mi
hermana pequeña se interpuso obviamente. Marlene y yo éramos felices. Rebecca regresó de Nueva York y todo cambió.- Le
narra.
- Lo
siento Tristán.- Emily
se limpia la cara con las manos.
-
Marlene tuvo un aborto provocado, fue
violada y tal vez embarazada, pero no estoy seguro de quién
era, ella no me dio una oportunidad. Rebecca estaba allí con ella muy cerca. Le
ayudó mucho durante el aborto. A redescubrirse
a sí misma para estar conmigo. Pero mi hermana se fue enamorando de ella.
Marlene no podía ayudarse a sí misma. Un día se acostaron juntas. Me mintió,
ella me decía que me amaba y que quería casarse conmigo. Debería haberlo
percibido mejor, me dejó en el altar el día de la boda, me destruyó, yo la
amaba, no voy a mentir. Intenté por todos los medios posibles arruinar a las
dos y separarlas. – Emily
empieza a calmarlo.
-
¡Shhh!- Está bien.- Ella
se adelanta a besarlo.
- Puede
que no sea Marlene pero yo te quiero Tristán.- Murmura insegura de su reacción. Él la
mira a los ojos y tomándola de la mano se
la lleva a su habitación.
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