Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 2 de agosto de 2016

CAPÍTULO 12


                                          -DESAFÍO A LOS SENTIMIENTOS-


El telón de fondo de la sesión de fotos está preparado. Sascha comienza a trasladar los numerosos elementos de iluminación a su lugar.
- ¡Rebecca! ¿Dónde te gustaría esto?- Le pide a su mente distraída por el telón de fondo. Ella lo ignora por un momento, inclina la cabeza de un lado al otro.
- ¿Has visto a Marlene?- Le Pregunta a  Sascha.
- ¡No! ¿Por qué?- Él responde sin rodeos, ella se encoge de hombros.
- Pensé que estaba en el edificio.- Rebecca mira a su alrededor pero no la ve.
- ¡Kim!- Llama en voz alta.- ¿Has visto a Marlene?- Kim frunce el ceño.
- ¡No! No esta mañana.-  El fotógrafo comienza a preparar su equipo. La exposición de modelos con el telón de fondo, que Marlene ha diseñado, está dispuesta para su aprobación.
Marlene se desliza en silencio  y permanece detrás de Rebecca y de todo el grupo de modistas y diseñadoras. La modelo italiana muestra con éxito los vestidos de noche de la colección de otoño. Elisabeth da su aprobación.  
- ¡Tanja! Tendremos una reunión con Sebastián, Rebecca y Marlene el lunes a primera hora.- Toma aire y prosigue.
- Quiero repasar todas las carteras antes de tomar una decisión final acerca de Riga. – Apoya su mano en el hombro de Rebecca.
- ¡Buen trabajo! Estoy impresionada.- Rebecca sonríe.
- El tema adolescente deberá estar listo para su revisión el lunes, ¡Marlene! Habrá que empezar a trabajar de inmediato.- Añade para a continuación. -Tengo plena confianza en que ambas  lo saquen adelante.- Elisabeth refleja clara y concisa sus impresiones, Tanja frunce el ceño, escolta a Elisabeth hasta las escaleras. 
Rebecca  regresa al área de diseño donde encuentra a Marlene recogiendo las cajas de zapatos para devolverlos al almacén.
- ¡Marlene. Te echo  una mano! ¿Tienes un momento?- La ayuda con las cajas de zapatos, Marlene le dirige una mirada sombría.
- ¡Si es por lo de anoche! Lo siento, pero no creo que haya nada más que decir.- Le comenta al entrar en el almacén.
- ¡No! Es que yo quería darte las gracias por todo el trabajo que has hecho en el diseño del telón de fondo. Diste en el blanco. Estaba preocupada al principio, ya que nunca hemos trabajado juntas en esta función desde… antes.- Marlene sonríe.
- ¡Gracias! Significa mucho para mí tu aprecio.- Se miran a los ojos con profunda sensación. Los labios temblaban con el pensamiento del apasionado beso que compartieron.
- ¿Empezamos con el tema adolescente?- Pregunta tratando de disimular su expresión facial. Marlene mira su reloj.
-Tengo una cita a la una, es importante y  no quiero llegar tarde.- Rebecca la sigue fuera del almacén.
- ¿Está todo bien?-  Le pregunta para sondear.
- ¡Sí! He decidido que es el momento de encontrar un lugar propio.  Voy a ver un piso a pocas manzanas de aquí.- Le cuenta apresurada. Suena el teléfono, responde.  –  ¡Tanja! ¡Sí! Estoy en camino.- Mira de nuevo a Rebecca.
- Me tengo que ir. Una reunión con Tanja y el nuevo contable antes de la comida, podemos continuar después.- Rebecca asiente y luego la observa mientras se abre paso por las escaleras. Su enigmática mente camina cargada con la culpa. Las duras frases de su acalorada discusión se hacen hueco en sus pensamientos. Se frota las sienes, ese dolor familiar de estrés palpita en su cabeza.
Entra en la oficina de Tanja. - ¡Marlene!- La saluda.  – Te he citado para que conozcas a nuestra nueva contable Abby Wilkes.- Abby se incorpora fijándose en ella y la saluda estrechando sus manos.
- ¡Marlene Von Lahnstein!- Marlene mira como fascinada a la mujer que está frente a ella. Abby agarra la mano de Marlene con firmeza.
- ¡Hola! Encantada de conocerte.- Responde mirando su mano entre las suyas, Marlene la continúa observando de forma indirecta durante toda la entrevista. Fija su atención en el color marrón claro del pelo largo hasta los hombros, en los ojos de color cobre. La sonrisa de Abby es radiante y agradable Marlene mantiene una mirada sana sobre ella, pero encuentra que le parece un poco marimacho.       
