Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 11 de octubre de 2016

CAPÍTULO 22




                                                     -IDA Y VUELTA-

Marlene camina por la acera respirando el aire cálido del verano. La brisa mueve los mechones de su largo cabello rubio. Gira en la esquina cerca de la joyería de Klaus. Mira a través del escaparate y se detiene al contemplar a Rebecca de pie frente al mostrador. Sorprendida,  se queda sin aliento al ver en su mano un anillo. El nerviosismo se apodera de su interior. Piensa que su verdadero amor ha prestado atención a sus consejos. Para ella es evidente que va a pedir a Katherine matrimonio. Se muerde el labio inferior tratando de contener las lágrimas. El movimiento repentino de Rebecca hacia la puerta la empuja a escapar rápidamente, se esconde en los confines de un cubículo cerca de la joyería. 
Rebecca se acerca con paso decidido y pasa a su lado, una sensación extraña, pero reconocible, recorre su cuerpo, se para y mira a su alrededor sin notar que Marlene está oculta tras ella, se ha quedado camuflada entre las sombras hasta que Rebecca se pierde en la distancia. No puede contener las lágrimas por la frustración. Extrae un pañuelo de su bolso y limpia su cara,  endereza su porte y con paso firme se dirige de nuevo a la joyería, abre la puerta de la tienda para entrar.        
- ¡Buenas tardes, señor Klaus!.- Marlene intenta sonreír.
- ¡Marlene Wolf! Ha sido un largo tiempo. ¿Qué le que trae por aquí?- Le pregunta con  amabilidad. Introduce la mano en el bolsillo, extrae la cadena rota y se la  entrega. El viejo joyero la toma en su mano.
- Sólo un broche de reemplazo.-  Le dice. Ella sonríe.
- Vi que Rebecca Von Lahnstein acaba de salir.- Le  menciona con la esperanza que indagar las razones para estar allí.
- ¡Si! Ella ha decidido adquirir un anillo de compromiso,  para casarse con su novia, me dijo.- Marlene hace una mueca.
- ¡Oh! Sí la he conocido, ella es encantadora.- el Señor Klaus sonríe.
- Voy a tener que pedir un broche nuevo, tardará un par de días.- Le extiende un recibo, ella le da las gracias  y se despide.

Marlene  regresa al trabajo. Su corazón está roto en mil pedazos minúsculos. Ha llegado a la conclusión de que la única persona que realmente ama, ha tomado una decisión y piensa que nada tiene que ver con ella. Entra en su oficina, cierra puerta y persianas. Necesita privacidad para asumir la situación. Coge el teléfono y marca el número  del despacho de Abby.
- ¡Hey! ¿Podemos posponer lo de esta noche hasta mañana? No me siento bien.-   Pregunta, espera su respuesta.
 - ¡Claro! ¿Te ocurre algo? Espero que te  mejores. Te veré mañana.-  Marlene le responde que no se preocupe, que es algo pasajero. 
Recoge sus cosas y abandona LCL descompuesta. Regresa a su piso, se desviste y se mete en la ducha. Llora de forma incontrolada porque siente la necesidad de limpiar  su mente.   El agua cae sobre su rostro entremezclando sus lágrimas con la corriente. Después de un buen rato cierra el grifo y sale, se envuelve en una toalla, seca su pelo  y se dirige al dormitorio para tirarse sobre la cama sollozando, su alma está hundida y deprimida. Nada hay mas duro que chocar con una realidad inesperada y cruel.

