Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 18 de octubre de 2016

CAPÍTULO 23



                                                      -CATARSIS-

Tanja  está sentada bebiendo su café y revisando algunas notas en su tablet cuando alguien llama a la puerta.
- ¿Querías verme?-  Katherine pide entrar.
- ¡Sí! ¿Cuando regresaste?-  Katherine se sienta frente a su escritorio.
- Ayer por la noche. Unos días buenos con mi madre.- Le responde.
- ¿Y cómo está ella?- Katherine sonríe con facilidad.
- ¡Bien! Más pruebas la próxima semana, pero estoy contenta con el resultado de la cirugía.- Tanja asiente.
- ¿Quieres un café?- Señala a la bandeja con la jarra.
- ¡No, gracias!- Ella se inclina para recoger su cartera. 
- Tengo la línea de invierno lista si quieres  dar tu opinión sobre ella.  – Se expresa  gratamente. Tanja duda por un momento.
- En realidad no estoy lista para revisarlos con todo detalle y no me cabe duda de que son fantásticos, pero tengo otra materia presionando.- Katherine mira curiosamente.
- Espero no haber hecho algo molesto.-  Comienza a disculparse.
- Al contrario, tu trabajo se ha acogido  como una bocanada de aire fresco por aquí. Nos has abierto a una nueva forma de pensar acerca de las líneas de ropa. Rebecca tenía razón sobre ti cuando te incorporó en nuestro equipo.- A Katherine le invade una sensación de logro. Tanja continúa su repertorio.
– En Berlín están poniendo el suelo, mientras hablamos. La remodelación del edificio  va por buen camino y vamos a estar listos para empezar a entrevistar a los asistentes con Rebecca pronto.- Ella sonríe al entregar una lista de nombres a Katherine.
- Ya veo, pero estoy confundida ¿No deberías tu y Rebecca estar haciendo las entrevistas?- Tanja, traga saliva aclarándose la garganta.
- Kim me ha enviado los informes de tendencias de Berlín y es evidente que el interés por la  moda adolescente no está creciendo a pasos agigantados.- Ella le entrega un cuaderno con fotografías e informes. Katherine rápidamente lo abre y pasa las páginas.
- Rebecca y yo hemos discutido esto con detalle, mientras estábamos en Riga, pero no tenía ni idea de que era lo que esto implicaba.- Ella estudia el folleto con atención.
- Me gustaría que consideres ser el jefe de diseño de la tienda de Berlín.- Katherine la mira pasmada y con emoción.
- ¿Yo?- Cuestiona con ansiedad. Tanja se levanta de su escritorio y se acerca a ella
- Sé que es repentino, pero lo he pensado mucho, Elisabeth y Sebastián creen que pueden confiar en ti al frente de LCL Berlín.- Katherine no sabe cómo reaccionar apenas puede hablar.
- Debo decir que estoy sorprendida y entusiasmada con la idea, y que me crean capacitada para darme este tipo de responsabilidad.-  Ella reflexiona.   
– Esto te permitirá subir en el escalafón, por así decirlo.-  Le asegura Tanja. 
- Mi aspiración nunca ha sido esa, solo quiero diseñar.- Ella responde con firmeza, Tanja se ríe con estrepito.
- Es una forma de hablar, piensa en ello te doy  un poco de tiempo.- Katherine se levanta de su asiento.
- Debería hablar con Rebecca.- Tanja la detiene.
- Te agradecería mantener esto reservado, no lo he discutido con Rebecca todavía, solo quiero que pienses en ello, sin distracciones. ¿Tenemos un acuerdo?- Tanja pregunta antes de abrir la puerta. Katherine asiente con la cabeza y se dirige a la sala de diseño.
- ¡Buenos días Rebecca!- Katherine la saluda. Se extraña que ella se acerque rápidamente a besarla.
- Pensé que estarías en Berlín unos días.- Rebecca le pregunta con el corazón hundido en los pies. Ella permanece con la mirada enfocando en secreto  la oficina de Marlene.
- ¡Esss! ¿Todo bien? Quiero decir que no pareces feliz de que esté aquí.-  Katherine parece escamada.    
- No hay nada de malo, sólo que no te esperaba, eso es todo.- Rebecca contesta abriendo su cuaderno de dibujo para estudiar sin mirar hacia ella. Katherine guarda silencio y se aleja de la mesa de Rebecca para regresar a la suya.