- Marlene es nuestra directora de arte y ella va a trabajar estrechamente con unted en el presupuesto para el próximo año. Le he pedido que le muestre todo y le presente al personal.-  Expone Tanja y mira a Marlene con disimulo. Abby se levanta.  
- ¡Si me perdonan! Es un placer conocerte y espero con interés que trabajemos juntas.- Marlene sonríe.
-Tengo una cita en una inmobiliaria a la hora el almuerzo. ¿Tal vez podamos reunirnos cuando regrese.-  Comenta antes de que ella abandone la oficina.
- ¡Está bien!-  Responde cierra la puerta y se marcha. Marlene se sienta frente al escritorio. 
- ¿Qué fue eso?- Tanja pregunta descarada.
- ¿De qué estás hablando?-  Marlene parece desorientada. - Esa mirada que le has dirigido a Abby, era como si estuvieras ¿Cómo lo puedo decir? ¡Cautivada!- Exclama en voz alta que hace se levante de su escritorio. Marlene gime en voz baja.
- ¿En serio?- Suspira. Tanja se acerca a la ventana y se asoma.
- Sé que es difícil cuando se trata de Rebecca. Pero, tengo la sensación de que estás sola y hay una gran cantidad de ansiedad.- Marlene baja la cabeza.  
- Rebecca me ha dejado claro que es lo que quiere, y es su vida con Katherine.- Su estómago se revuelve mientras contesta. Su amiga se gira hacia ella con una mirada de consternación.
- ¡Lo siento!.- Marlene se seca los ojos.
- Ella me dio un beso y luego se ha perdido. Estaba segura de que ella quería que yo…  Me dijo que Katherine es muy vulnerable en este momento. No quiere volver a caer en sus viejas costumbres. Me dejó perfectamente claro que ella no le haría a Katherine lo mismo  que me hizo a mi.- Marlene lo cuenta con una mirada de tristeza y desesperación.
- ¿Te besó? Marlene yo no perdería la esperanza, Rebecca nunca renunció a ti, incluso cuando decías claro que amabas a Tristán y pretendías casarte con él.- Tanja argumenta de manera favorable.
- Puedo entender cómo se siente, lo que me hizo ella es suficiente castigo. Le dije que no habría más oportunidades y tengo que respetar eso, obviamente cree que nunca volveré con ella después de que me marché a Los Ángeles.- Se levanta y camina hacia la ventana.- Y las dos sabemos muy bien que ella siempre ha sido autosuficiente y absorta en su trabajo.- Marlene se estremece golpeando sus manos con desánimo.  
- Sea cual sea la decisión que tomes, no quiero ninguna interferencia en tus hábitos de trabajo no sólo con Rebecca, incluyo a Katherine. ¿Ha quedado claro?- Tanja habla con autoridad y Marlene ratifica con certeza con un gesto de su cabeza.       
- Tengo una cita. Cuando regrese  me reuniré con Abby y luego con Rebecca. Tenemos que empezar con el tema de los adolescentes.- Tanja se cruza de brazos en un suspiro.
- Yo no sé cuándo va a regresar Katherine, pronto espero, nuestra colección de otoño para Riga es importante, creo que estableceremos un precedente para el mundo de la moda y en nuestras tiendas. Tenemos la intención de revolucionar  París y Bruselas.- Marlene sonríe.  
- Supongo que no hay manera de que Katherine fuese trasladada a una de esas tiendas.- Tanja sarcásticamente sonríe.  
- ¡Hmmm! Abriremos un taller de diseño y tienda de planta pequeña en Berlín en los próximos meses, sin embargo siempre hay que tener en consideración a Rebecca. Si Katherine fuera a salir me temo que Rebecca la seguiría.- Marlene levanta la ceja.
- ¡Es sólo una idea idiota! Si me disculpas tengo una cita para…-   Abre la puerta para salir. - Necesito avanzar en ese tema antes de ir a casa por la noche.-  Marlene se dirige a Tania y con una mirada presuntuosa y cierra la puerta.
Sale de LCL con destino al edificio donde espera encontrarse con el agente inmobiliario.

Con algo de emoción ansiosa entra y se  encuentra con el individuo en el portal. Él  abre la puerta del apartamento y para sorpresa de Marlene es justo lo que esperaba encontrar.  
- Biggi me ha dicho que usted está buscando algo pequeño, pero cerca de su trabajo.- Le comenta con discreción.
