Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 5 de junio de 2018

Episodio cuadragésimo noveno


El corazón de una rosa

Marlene examina las numerosas fichas que aún quedan sobre su escritorio. Alguien llama a su puerta. - ¿Puedo entrar? - Tracey pregunta desde la abertura de la puerta. - ¡Uh! Si, por favor. – Marlene accede a su petición, se produce un momento de silencio, ambas se miran con dudas. - Supongo que estaría de más preguntarte cómo te encuentras. - Marlene rompe el silencio al ver el dolor en los ojos de Tracey. - Me duele estar aquí y verte después de que me rompieras el corazón. -Contesta con una lágrima en el ojo. - Nunca quise hacerte daño. – Se levanta de su escritorio y se acerca a ella. – Que me lastimaras no es exactamente lo que quería oír. Lo que quiero oír es que finalmente has recuperado tu cordura y tus sentidos. Que has dejado de sentir algo por Rebecca y querías empezar de nuevo con lo que teníamos. -  Aprieta a Marlene por los brazos. - ¡Tracey! Se razonable, me encanta y amo a Rebecca. -  Marlene se separa de ella. - ¿Cómo pudiste olvidar lo que teníamos? Me di a ti sabiendo que habías estado con ella, me dijiste que me amabas Marlene. - Habla intentando recuperar el aliento. – ¡Y lo siento, Tracey! - Exclama en voz alta. - No me rendiré tan fácilmente Marlene, cuando pienses… - Tracey hace una pausa frunciendo sus labios. - Me encanta Rebecca, ¿Cuántas veces tengo que decirlo? - Expresa con fuerza. - ¡Bueno! El amor no lo es todo Marlene. Pero lo que teníamos era mágico y… - Marlene entrecierra los ojos mientras escucha. – Y no creo que estés en tu sano juicio. ¡Sí! Sé que Rebecca estaba muy enferma y que sentías que una parte importante de tu pasado estaba a punto de perderse. -  Continúa Tracey divagando.  – Entonces, piensas que debido a que Rebecca estaba cerca de la muerte. ¿Yo le debía algo? - Marlene cuestiona con acidez cruzando sus brazos. - ¡Algo así, sí! - Responde ella. - Rebecca y yo hemos planeado una vida juntas, le he pedido que se case conmigo. - Marlene habla con valentía. Tracey percibe que el aire sale de sus pulmones y su corazón cae sobre sus pies. - ¿No crees que eso es repentino? - Preguntó apartándose de Marlene. - ¡Nos amamos! Y queremos formar nuestra propia familia. -  Tracey se gira sobre sus talones con una mirada extraña. - ¿Familia? - Marlene la mira sin hablar.  - ¡Rebecca está embarazada! - Responde sin pensar. - ¿Embarazada? ¿En serio? ¿Y ahora quieres ser el padre de ese niño? No es tuyo. Lo más probable es que el padre sea ese individuo con el que estaba follando este verano. ¿Tengo razón? -   Marlene gime manteniendo un labio apretado. - ¡Sí es suyo! Rebecca no estaba segura de querer mantenerlo, existía la posibilidad de que no fuera normal. - Tracey respira hondo.   - Su enfermedad y los medicamentos que estuvo recibiendo. - Ella le comenta. - Sabiendo perfectamente que el niño podía ser deforme. ¿Es esa tu excusa para casarte con ella? - Ella pregunta con intención. - No tiene sentido continuar con esta conversación. Te he dado a conocer nuestros sentimientos. Y estoy feliz. – Le responde con honestidad. - ¿Qué va a pasar, si el padre quiere ser parte de la vida del bebé? - Marlene bajó la cabeza. - No va a suceder. - Le comenta mirando hacia atrás a Tracey. - Marlene, no puedes evitar que el padre trate de estar, en serio. - Le regañe. - No importa si Rebecca le miente, simplemente no es realista. - Marlene la detiene. - Eric murió en un accidente de tráfico el mes pasado en Italia. -  Le dice y se aleja de Tracey que se cubre la boca con la mano jadeando. - ¡Lo siento mucho! – Expresa sincera. - ¡Sí! Rebecca se lo tomó con mucha intensidad, él le era cercano y no fue fácil. - Suspira con profundidad. - Supongo que debe ser difícil para ella. - Reflexiona caminando hacia la puerta. - Pero no renunciaré a lo que teníamos. - Se aparta silenciosa del despacho de Marlene sin volverse hacia ella. Marlene se sienta en el escritorio con la cara entre las manos afligida. Suena su teléfono, lo saca del bolsillo de su bata y lee un mensaje de Rebeca “¿Almuerzo?” Marlene pasa el dedo por la pantalla pensando en su conversación con Tracey. “Iré a casa” Le responde. Se está quitando la bata cuando Grace entra sonriente.  - ¿Almuerzo? - Se acerca a ella con la garganta seca. - Voy a ir a casa para almorzar con Rebecca. - Ella pone una mirada extraña. - ¡Hey! ¿Hay algo que esté mal? – La sujeta por la manga. - Tracey estaba justo aquí hace un momento y me dijo que no se da por vencida de lo que teníamos. - Le responde estresada. - ¡Oh! Lo siento, no lo sabía. -  Marlene camina hacia la puerta. - ¿Qué hago? Quiero decir que tengo que trabajar con ella. - Expresa con un movimiento de su mano.  - ¡Marlene! No puedo darte un consejo para eso y no puedo pedirle que deje su trabajo porque habéis tenido una relación. – Ella le contesta con firmeza.   - No quise decirlo de esa manera Grace, sé que ella es feliz aquí, pero resulta difícil. – Suspira al terminar de hablar. - ¡Mira! Cuanto antes te cases y comiences tu vida con Rebecca, mejor. Tracey entenderá lo que realmente sientes. - Marlene baja la cabeza. - Tienes razón habrá que trazar un plan. –