A la mañana siguiente Rebecca, sentada en su puesto en la sala de diseño, está estudiando en silencio el informe del presupuesto, halla una nota de Tania en la que le recuerda una reunión  a las diez. 
Marlene aparece en LCL más tarde de lo normal.
- ¡Hey Marlene!-  Rebeca saluda contenta, pero aprecia en su mirada, que su estado de ánimo no es muy placentero.
- ¡Rebecca!- Le responde fríamente entrando en su oficina. Sospecha que algo extraño afecta a su estado de ánimo y decide  acercarse a su oficina, pero se detiene de repente ante la presencia de Abby.
- ¡Rebecca, buenos días!- Abby saluda.
- ¡Buenos días!- Responde  ella en actitud de reproche cruzando los brazos con un suspiro. Abby entra en la oficina, se abrazan. Rebecca mira a través de las persianas, su estómago se revuelve  al contemplar el contacto entre ellas y sin discreción. Comienza a echar humo al comprobar que Marlene ignora su presencia. Con una actitud seca y malhumorada toma su libreta y se dirige directamente a la reunión.                                                         
- Por favor, todo el mundo tome un asiento.- Tanja habla con seriedad. Elisabeth se sienta a la cabecera de la mesa.
- ¡Vamos a empezar, vamos!-  Comienza Elisabeth. – Me complace comunicar que Riga ha sido un gran éxito. Quiero dar las gracias a Rebecca, Katherine y Tanja, su duro trabajo, realmente ha valido la pena. ¡Marlene! Tu arte ha sido también una jugada importante en nuestro éxito. Enhorabuena a todas. Con Riga detrás de nosotros me gustaría centrarme en una nueva línea de ropa interior para mujeres de más edad. Ya sé que es una primicia para LCL, pero creo que podemos aprovechar la coyuntura y ampliar nuestro mercado.- Rebeca oye sin escuchar. En secreto observa a Marlene.
- ¡Rebecca! ¿Has oído lo de la línea que nosotros, Charlie y yo tenemos intención de producir? Rebecca rompe con su sueño de Marlene.
- ¡Sí! Estudié los bocetos,  creo que podremos aprovechar ese mercado con la apertura de boutiques en toda Europa. La ropa interior debe ser rompedora, por mi parte nunca lo he intentado, pero creo que con tiempo y oportunidad se puede tener éxito.- Elisabeth está eufórica y con ganas de empezar. Toma un sorbo de té. -¡Abby!  El presupuesto ¿Tiene usted una propuesta?- Abby se pone de pie y pasa folletos a la mesa.
- Es el proyecto final.- Ella mira a Marlene sonriendo
- ¡Nosotras! Marlene y yo hemos trabajado con rigor y empeño para plantear una propuesta que creo, estará satisfecha con ella.-  Tanja voltea el papel mirando de través la documentación, al igual que Elisabeth.
- ¡Hmmm! Tanja Échale un ojo.- Ella la mira con desdén.
- Tendrá que hacerlo Sebastián, él entiende de esto. ¿Elisabeth la fecha límite es el lunes?-  Pregunta cerrando el folleto proyecto de propuesta.
- ¡Sí! El lunes está bien. ¡Gracias! Sé que todos ustedes tienen la colección de invierno para preparar, así que adelante.- La reunión termina y cada cual se refugia en su lugar de trabajo.

Rebecca espera en la mesa al regreso de Marlene, mira el reloj de su muñeca preguntándose dónde podía estar. Se pone de pie y se va hacia el balcón. Marlene y Abby están compartiendo un café en el bar. Una vez más hay una conmovedora mirada incidental entre las dos. Rebecca respira hondo y decide acercarse.
- ¡Hey!-  Levanta la mano para saludar.
- ¡Rebecca!- Abby sonríe.
- ¿Quieres tomar un café?- Marlene duda.
- ¡Claro!- Rebecca contesta con cierta timidez, no le gusta la mirada que tiene su amada. Pide un café con leche y se sienta a su lado.
- He escuchado lo de  Riga ¿Así que fue  un éxito?- Abby comienza la conversación. Rebecca lo confirma.
- Largo y agotador, pero mereció la pena.- Observa  a Marlene mirando a sus ojos.
- ¿Y Katherine?  He oigo decir que la línea adolescente también fue un éxito.- Comenta Abby. Rebecca sonríe con orgullo.       
- Talentosa y justo lo que necesitaba LCL.- Ella habla sin  conseguir un ligero comentario de Marlene.
- ¿Dónde está Katherine? ¿No la he visto hoy?- Marlene añade con el ceño fruncido. Sus pensamientos están en  el anillo que ella había comprado. Rebecca toma un sorbo de su café con leche.
- En Berlín, visitando a su madre durante unos días.- Abby se levanta del taburete. 
- Tengo que terminar los últimos detalles sobre el presupuesto. Además un almuerzo de negocios con Martin. Llegaré tarde, pero te veré esta noche.- Le dice a Marlene. La cara de Rebecca se pone roja. Esperaba que Abby se fuera antes de seguir hablando con Marlene.
- ¿Ella… se molestó en hablar con Tristán?- Pregunta con severidad.
- Yo no lo sé, no le pregunté.- Marlene contesta antes de terminar su café.- ¿Por qué? ¿Estarás viendo que ella no es como tú?- El temperamento de Rebecca se enciende.    – Se lo he dicho y le he advertido. ¿Qué más quieres que te diga?- Ella le responde con ira. Se levanta y se va dejando sola y confusa a Rebecca. Esa actitud de Marlene le resulta extraña, denota un enfado importante, no sospecha que es con ella.