- ¡Sí! Y éste es perfecto.- Ella le responde mirando por la ventana de la sala más  grande.
- Como  puede ver, tiene un espacio amplio con ventana. Una cocina abierta, con un pequeño mostrador. Tiene un armario grande en el dormitorio y el baño tiene la puerta de comunicación con él.-  Marlene examina en el armario, se imagina dónde colocar la cama y todos sus efectos personales.
- ¿El propietario?- Le pregunta.  
- El dueño es un señor mayor que ha decidido mudarse a Salzburgo para vivir cerca de su hija, su salud no es buena y no va a regresar a Dusseldorf.- El agente habló con credibilidad.
- ¡Ya! ¿Voy a poder realizar algunos cambios?-  Le pregunta mientras atraviesan la sala de estar.
- ¡Sí! Puede hacerlo a su gusto. No hay ningún problema, un nuevo propietario siempre desea hacer algún cambio. Sería un hogar de arranque perfecto para una persona joven como usted.- Marlene se da otro paseo por la vivienda antes de tomar una decisión. Negocian el precio del alquiler y su contrato.
- ¡Me lo llevo!- Ella expresa entusiasta. El hombre le entrega las llaves.
- Voy a tener el contrato redactado y listo para su aprobación y firma en un día o dos, esta época del año es un tiempo muy ocupado para nosotros.- Marlene sonríe.
- ¡Gracias!-  El agente abandona la estancia dejándola sola. Marlene pasea por todo el piso de nuevo. Se imagina dónde colocar sus cosas, lo de los colores,  quiere pintar las paredes con tonos frescos. De repente se despierta de su ensueño por la realidad de su trabajo. Ya marcha nerviosa cuando coloca la llave en la puerta  y la cierra.

Marlene camina por el pasillo de LCL hasta la oficina de Abby, la puerta está abierta. Permanece unos instantes allí parada, la observa mientras trabaja.  Está con los libros de contabilidad diarios. Se aclara la garganta y  llama a la puerta.
- ¡Oh! ¡Marlene!-  Sonríe con voz muy suave y tranquila.
- Estoy revisando los informes diarios.- Se levanta de su escritorio.
- Espero no haberte  sobresaltado.-  Le dice con una agradable sonrisa.
- ¡Oh! No.  Me tomo mi trabajo muy serio y  a veces me pierdo en mis pensamientos.-  Comenta acercándose a la puerta.
- ¿Te puedes tomar un descanso?-  Pregunta Marlene.       
- ¡Sí! ¡Por favor! Cuanto antes conozca a todos,  mejor sabré cómo manejarme por la empresa y podré meterme en los problemas del presupuesto.- Marlene está impresionada por su franqueza. Le parece alguien atractiva, pero no va a tocar ese tema. En la sala de diseño está todo el mundo muy ocupado con la preparación para el desfile de moda próximo en Riga. Marlene mira a Kim que está repasando algunas fotografías con un asistente.
- ¡Disculpa!- Interrumpe la actividad de su hermana. – Kim, te presento a  Abby Wilkes nuestra nueva contable. Kim Sánchez, es mi hermana.-  Se dan la mano y añade.
- Kim es la impulsora de LCL.- Sonríe con orgullo de su hermana pequeña.
- Desafortunadamente para ella, viaja mucho, recorriendo diferentes ciudades.- Marlene ríe con cierto socarronería.
- ¡Nos vemos!- Abby comenta muy cortés. 
- ¡Bienvenida a LCL!-  Kim contesta excusándose.  Marlene le va presentando al resto del personal y luego le muestra  la mesa de diseño de Rebecca. 
- Rebecca Von Lahnstein, te presento a Abby Wilkes nuestra nueva contable.- Rebecca la mira con frialdad.
- ¡Oh! ¡Bueno!- Marlene  sonríe. 
- Rebecca es la Jefe de Diseño de LCL,  su familia es la propietaria del negocio.-  Le explica cual es el cometido de Rebecca.
– Veo que parece estar muy ocupada. Tal vez podemos hablar en otro momento.- Le dice  Abby. No se le escapa el gesto de Rebecca, no parece que esté muy feliz
– Si que lo estoy. Una vez que este desfile sea historia podremos hablar.- Abby le sonríe.     
– ¡Gracias! ¿Volvemos a la oficina y vemos ese proyecto de presupuesto?- Marlene muestra a Abby el camino a su oficina. Se acerca a Rebecca.
- ¡Bueno! Ella parece bastante agradable.-  Marlene intenta hacer una pequeña charla.