- ¡Hola! - Rebecca se encuentra con Marlene en la puerta, lleva un rollo de tela en sus brazos. - ¡Hola! – Se acercan y se besan. - ¿Estás bien? Te veo un poco seria, como irritada. - Marlene deja su bolso y las llaves en el recibidor. – Tenemos que planificar nuestra boda. – Propone y la abraza. - ¡Ok! Pero ¿Ha sucedido algo? - Marlene gimotea. - Tracey me visitó antes, no quiere renunciar a lo que teníamos y… - Marlene respira hondo, Rebecca se sienta en el rollo material. - Y tu no estás segura de lo que sientes. - Rebecca termina diciendo. – Te amo Rebecca, pero Tracey y yo tuvimos algo muy especial y este es un dolor en mi corazón. - Se levanta del sofá, una lágrima se desliza por su cara. - ¡Hey! - Rebecca se acerca a ella coge un mechón de su cabello. - ¡Escucha! No espero que la superes rápidamente. – Sonríe y consigue relajarla. - ¿Almuerzo? - Rebecca propone comer. – Creo que debería volver al trabajo, no tengo hambre. – Recoge el bolso y lo cuelga sobre su hombro, a continuación, sale por la puerta. Marlene se dirige a la sala de emergencias donde sabe que encontrará a Tracey.  – ¿Podemos hablar? - Le pregunta, Tracey señala el camino hacia una habitación vacía.  - Creo que lo que dije lo has entendido. ¿Lo recuerdas? - Ella se acerca a la cara de Marlene. - Lo recuerdo y tu estarás de acuerdo en que lo que teníamos era especial y también es algo que tomará algún tiempo poder superarlo. Nunca esperé conocer a alguien como tú y vas y rompes mi corazón en pedazos porque las cosas terminaron como lo hicieron. -Tracey traza la cara de Marlene con las yemas de sus dedos. - Aún podrías cambiar de opinión. – Ella acaricia sutil el rostro de Marlene. - ¡No puedo! Estoy enamorada de Rebecca, siempre lo he estado y eso no va a cambiar nunca. - Solloza Tracey bajando la cabeza. - Creo que me amas demasiado, si no ¿Por qué estás aquí? -  Ataca valiente a sus sentimientos. Marlene se muerde el labio. - Me preocupo por ti. Me sentí mal después de que te lastimara, pero Rebecca es mi futuro. - Trata de ser amable. - No estoy de humor para discutir contigo Marlene. Creo que te darás cuenta de que algo bueno salió de lo que tuvimos y ahora con Rebecca embarazada y bebé, podrías sentirte incómoda con la situación. - Arquea su ceja mientras habla con firmeza. - ¡No! En absoluto, yo quiero y estoy de acuerdo en tener este niño. Y quiero casarme con ella. - Tracey asiente con la cabeza. - ¡Sí! Dijiste eso antes, pero ¿Estás realmente segura? - Ella le pregunta aclarándose la garganta. - Nunca he estado tan segura en mi vida, he esperado este momento más de diez años, estamos juntas y ahora somos libres para hacerlo. - Tracey recoge el historial que llevaba. - ¡Haz lo que quieras! - Se aleja sin hablar más. Marlene mete las manos en los bolsillos de su chaqueta y respira hondo. Vuelve a pensar en la conversación emocional con Tracey.