Marlene sube las escaleras sin mirar hacia Rebecca.  
- ¡Marlene! - Rebecca la llama  yendo apresurada hacia su oficina. Marlene continúa su camino sin mirarla.    
-  Rebecca, no tengo tiempo, estoy muy ocupada y  tengo trabajo que hacer.- La sonrisa de Rebecca se torna hacia el ceño fruncido.
- ¡Por favor!- Le  pide en voz baja. Marlene suspira y la invita a entrar por la puerta cerrándola detrás de ellas.   
-  Rebecca, si se trata de la última noche…-  Rápidamente la corta.
- Es que debemos hablar.- Marlene levanta la mano a la frente.
- Anoche, cuando te pedí hablar te negaste ¿Quién eres ahora Rebecca?-  Marlene la cuestiona con enojo. Rebecca se sorprende.  
- ¡Sabes quien soy! ¿Por qué habría que decir otra cosa?- Rebecca pregunta con dolor en su voz.
- No debería haberme acostado contigo. ¿En qué estaba pensando?- Se cuestiona a sí misma haciendo caso omiso de Rebecca.     
- Lo siento, si te sientes así, pero…- Marlene interrumpe.
- ¿Anoche fue sobre mí durmiendo con Abby no?-  Rebecca encuentra el interrogatorio absurdo.
- ¡No! no, no lo era. Te amo Marlene y yo sé que me quieres, vamos a dejar de jugar a este juego. ¡Te quiero! ¿No me quieres?- Rebecca pregunta acercándose a su rostro.      
- Hemos hablado de esto una y mil veces. Acordamos en que se acabó entre nosotras.- Marlene le espeta. Rebecca baja la cabeza con dolor.
- Estoy saliendo con Abby y tú con Katherine.- Marlene  le recuerda con dureza.
- ¿Te estás enamorando de  ella?- Rebecca pregunta mirando a otro lado.
- Hay algo ahí, ella es amable y cariñosa. No todo gira acerca de ella y de su carrera.- Marlene habla con honestidad.  Rebecca niega con la cabeza.
- Parece que cada vez que pienso en que estás a  mi alcance, no lo puedo entender, me parece que estoy cometiendo los mismos errores, quiero acercarme pero me alejo, ¿Es esta la forma en que se supone que debe ser? - Busca profundamente respuestas.
- No lo sé Rebecca, pero no puedo ser tu compañera de cama cada vez que Katherine no está aquí o te sientes frustrada o porque crees que el sexo es seguro. La elegí y ya está. ¿No creerías que yo iba esperar y ver a que hicieras una vida con ella mientras yo viviese sola y sin nadie?- Marlene empieza a llorar.
- Lo siento y sí que la elegí, pero te amo a ti Marlene. Ya sé que no es tan simple. Cuando te conocí  ocurrió sin todos los miedos y ansiedades, yo sufría porque que te amaba. Conocerte me cambió, te lo digo con honestidad. Me has dado todo tu cariño de forma  incondicional, me amas, y te estoy agradecida por ello.- Marlene baja los hombros en medio de la discusión.
- No puedo seguir con esto, yo no puedo esperar que  aparezcas cuando y cada vez que lo desees, con ganas de sexo.- Rebecca miró a los ojos de deseo. 
- ¿Qué quieres de mí Marlene?- Rebecca pregunta con sagacidad.
– Katherine. ¿Cuáles son tus intenciones?-  Marlene se seca las lágrimas de los ojos y de su mente acordándose del anillo de compromiso.
- Es complicado Marlene.- Ella hace una respiración profunda. - No la puedo lastimar mientras  esté preocupada por su madre enferma y sus problemas familiares.- Marlene  se ríe con socarronería.
- Dices estas cosas sobre ella, y estás celosa de Abby. Entras en conflicto pero terminas en mi puerta y en mi cama.- Rebecca no puede tragar, la boca está seca de esta intensa conversación.
- Decir te amo no es suficiente, las dos sabemos lo que sentimos la una por la otra. Nunca dejé de amarte, ni siquiera por un momento. Katherine es buena para ti, te pone en un pedestal, yo lo intenté una vez y todo se vino abajo.- Ella comenta con tristeza, pero con la verdad. 