 - ¿Eh?- Rebecca pregunta sin mirar hacia ella.
- Sólo estaba diciendo que Abby parece agradable.- Le repite. Rebecca se planta frente a ella.
– ¡Marlene! La verdad es que no tengo tiempo para hablar. ¿Tienes aluna idea en la cabeza sobre el tema adolescente?-  La mirada de Marlene se transforma en agitación.
– ¡Lo haré cuando tenga tiempo de tu día tan ocupado! Entonces…- Rebecca la interrumpe.
- ¡Lo siento! No debería haber actuado de esa manera.- Pone el lápiz y cierra su cuaderno de dibujo. Marlene se cruza de brazos.  
- Entiendo que estés bajo estrés, pero en realidad tu salud es más importante que este desfile de moda.- Rebecca siente algo de emoción interna.
- Eso no es justo, yo soy el jefe de diseño. ¡Es lo que se espera de mí!  ¿No?-  Ella expresa con dudas. - ¿Acaso te importa?-  Rebecca se da la vuelta y se aleja. Marlene se frota la cara con  el resentimiento y rabia . Piensa en lo que hablaron antes entre las dos.             
- ¡Maldita sea! ¡Rebecca!- Vomita en voz baja se encamina escaleras abajo en su busca. Marlene sale por la puerta principal y se encuentra a Rebecca en el jardín con cara de mal humor.
-  ¿Podemos por favor hablar sin ira, ni gritarnos la una a la otra?- Rebecca no responde de forma inmediata. 
- ¡Rebecca! ¡Por favor!- Marlene le suplica. Rebecca la mira.
- ¡No podemos! No importa cuánto nos esforcemos. Todo lo que pasó entre nosotros viene a la luz invadiendo nuestras emociones. Andamos por aquí de puntillas evitando el miedo de lo que alguien podría decir a la otra persona. Te amé una vez, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Nuestro tiempo ha pasado y mi vida ha cambiado. Katherine me ha hecho una persona nueva en todo, en formas que no podrías… Así que por favor si alguien le cuenta algo que le haga daño, me despreciaré.-  Marlene rebate en voz baja.
- ¿No tuvimos ya esta conversación? ¿No me dijiste que querías una vida con ella y que las cosas entre nosotras serían como profesionales?  ¿No prometiste que…?-  Rebecca mantiene la boca cerrada pero su mirada es inescrutable. - ¡Oh! ¡Eso! Promesas adecuadas, lo estaba pensando, no eres muy buena en mantener las promesas.- Marlene sonríe, espera una respuesta. Rebecca se aparta de ella. Es ella la que expone la cruda realidad. –Te guste o no te guste, tengo un trabajo que hacer aquí y no voy a dejar que me cause ningún estrés. Tenemos que trabajar juntas, y sí,  acordamos en mantenerlo en lo profesional para dejar de hacer promesas que no se pueden cumplir. Como acabas de decir, hice un trabajo excelente, no entiendo tus frustraciones y ¿Por qué  crees que te detesto? ¿Por qué?- Marlene pone su mano en el hombro de Rebecca y gira a su alrededor.
- ¡Marlene es…!- Rebecca tartamudea.
- Es complicado, lo sé.- Ella termina el pensamiento de Rebeca. -Tenemos que trabajar juntas y vamos a salir de esto. Sé que Katherine está lejos, tienes más trabajo y estrés, pero céntrate en terminar este tema y deja de preocuparte por nosotros, por favor.- Marlene trata de razonar. El estado de ánimo de Rebecca comienza a cambiar.  Respira con profundidad.
– Estás en lo cierto, estoy muy estresada. ¡Discúlpame! Esto no debería suceder sobre nosotros, sino sobre el trabajo. A veces mis emociones no sacan lo mejor de mí y yo arremeto sin pensar que podría hacerte daño. Tengo que volver al trabajo.-  Marlene se siente aliviada.
- Voy a dar un paseo necesito reflexionar. Estaré ahí en un rato.-  Le dice a Rebecca al separarse. Marlene camina despacio pensando en la situación. Su mente no se centra solo en su interior, contempla el entorno.  Observa las grietas de la acera cuando de repente oye su nombre. 
- ¡Hey Marlene!-  Abby llama su atención.  
- ¡Oh! Lo siento, no estaba viendo a dónde iba.- Expresa cuando casi choca con ella. 
- ¿Está todo bien? Me refiero a que pareces un poco fuera de sí.- Abby insinúa.