Marlene se encamina al despacho de Grace. - ¡Entra! - Le indica ella mientras cuelga el teléfono. - ¿Tienes un momento? – Se sienta frente a su escritorio. - ¡Sí! Pero a ti no te veo muy bien. - Reflexiona, mirando fijamente la expresión de los ojos de Marlene. - Creo que Tracey tiene razón. - Plantea mirando a su amiga. - ¿De qué? Pensé que antes había un problema y no te sentías cómodo trabajando con ella. - Le habla en un tono pasivo. - Ella piensa que no seré feliz con Rebecca, el bebé, que no tuvimos oportunidad real de hacer una vida juntos y que yo no le di esa oportunidad. – Baja la cabeza. - ¡Marlene! Puedo ver dónde puedes tener una duda persistente sobre las cosas con Tracey después de todo, entró en tu vida cuando las cosas eran inciertas con Rebecca. - Marlene se pone de pie y camina hacia la ventana. - Pero tengo sentimientos por ella. - Se gira hacia Grace. - Mucho de lo que dijo es cierto. Estoy preocupada por tener un hijo, quiero decir que no haría nada para lastimar a Rebecca. - Le responde honestamente. Grace se levanta y se acerca a Marlene. - Rebecca es el amor de tu vida y estoy segura de que, si le hablas de tus temores y preocupaciones, ella será todo oídos y te escuchará. -  Abraza a Marlene tratando de aliviar la tensión ella estaba sintiendo. - ¿Tienes algún otro paciente esta tarde? - Le pregunta. - ¡No! Sólo papeleo. – Responde. - Vete a casa y habla con Rebecca. Dile cuál es tu sentimiento, pon todo esto a descansar Marlene. - Le manda expresándolo con calma. Marlene se marcha después de abrazar a Grace. Recoge sus cosas en su oficina y se dirige a la cabaña. Entra y encuentra a Rebecca trabajando en un diseño en la sala de arriba. - ¡Hola! - Se acerca por detrás de ella.  - Estás en casa muy pronto. ¿No tenías pacientes ésta tarde? – Pregunta cerrando una caja de alfileres que tenía en la mano. - ¡No! Estuve pensando y… ¿Podemos hablar? - Ella expresó suavemente. - ¡Sí! - Rebecca ordena sus cosas y baja, la encuentra con una expresión como quien ha visto un fantasma. La toma entre sus brazos. - ¿Me quieres Rebecca? - Ella se aparta algo. - ¿Por qué lo preguntas? Sabes que te amo, pase lo que pase. -  Se cogen de la mano y caminan hasta el sofá para sentarse. - ¿Se trata de Tracey? - Ella levanta su barbilla con el dedo índice. - Creo que lo que ella me dijo antes sobre que no hemos terminado, es verdad. -  Rebecca traga saliva mirándose fijamente en sus ojos.  - Lo dije en el almuerzo, debes estar por encima de ello, pero tú estás aquí conmigo, me has pedido que me case contigo y vamos a formar nuestra familia. - Rebecca duda un segundo. - A menos que no sepas lo que te pasa por este bebé. – Comenta. Marlene comienza a llorar. - No sé, ha sido un día emocionante para mí, verla, escuchar sus súplicas. - Le responde, la cabeza de Rebecca se muere de tristeza. Se levanta del sofá y entra en el dormitorio. Se sienta en el borde de la cama con las manos juntas. Marlene corre al dormitorio detrás y se coloca a su lado. - Te quiero mucho y no quiero que te asustes o te preocupes de que no te quiera, ni a ti ni a este niño. Las inseguridades a veces nos trastornan. ¡Y sí! Tener un bebé será un reto, uno que tú y yo no esperábamos, pero yo te quiero y quiero que este hijo sea nuestro. - Ella la tranquiliza, los labios se unen con suave toque. Marlene se encuentra en un beso erótico. - ¡Hmmm! -  Ella la hace girar un poco. - Haz el amor conmigo, Rebecca. - Marlene le suplica con una sonrisa. - ¿Estás segura? - Ella susurra dulcemente. - Nunca he estado más segura. - El dedo índice de Rebecca traza el contorno del cuello de Marlene sintiendo el tic-tac de su pulso a través de la piel. Despacito desabrocha su camisa acariciando su piel con su dedo índice. Libera el botón en sus pantalones. - ¡Rebecca! - Le suplica, las prendas de Marlene caen. - Estás muy sensible. – Rebecca se echa de espalda y se desnuda. Se coloca encima y contacta sus montículos con intensidad.   - ¡Te quiero Marlene! - Ella le besa el oído y recorre el cuello de Rebecca besando con fuerza y deseo. Sus gemidos hacen vibrar a Rebecca. - ¿Te besa como yo? - Rebecca suena sexual en ese susurro. - ¿Ella hace el amor y te hace sentir como lo hago yo? - Apenas puede sacar las palabras. Marlene apenas puede callar a Rebecca y tapa sus labios con su boca. - Nadie me ha acariciado, ni me ha abrazado, ni me ha besado como tú lo haces. - La besa con una pasión retorcida mirándose en la oscuridad de sus ojos castaños que la hipnotizan como siempre lo han hecho y atormentándola con tanta pasión y deseo. - ¡Dios te amo! - Rebecca exclamó incontrolada, se besan con intensidad. Marlene rueda sobre Rebecca besando su cuerpo en un placer ardiente, los labios de Marlene besan su boca perforándola con la punta de su lengua Rebecca se arquea, flexionando y gimiendo hasta que explotan en el culmen del sexo.