- Ya veo.  ¿Este fuego entre nosotros es simplemente un juego para ti? Estoy en conflicto serio. Yo no soy la que regresó a Dusseldorf y consiguió un trabajo al lado de mi ex novia propiedad de la familia.  ¿Cuáles eran tus verdaderas intenciones? ¿Pensaste que podías caminar a través de la puerta y de nuevo en mi vida? ¿Pensaste que me arrastraría y tomaría decisiones insensatas porque me dejaste en estado de shock? ¿Qué Marlene? ¡Contéstame maldita sea!- Le ordena con la voz llena  de ira.
- ¡Por favor! Déjalo ir, no puedo seguir con esto.-  Le grita se va a la puerta y la abre. Rebecca sale hecha una furia, sin mirar a los ojos. La tensión en el aire es tan espesa que se podía cortar con un cuchillo.
- ¡Adiós Marlene! – Le dice con dolor emocional.
- ¡Adiós!-  Marlene apenas puede pronunciar esa palabra pero cierra la puerta. Se dirige al cuarto de baño a lavar las lágrimas de sus ojos. Después abre el bolso para volver a aplicar su maquillaje frente al espejo. Es mucho lo ocurrido en las últimas veinticuatro horas. La tensión emocional resulta desgarradora para Marlene porque no encuentra paz. No se arrepiente de haber hecho el amor con Rebecca, le resulta imposible vencer la atracción que ejerce su amada cuando está muy cerca, su respiración se agita y la embarga una necesidad magnética de besarla y amarla con intensidad. Pero la realidad es cruel y ella no puede romper con su honestidad. Se siente culpable de hacer algo que siempre censuró y fue la causa de su ruptura con ella, el engaño. No lo tolera para sí y tampoco lo consiente en los demás. Su enfado no es solo con Rebecca, entiende sus deseos de amarla, pero no puede admitirlo en las circunstancias actuales. Necesita ser honesta con los demás, pero sobre todo consigo misma.

- ¡Marlene!- Abby llama desde la puerta del cuarto de baño
- Aquí estás, te he estado buscando.- La garganta de Marlene está reseca de tanto llorar. 
- ¡Estoy aquí! Sólo tenía que terminar de maquillarme.- Ella intenta sonreír mientras Abby se acerca.  
- ¿Almuerzo?-  Le pregunta. Marlene frunce el ceño.
- Pensé que estabas almorzando con Tristán.- Abby suspira.
– Si lo estaría pero le han llamado de Lisboa para una reunión de emergencia del banco.- Le responde abrazándola alrededor de la cintura y besando la parte posterior de su cuello.
- ¡Claro! ¿Qué tienes en mente?-  Le consulta terminando su maquillaje.
– Schneider.- Abby le propone, Marlene asiente con la cabeza.
- ¿Mediodía?- Ella cierra el bolso y se suelta del agarre de Abby que retrocede.      
- Sí estará bien. ¿Estás bien?-  Abby percibe cierta tensión mirando a los ojos de Marlene.
- Estoy bien. Dime ¿Te arreglaron la fuga de agua?- Lo menciona como por  casualidad, cambiando de tema.
- ¡Sí! El gerente y yo no tuvimos ningún daño, sólo un poco de agua en la sala de estar.- Añade riendo.  Esta escena está siendo observada por Katherine que escucha y observa desde la cabina que ocupa, le parece que están cautivadas, contempla por un instante como Abby acaricia la mano de Marlene. Ellas salen hacia sus lugares de trabajo e instantes después lo hace ella.

Katherine se acerca a la mesa de Rebecca.
– He visto que Abby ha encontrado una nueva amiga.- Le dice.
- ¿Y quién podría ser?- Rebecca pregunta despectiva y sacude su cuaderno de dibujo a un lado.
- Marlene, parecen cercanas de alguna manera, las acabo de ver reír juntas y Abby acariciar su mano.- Rebecca enrojece de ira, sus labios tiemblan.
- Debemos permanecer fuera de eso,  no podemos iniciar  rumores.- Le espeta a Katherine que mira la expresión de Rebecca y el enrojecimiento que le cubre cara y  cuello, el gesto de enfado duro y la mirada perdida. 
- ¿Qué pasa? ¿He dicho algo que te hace enojar?- Rebecca se pone de pie.
- No quiero hablar de su vida personal, si le cae bien o mal.- Responde con sequedad dándose media vuelta. 