- Sólo el estrés laboral, el próximo desfile de moda. ¿Por qué lo preguntas?- Marlene cuestiona curiosa. Abby pensó por un segundo antes de responder.
- Porque eso fue una discusión muy acalorada entre usted y Rebecca.- Marlene frunce el ceño incómoda con la situación.
- ¡Uh! Sí, trabajar juntos a veces provoca emociones aumentadas.- Abby no está muy conforme con la excusa de Marlene.
- Me parece extraño, puedo entender la rivalidad y los desacuerdos acerca de la moda, después de todo lo que pasé durante seis años trabajando en este clima con todo tipo de diseñadores y directores, pero…-  Marlene corta esa complicada y  larga historia de Abby. 
Había respondido tratando de cubrir su vergüenza. Abby sonríe. - ¡Ok! Así que hay una historia. Estoy segura de que podrás ser capaz de trabajar  para que LCL pueda ser productivo. No podemos tener a nuestra Directora de Arte con desánimo.-  Abby habla con cautela y seriedad. Pero sonríe al darse cuenta de que la tensión se ha aliviado. Marlene se siente intrigada, una vez más por ella.
- ¡Gracias Abby!- Le expresa.  - Has conseguido que me sienta mejor.- Abby hace un gesto con la mano hacia la puerta.  
- Me gustaría que vieras el presupuesto. ¿Lo trabajamos más adelante?-   Le propone con una sonrisa.  Al entrar en LCL se aleja dejándola en un estado de solemne curiosidad acariciada por pensamientos extraños sobre ella.

La voz arrogante y sarcástica de Tristán aparece provocando que Marlene se encienda hacia él.
- ¡Ah! ¡Marlene!- Saluda con un tono de grava.  
- Felicidades por tu nuevo trabajo.- Marlene lo mira con desprecio.
- ¡Tristán hola! Te lo agradezco. ¿Qué te trae por la LCL hoy?-   Le dice en tono insensible.
- ¡Trabajo por supuesto! Por lo que me dicen ¿Creo que mantienes un pulso con mi hermana?-  Ella se enfurece, aprieta  su mandíbula.  
- ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?- Pregunta con brusquedad. - En realidad estoy aquí para hablar con el nuevo contable, Abby.-  Le responde mostrando un libro de cuentas que lleva en la mano.
- Ahora, si me disculpas, tengo una reunión.- Se coloca el libro  debajo del brazo y se dirige hacia las escaleras. En ese momento Marlene piensa que ha llegado la hora de enfrentarse a Rebecca. Tanja aparece detrás del hueco de la escalera y la detiene  cuando está a punto para subir.
- ¿Dónde estamos con el tema de la adolescencia?- Marlene con algunas dudas responde.
-Ni siquiera hemos empezado, Rebecca está estresada. Vamos a  poner la colección en orden primero.- Tanja protesta.               
- ¿Estresada?- Marlene suspira.
- Ya sabes cómo es, se paciente.- Le habla mientras sube las escaleras.
- ¡Marlene! Quiero resultados antes de salir de aquí esta tarde.- Le grita con severidad y regresa a su despacho, coge el teléfono para llamar a Rebecca.
- ¡Ven a mi oficina ahora!-  La cita  como quien llama a un siervo.
Rebecca entra en su despacho y cierra la puerta.
- ¿Qué es lo que ocurre, Tanja?- Ella la mira con rudeza.
- Me importa un comino qué estés estresada. Aquí todo el mundo está estresado, pero no muestran sus emociones con la incapacidad para hacer su trabajo.- Le espeta en un tono grosero.
- ¿Incapacidad? Realmente Tanja ahora piensas que soy incapaz de trabajar porque esté estresada.-  Le responde, no con menos retintín y con calma. - No te olvides de todos los momentos de estrés que he tenido. ¿Cuántas veces he creado diseños a partir de la nada en momentos así? Mis trabajos han revolucionado esta empresa y lo sabes.- Se auto justifica con confianza. - Incluso antes de Yuri Adán o Damien Madera, he cambiado las cosas aquí. Así que, estar estresado es una parte de la composición. Algo necesario para trabajar en el negocio de la moda  de alta costura.-  Le grita mientras camina hacia la puerta y comienza a abrirla.
- No tan rápido.- Tanja le ordena. - Entonces  entenderás a  dónde voy. Actúa como  diseñador jefe que eres y deja de volcar tus frustraciones sobre los demás. ¿He sido clara?- Rebecca abre la puerta y estira la cabeza hacia atrás con orgullo.
– Perfectamente.- Al salir siente un estremecimiento y cierra la puerta. 

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