Se quedan en silencio, la mano de Rebecca acariciando el lado del muslo exterior de Marlene. - ¿Qué estás pensando? - Ella pregunta silenciosa. Marlene permanece con los ojos cerrados. – Que ya hemos llegado a este momento, que nos vamos a casar, mi vida ha estado destinada a vivir contigo, que nací para amarte sólo a ti, que hagas latir mi corazón, que mi mundo gira en torno a tí y que todas las razones, por las que tengo dudas, son porque no puedo creer que es esto lo que realmente está sucediendo. – Ella vuelca las sensaciones de estar a su lado. - ¡Shh! -  Rebecca besa los labios de Marlene. - ¡Es real! Estamos juntas, nos merecemos y nada o nadie podrá separarnos. Vamos a vivir nuestras vidas de la manera que siempre pensamos hacer. - No permite que Marlene hable, presiona los labios contra su boca, su lengua explorando en el interior de Marlene en un beso tierno, pero travieso. Rebecca se pone de rodillas mirando la belleza del cuerpo desnudo de Marlene. Se coloca encima acariciando su piel con la punta de sus dedos, su boca en el pecho, sus manos que cierran sus caderas. - ¿Tú me quieres? - Susurra al oído de Marlene. - ¡Más que nada en el mundo! – Rebecca escucha con la respiración entrecortada.  Rebecca acerca su boca y lengua para hacer una fusión y comenzar el trabajo de ese baile rítmico y constante que lleva a Marlene al clímax. Marlene expele el aire… - ¡Dios Rebeca!  ¡Te amo! - Ella hace una mueca de placer. Rebecca acaricia la piel de la espalda de Marlene sin decir nada. Permanecen desnudas sobre las sábanas de la cama. - ¿Cuánto tardaremos en obtener una licencia de matrimonio? - Rebecca se pregunta. Marlene se ríe. - Mañana, preguntemos primero. – Lo dice con seriedad.