Katherine  espera en silencio que Rebecca se enfríe. Piensa en Marlene y Abby juntas y que pueden estar finalmente fuera de sus vidas.
- Almuerzo en Schneider de…- Trata de conseguir la atención de Rebecca.
- ¿Qué?-  Rebecca tiene un gesto de preocupación.  
- El almuerzo, vamos a Schneider.- Katherine agarra por el brazo a Rebecca coge su bolso. Caminan de la mano  hasta Schneider.                        
– Señoras. - Charlie les pregunta en la puerta.
- ¿Mesa o bar?- Katherine señala  una mesa junto al piano. El camarero las sienta y les entrega las cartas de menús.
- Voy a querer  vino.-  Rebecca le ordena.
– Yo quiero una ensalada de chef.- Katherine declara cerrando su menú y le devuelve la carta al camarero.
- ¿Qué te pasa?- Rebecca mira con descrédito.
- No es una cosa, no tengo hambre simplemente sed.-  Expresa en un tono arrogante. El camarero deja una botella de vino sobre la mesa. Rebecca se sirve una copa que bebe con avidez de un solo trago, comienza a llenarla de nuevo y se la lleva a la boca. Katherine detiene su mano cuando ya ha rellenado la tercera, parando  la copa de vino que ya comienza a beber con ansiedad.
- ¿Esto tiene que ver con Marlene?- Katherine tantea.
Rebecca deja su vaso en la mesa. 
- ¡Sí!-  Responde sin rodeos. Katherine se encoge por su honestidad.
- ¿Y ahora qué? ¿Por qué te preocupas? ¿Por qué ella está con alguien?- Rebecca se muerde el labio.
- Se trata de Tristán.- Katherine se da cuenta.
- ¡Oh! No sabía, ¿Abby?-  Katherine se interesa y prosigue su interrogatorio. Rebecca empieza a retorcerse las manos.
- Has estado fuera y lo habrías visto, Tristán y ella han salido varias veces. Él ha confiado en mí su interés por ella.- Sus palabras son un tanto indeterminadas.
- ¿Y crees que debería haber algo entre ellos?- Katherine comenta con franqueza.  
- Ya te he dicho en alguna ocasión que mi hermano tiene un lado oscuro, él se enojará si se entera de que Marlene sale con Abby. Tengo miedo de las consecuencias si llega a saberlo.- Katherine frunce el ceño.
- Marlene es una mujer adulta, seguramente él lo superará, además no es necesario tu intervención, deja que tu hermano maneje el asunto. Después de todo, él es el que está en el medio ¿No es cierto?- Sus palabras son duras pero reveladoras de sus celos a Rebecca.
- ¿No has oído una palabra de lo que dije?  Mi hermano es delirante a veces, intentó matarnos incendiando el granero estando nosotras dentro.- Rebecca exclama con ira y el miedo en su voz. Katherine se congeló, apenas puede moverse. 
- ¿Qué? Rebecca nunca me has dicho semejante cosa.- Rebecca se convirtió en clara y esclarecedora.
- Mi hermano arruinó la vida de Marlene, la avergonzó y se aseguró que nunca pudiera cantar o actuar en cualquier lugar de Europa. Hizo un infierno de nuestras vidas y nos amenazó mucho. Estaba enloquecido y enojado, sembró amargura y  oscuridad durante mucho tiempo a nuestro alrededor.-  Katherine mira asombrada. - ¿Me entiendes? Yo no quiero ver a Marlene sufrir. Tristán aceptó finalmente nuestra relación y hemos recorrido un largo camino de reconstrucción de lo que teníamos como hermanos.- Rebecca habla con franqueza.
- Rebecca lo siento, yo no sabía que esa tensión y rabia hubieran sucedido, pero eso fue hace mucho tiempo. Espero que no sea tan grave como para crear un caos entre ellas.- Katherine aconsejó con confianza. Rebecca termina su vino. 
- No voy a dejar que sufra por él otra vez.- Le responde sin rodeos. Katherine la mira tratando de averiguar lo que la conversación estaba dando lugar  
- ¿Y Abby?-  La agarra de la mano para conseguir su completa atención. Ella da otro trago al vino.
- ¿Abby? Me importa un bledo, le advertí sobre mi hermano, que era engreído y no pareció importarle.- Rebecca habla de forma grosera e insensible.