Abby se presenta a las siete en casa de Marlene con un ramo de flores y una botella de vino tinto. - ¡Entra!- Marlene le sonríe cerrando la puerta detrás de ella y la besa.          
- ¡Hmmm! creo que me gustará venir aquí.- La toma por la cintura la atrae hacia sí y le da un beso más largo.
- No sabía que cocinar.- Abby se pone al lado de Marlene.   – ¡Curry! Espero que te guste.- Regresa a la sartén revolviendo rápidamente. Abby se coloca de pie detrás de ella poniendo la barbilla en su hombro. Se sientan a cenar y disfrutar del vino.
- Me alegra que se terminara el presupuesto.- Comenta Marlene, acabada la cena,  al tiempo que  coloca su plato en el fregadero.
- ¡Yo también! Sin embargo todavía tengo que hacer algunos cambios.- Abby le comenta y entrega su plato a Marlene. Se trasladan al sofá colocando la botella de vino en la mesa de centro. Marlene pone sus piernas sobre el regazo de Abby.
- No me gusta pedir, pero tienes que hablar con Tristán.- Marlene le expresa como una orden, necesita esa tranquilidad ahora. Abby  hace una respiración profunda.
- ¡No! no me he no, ¡Lo siento! El momento correcto no ha aparecido.- Marlene hizo una mueca.
- Cuanto más tiempo pase  más difícil será para ti  explicarle que eres gay.- Le aconseja.
Abby se bebe su vino, deglución difícil.
- Tengo una cita para almorzar con él mañana. Te prometí que te dejaría fuera. ¿Rebecca te ha dicho algo?-    Marlene se siente molesta.
- ¡Sí! Y con razón, Tristán tiene un lado oscuro, te lo he dicho y me preocupa.- Añade. - ¡Y no quiero hablar de Tristán!- Ella se adelanta a besarla acercándose hasta el contacto.

Rebecca se  enfunda sus pantalones de cuero y la chaqueta, recoge el casco y se sale fuera del castillo para dar un paseo nocturno a lo largo del Rin encima de su moto. Recuerda  la conversación que había tenido por la mañana con Marlene. Que Abby esté en su apartamento bulle por su mente de forma desagradable. Después de un buen rato de camino, llega hasta la calle donde está situado el apartamento y  aparca enfrente del edificio. Permanece oculta en las sombras  observando y esperando. 

Marlene y Abby empiezan a desvestirse dejando una cadena de ropa tirada por el suelo de la sala de estar hasta el dormitorio. Abby la está  besando a voluntad, cuando el sonido de mensajes de texto de Abby en su teléfono celular comienza a sonar. Ella lo coge y de pronto emite una queja.
- ¡Me tengo que ir!- Baja la cabeza con gesto de preocupación.
- ¿Qué pasa?- Marlene le pregunta tirando hacia atrás los mechones de pelo de Abby.
– Es el gestor de mi edificio, hay una fuga de agua y está cortada la luz. Tengo que ver si hay algún daño.-  Marlene se levanta de la cama.
- Házmelo saber, siempre puedes volver y pasar la noche aquí.- Ella se ofrece con una sonrisa.  
- Si tengo daños, voy a tener que quedarme para que puedan entrar, te veré mañana.- Se despide  rozando la mejilla con su dedo índice. 
- ¡Buenas noches!- Marlene la sigue hasta la sala de estar. 
- Me voy a la ducha. - Abby asiente mientras se pone la ropa de nuevo. Ella le lanza un beso recoge sus zapatos, la chaqueta y se va. 