- ¡Buenos días! Perdón por llegar tarde. – Se disculpa Marlene con una melodía feliz entrando en la estación de enfermeras y observando a Grace. - Espero que sea por una buena causa. - Le dice Grace, ella la mira de reojo.  Marlene hizo una pausa. - Rebecca y yo ya hemos obtenido nuestra licencia de matrimonio esta mañana y ella ha empezado a hacerme un vestido. – Lo dice festiva. Grace la abraza. – No sabes lo que me alegro, estoy feliz por ti. Parece que tendremos que fijar un sábado, y pronto, antes de que el clima cambie. - Se ríe con satisfacción y siguen hablando hasta que Tracey entra en el puesto de enfermeras. - ¿He echado de menos algo? - Se acerca a ellas. - ¡Uh! No ¿Por qué lo preguntas? -  Marlene intenta mantener sus noticias en secreto. - Porque pareces feliz, en todo caso tal vez te has dado cuenta de que lo que hemos hablado ha cambiado tu mente. - Se acerca más a ella, Grace se aclara la garganta. - Si me disculpan, tengo cosas que supervisar. - Hace mutis y se apresura a abandonar la estación de enfermeras sin mirar a Marlene. - ¡Sí, Tracey! Lo que hablamos, lo pensé y tienes razón. - Marlene le dirige una medio sonrisa. - Tengo sentimientos por ti, pero me encanta Rebecca y me voy a casar con ella, viviremos juntas, porque estoy destinada a ella, vamos a tener un bebé y estoy feliz. - Tracey gime con rencor. – Realmente no creo que seas feliz Marlene y me parece que no me has oído en absoluto ¿Verdad? -  No pregunta a la ligera. - ¡Tracey!  Lo que compartimos es otro capítulo en mi vida, uno que recordaré con agrado, pero no cambiará el hecho de que Rebecca es para quien estoy destinada. Sé que no quieres oír esto, nunca quise lastimarte de esta manera, pero si debes saber que Rebecca y yo ya tenemos nuestra licencia de matrimonio desde esta mañana. - Tracey se siente débil y enferma de dolor. - ¡Bueno! No puedo detenerte. - Comienza a llorar. - Solo puedo esperar que recobres tus sentidos y veas que podemos pertenecernos, Marlene. - Se da la vuelta rápido y sale de la estancia.



- No sé si podré seguir trabajando con Tracey, no de esta manera, tan cerca. - Marlene gruñe al entrar en la oficina de Grace. - Tendrás que… - Le responde colocando su pluma sobre la mesa. Cierra la carpeta y observa a Marlene cruzada de brazos colérica. - ¡No es justo! -  Espeta en voz alta. - ¿No es justo? - Grace frunce el ceño mientras responde. – Empezaste esto y ahora tendrás que lidiar con ello. ¿Qué esperabas, que Tracey se escondería debajo de una roca? ¿Creías que Rebecca había venido hasta aquí para ser despreciada? – Marlene baja la cabeza con el rostro entre las manos. - Fija la fecha para tu boda, David y yo estamos listos y encantados para prepararla. Es lo que realmente es necesario para terminar con ella y crecer. No debería haber ninguna duda de lo que realmente quieres Marlene. - Grace se acerca a ella y la abraza. – Adoro a Rebecca, Grace. – Le asegura.

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