- ¿Así que todo esto es por Marlene y no Abby?  Rebecca, disculpa pero Abby es una persona también, ella podría salir lastimada peor que Marlene, obviamente no piensas con claridad.- Rebecca va a responder cuando se da cuenta de que  Marlene y Abby entran en el restaurante.
- ¡Oh! ¡Biien!- Farfulla. Katherine pone ojos de póker. Ellas entran y se sientan, Rebecca se pone de pie.
- ¿Dónde crees que vas?- Katherine pregunta por prudencia.
Preguntarle para saber si ella se molestó en hablar con mi hermano.- Katherine sabe que no puede detenerla.
- ¡Rebecca!- Ella le grita. Rebecca se vuelve un poco hacia ella.
-Termina tu almuerzo y déjame manejar esto.-
Marlene y Abby están escudriñando entre sí los menús, riendo y bromeando.           
- ¡Marlene, Abby!-  Las sobresalta. Marlene adivina la tormenta en los ojos de Rebecca. Sus pensamientos se remontan a la noche de pasión.
- ¿Qué podemos hacer por ti Rebecca?- Abby le pregunta en un tono amistoso. Rebecca se cruza de brazos.
- ¿Has hablado con Tristán?- Abby puso su menú mirando hacia  Marlene.    
- No lo he hecho.  Pensaba decírselo en el almuerzo programado con él hoy, pero le han llamado a Lisboa por una emergencia bancaria ¿Por qué?- Ella le pregunta.
- Rebecca estamos tratando de disfrutar de un buen almuerzo y este no es el lugar para discutirl eso.- Marlene interviene con el corazón acelerado por la ansiedad. Rebecca niega con la cabeza.
- Ya te he advertido Abby, Marlene ya sabes cómo es él y no habrá infierno para pagar, te lo prometo.- Rebecca habla en voz alta sin tener en cuenta las personas que se sientan a su alrededor.
- Disculpa Abby.- Marlene se pone de pie, agarra a Rebecca por el brazo y tira de ella hacia el cuarto de baño.
- ¿Qué crees que estás haciendo Rebecca?- Le pide a su estado de ánimo insensible. Rebecca saca rápidamente su brazo.
- No me digas que no estás sólo un poco preocupada por Tristán. Yo lo estoy por ti. Te quiero y no quiero ver que te lastime de nuevo Marlene.- Rebecca se lo ruega con sinceridad.
- Por favor, Rebecca, no voy a estar involucrada. Abby no dejará que eso suceda.- Rebecca se apoya contra la pared se limpia la cara con la mano.
- Tristán tiene sus caminos, y me temo que esto, esta cosa que tienes con Abby será un problema y lo va a saber.- Marlene la mira con desprecio.
- ¿Qué tienes contra Abby? ¿Es porque ella tiene un verdadero interés en mí? ¿Estás tan ciega por los celos que utilizarías a tu propio hermano para desacreditarme?-   Rebecca se siente tensa por sus comentarios.
- No puedo creer que pudieras pensar que yo te haría eso. Nunca te pondré en peligro ni a  Abby. Pero Tristán tiene una agenda Marlene.- Marlene  baja la cabeza de la confusión que siente por Rebecca, Abby pesa sobre ella.
- Por favor, Marlene.- Rebecca la coge por la parte superior de los hombros girando la espalda para mirarla. - Yo no quiero que te lastimen.- Marlene se aparta de ella.      
- ¡Basta Rebecca! vuelve con Katherine y déjanos en paz.- Ella abre la puerta del baño dejando a Rebecca en  estado de ansiedad, se lava las lágrimas antes de regresar al comedor. Se dirige a la mesa que había ocupado con Katherine sólo para encontrar que había desaparecido. Mira a su alrededor viendo a Charlie en el bar.
- ¡Charlie!- Reclama su atención acercándose a ella.
- ¿Has visto a Katherine?-  Ella asiente señalando la puerta de salida.
- Pagó la cuenta y se fue.- Rebecca suspira profundamente.
- ¡Gracias Charlie!.- Rebecca sale del local. Su estado de ánimo es apocado por la realidad de la mujer que ama. Regresa a LCL con tranquilidad, sube por las escaleras y reúne algunos de sus efectos personales, antes de regresar al castillo.

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