Marlene deja que la frescura del agua cubra su cuerpo dolorido se lava el pelo permitiendo que el residuo del jabón caiga sobre su pecho. Sale y comienza a secarse cuando oye el timbre. Se envuelve en la toalla y se dirige a la puerta pensando que Abby ha olvidado algo. Marlene tira de su cabello hacia atrás por encima del hombro al abrir rápidamente la puerta.
- ¿Se te olvidó algo?- Pregunta y pone mirada de sorpresa al ver los ojos marrones que la encandilan.
- ¡Rebecca!- El corazón se acelera. - ¿Qué estás haciendo aquí?- Rebecca no puede hablar, mira la figura sensual ante ella. 
- ¡Yo! ¡uh!  Sólo esperaba que pudiéramos hablar.- Se expresa con timidez, tartamudea.
- Rebecca ahora no es un buen momento.- Marlene se queja.
- ¿Por qué, está Abby aquí?-  Le comenta con astucia.
Marlene empieza a empujar la puerta cerrando a Rebecca. Ella la detiene y abre otra vez quejándose.
- ¡Por favor Marlene! Yo sólo quiero hablar.-  Ella mira por el  apartamento.  
- ¿Está Abby aquí?- Le cuestiona nuevamente sabiendo muy bien que no es así.
- ¡Por favor, Rebecca! Se hace tarde y tengo un día  difícil mañana.- Rebecca ignora su petición y se acerca a ella.
- Rebecca ¿Podrías irte?- Marlene pregunta de nuevo tratando de llegar a la puerta. Rebecca no se mueve, le bloquea el camino. Marlene suspira y vuelve atrás, hacia el dormitorio. Rebecca  la sigue.    
- Disculpa, pero tengo que vestirme.- Rebecca llega a su brazo haciéndola girar y pegándose a su húmedo cuerpo. La cercanía es un estimulo. La mutua mirada entre ellas es intensa y Marlene comienza a respirar entrecortada contemplando los labios de Rebecca que clava sus ojos en los azules de su amada de cerca.
- ¿Ella te hace sentir bien?- Le susurra con voz suave.
- ¿Ella te acaricia de la misma manera que yo lo hacía?- Le vuelve a preguntar con dulzura.
- ¿Qué tratas de decir?- Marlene exclama. Las gotas de agua caen de su pelo hacia la mano de Rebecca. Su aliento también se hace corto y tenso. Le estorba la toalla que oculta el cuerpo desnudo de Marlene. Las manos de Rebecca se trasladan hasta el pliegue de la toalla por encima del pecho de Marlene. El bombeo del corazón de ambas se acelera y comienza a  aflojar la toalla.
- ¡Por favor, deja de…- Marlene suplica en un tono sensual sin dejar de mirar sus marrones y profundos ojos. Rebecca no responde también se ha hundido en los ojos azules de Marlene. La toalla cae al suelo exponiendo la figura mojada de su amor. Coloca sus manos en la cintura desnuda. Puede sentir los latidos que aumentan al acariciarla lentamente. Con la mirada tensa y excitada de las dos Marlene cierra los ojos al tiempo que suplica...
– ¡Bésame! – Expresa con ansiedad poniendo sus labios en los de ella. Hace ya un rato que se ha dejado llevar, su cuerpo caliente la conduce en sentido al deseo y a esa sensación de atracción que experimenta cuando está a su lado y extasiante  cuando ella le toca la piel con la punta de los dedos, enerva su epidermis. Marlene empieza a temblar por dentro y por fuera, dejando la boca completamente abierta para que Rebecca entre con toda la fuerza de su pasión.
- ¡Que  sabor tan delicioso amor mío!- Rebecca, susurra entre sus labios, Marlene gime.
- Por favor, deja de…- Implora Marlene pero dejándose llevar por ese beso que la cautiva
- ¡No!- Rebecca contesta ya cerca de caer en la cama y se desviste despacio, metódicamente, Marlene observa en silencio. Rebecca ahora desnuda se agacha y extiende las piernas de Marlene exponiendo el montículo mojado al que se ajusta  Rebecca empujando contra ella con una fuerza candorosa.
- ¡Por favor! Deja de…- Marlene grita arqueando la cabeza hacia atrás.
La lengua de Rebecca viaja toda la longitud del cuello de Marlene besando con placer. Marlene pasea sus dedos por el cabello de Rebecca de forma casi salvaje.
- ¡Te amo!- Cae el verbo de los labios de Rebecca. Su boca se abre paso hasta la división entre el pecho de Marlene besa los pezones erectos  y los acaricia. Las manos de Marlene encuentran los hombros de Rebecca empujándola hasta el inferior del abdomen. Rebecca juguetea en el ombligo mientras coloca sus dedos entre sus piernas y en su sexo en espera. Marlene gime con placer arqueando la parte inferior del cuerpo hasta llegar a la boca de Rebecca. Las olas de placer sexual  se reproducen en un orgasmo tan intenso como largamente deseado. Rebecca envuelve sus manos alrededor de las suaves curvas de la cintura tirando de ella aún más cerca, el efecto penetrante de su lengua la hizo gritar. Los ojos de Marlene, se cierran en éxtasis mientras jadea en busca de aire. Rebecca hace su camino de regreso hasta el cuello fijando las manos detrás de su cabeza, besa sus labios con pasión y se  detienen un instante.
Se miran la una a la otra en una esfera completa de éxtasis. - ¡Ámame! - Rebecca jadeaba y Marlene  rueda encima de ella. Marlene mira su pecho y lo acaricia con ternura,  coloca sus labios en ellos para besarlos a cámara lenta. Rebecca le acaricia el pelo. Hace también su camino hasta su  abdomen, tensa ella y la besa con pasión. 
- ¡Marlene! – Rebecca gime en voz baja mientras se agarra al cabecero de la cama con las manos. Marlene  la mira un instante antes de deslizarse sobre el montículo en un movimiento suave y contínuo que provoca en Rebecca una contracción de todo su cuerpo en una liberación completa.
Abrazadas una a la otra, pasan del amor apasionado a la merecida pausa. 
- ¡Rebecca! - Susurra Marlene. - ¡Shh! no quiero terminar este momento.- Ella sostiene cerca sus miradas. Marlene besa dulce el rostro de Rebecca jugando con un mechón de su pelo girando en su dedo índice.
- Yo sé que no quieres hablar, pero deberíamos.- Ella la levanta cerca de su cara.
- ¡Marlene!-  Suspira. 
- ¡Rebecca! Hey, acabamos de hacer algo que no debemos, es trampa.- Ella se hace sensible. Rebecca niega con la cabeza rodando hacia ella.  
-Te amo, yo no lo llamaría hacer trampa.- Comienza a acariciarle la mejilla con sus dedos
- ¿Es eso real, Rebecca?- Retira las sábanas, recoge la toalla y se cubre. Se pone en pié y la mira con gravedad.
- ¡Ahora Marlene!- Rebecca se arrulla guiñándole un ojo. - ¡Vuelve a la cama! - Marlene se cruza de brazos mirando al techo.
- No puedo ¿Podrías vestirte y marcharte?- Rebecca se levanta, se insinúa de nuevo pero Marlene no se inmuta.
- Si eso es lo que quieres.- Se viste despacio y la mira con una medio sonrisa.
- Está claro que tienes que averiguar algunas cosas.- Agrega mientras se pone su chaqueta de cuero.
Marlene no está habladora baja la cara a sus manos y se dirige a la puerta. Rebecca camina detrás de ella y la coge por la cintura. 
- ¡Te quiero!... ¡Buenas noches!- La besa en la frente, Marlene no dice nada. Se queda sola pensando, congelada por permitir que esto haya ocurrido, ha cedido ante Rebecca. Las lágrimas inundan su rostro, son demasiado reales  por ese encuentro sexual con Rebecca. No solo fue erótico y muy tierno, la ha llenado de gozo, un encantamiento de su amor por ella, pero al mismo tiempo se siente invadida por un sentimiento culpable.

Rebecca se sube a su moto y lentamente hace su camino de regreso al castillo. Puede saborear la dulzura persistente de Marlene en su aliento. Lo inhala conteniendo la respiración sin querer soltarlo. Todas las frustraciones reprimidas que tenía,  ya han llegado a su fruición. Ahora está más convencida que nunca de querer a su amor verdadero a su lado para siempre. El acto de amor que han protagonizado la ha reafirmado. "Marlene me ama". Se dice a si misma. Sus gestos, súplicas, complicidad y caricias han sido las pruebas mas dulces, lo han vivido como en el pasado. Era intensa la necesidad de volver a unirse en un acto sincero de amor en el que sobraban las palabras. Ahora sólo tiene que convencer a Marlene de que su amor es intenso y auténtico.

3 comentarios:

  1. Hola, estoy en espera del capitulo 23 me quede con tanta curiosidad por saber que pasara entre esta gran pareja que saben que se aman pero por errores cometidos tienen que separarse, no se si el relato sea continuación de la serie o no pero me encanta con la van llevando y me gustaría que si llega a retornar en la serie sea de esta manera. Saludos

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  3. Ufff sin palabras... Quiero q todp siga así de bien...

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