Una separación necesaria

Una separación necesaria

martes, 19 de julio de 2016

CAPITULO 10



                                                  -TODO EN ORDEN-

Jakob y Marlene se alejan del castillo en silencio.
- ¡Estás muy guapa hoy!- Jakob comienza a hablar. Marlene permanece en silencio buscando en su mente todo lo que había oído a Rebecca. Él gira hacia un pequeño parque que bordea el río. Salen del auto y pasean hasta encontrar un banco que está vacío. Jakob habla primero.    
- ¿Sabes? Cuando te conocí hace años, me dije a mí mismo lo afortunado que cualquier hombre sería al tener una mujer como tú a su lado.- Marlene escucha sus confesiones,  admira su honradez- Tuve esa esperanza cuando te mudaste a Los Ángeles, te quería, pero me pareció que tu corazón estaba roto por Tristán.- Marlene toca la manga de su chaqueta.
– Te lo puedo explicar.- Ella le habla con calma.
- ¡No Marlene!- Él suspira. - ¡Por favor! Déjame terminar lo que tengo que decir.- Ella asiente para dejarle continuar. 
- Cuando llegaste a Los Ángeles era evidente que habías estado sufriendo. Necesitabas tiempo para cerrar aquellas heridas. Nunca creí que Tristán fuera capaz de hacerte sufrir…, pero él se enamoró de ti y se rompió mi corazón.- Jakob se detiene aflojando la corbata. - Pensaba que si esperaba un tiempo, sentirías lo mismo por mí. Me cuestioné tus motivos cuando decidiste regresar a Dusseldorf.-  Él la mira  en busca de respuestas. Marlene sonríe entre dientes.
- ¡Es cierto! Tristán y yo éramos felices en esos días, tenía todo lo que una mujer podría desear.- Se detiene haciendo una pausa y continúa con confianza.  - ¡Por lo menos me lo imaginaba! Yo nunca tuve un amor verdadero, no tenía ni idea de que era eso. ¡Mira por dónde! Me enamoré de una mujer, Rebecca la hermana de Tristán. Sucedieron cosas yo me lo negaba y por más que peleaba, más profundamente caía, cuanto más ella se distanciaba de mí, más trataba llamar su atención.-  Jakob agarró un mechón de su pelo en la mano.  
- ¿Por qué no me lo dijiste?- Le pregunta con tristeza en su voz.
- ¡Quería Jakob! Muchas veces te lo podría haber dicho. Pero yo estaba en una actitud negativa por todas  las cosas tontas que nos separaron. Era un dolor horroroso, sólo quería olvidar, realmente necesitaba dejar de lado aquella relación.- Marlene le explica que se sentía entumecida. 
- Busqué cambiar de ambiente. En aquellos momentos necesitaba encontrar un sentido a mi vida, pero debía ser lejos de ella.-  Jakob lleva el pulgar y le enjuga una lágrima que había caído a la mejilla.
- Lo siento por ti Marlene.- Le dice con honestidad. 
- Eres un hombre maravilloso y estoy muy agradecida por todo y si sentías que te rechazaba, no era con intención, nunca pretendí hacerlo.- Jakob hace una respiración profunda.
- No pensé, ni por un minuto…,  por eso me quedé detrás de ti durante tanto tiempo, sabía que estabas sufriendo.- Ella le mira con una sonrisa.
– En realidad, entonces no me daba cuenta de que no sabía quién era. Había estado fingiendo ser otra persona, sin percatarme de ello.-  Marlene se explica relajada apoyando la espalda en el respaldo en el banco. - De alguna manera Rebecca me hizo ver quién era. La Rebecca, de la que me separé,  ya no era la que me había enamorado. Así que decidí vivir mi vida por mi cuenta, pero no pude olvidarla así como así, lo cierto es que nunca lo he podido hacer, la echo mucho de menos.- Jakob reflexiona en lo que está escuchando.
- Nunca he creído en el etiquetado a las personas, y nunca pensé que lo haría.- Tartamudea por un momento. - Creo que lo que estoy tratando de decir es que, en el pasado…- Marlene se pone la mano en el pecho.
- Nunca creerías que me fuera a enamorar de una mujer.- Ella sonríe al responder. Jakob  adopta una actitud más en serio mirándola a los ojos.
- ¿Qué vas a hacer? Dos años es mucho tiempo sin contacto. Es obvio que ella ha conocido a alguien más y sigue hacia adelante. No  puedes esperar a que deje caer lo que ya tiene para correr a tu lado. - Marlene escucha con atención su punto de vista.
- Es cierto, pero la sigo amando y tengo que saber por mí misma si podemos encontrar el camino de vuelta a lo que teníamos. Me han dicho muchas veces en mi vida que debo escuchar a mi corazón y he sido capaz finalmente de perdonar. Mis heridas se han curado, pero supongo que la pregunta es: ¿También ella me habrá perdonado?-  Explica con emoción. Jakob le pone el brazo alrededor de su hombro.
- Tienes mucho que pensar, no sólo en lo que se refiere a Rebecca, puede que termines perdiendo a la mujer que amas, resultarás herida. ¿Estarás preparada para en el otoño salir fuera?- Marlene empieza a racionalizar los pensamientos de Jakob.
- Nadie dijo que sería fácil, pero estoy enamorada. ¿Que me lastime? ¡Sí! Siempre hay esa posibilidad, pero el tiempo no ha borrado esa chispa que queda, tengo que correr ese riesgo.-  Expresa con franqueza. Jakob se levanta del banco y a su manera, amable, la coge de la mano y la lleva de vuelta al coche. Él la mira con cierta aprensión.
- Espero que hagas realidad tu sueño. Que logres ganar la gloria.- Abre la puerta y le da un beso en la mejilla. – Pero quiero que sepas que si cambias de opinión, que estaré allí. Sólo una llamada telefónica a distancia…- Ella sonríe sin decir palabra. Jakob la acompaña de nuevo al coche  y la deja en la puerta de su casa.

Rebecca está dormida en los brazos de Katherine, se da la vuelta al oír un leve gemido suyo, se encuentra acurrucada a su espalda. La cabeza le empieza a doler,  la tensión se le dispara al pensar que Marlene está en compañía de otra persona. Las lágrimas comienzan a caer de sus ojos como gotas de lluvia. Katherine vuelve a gemir y se coloca aún más cerca de ella. Ladea la cabeza hacia un lado y la escucha hablar en sueños. Esconde la cabeza en la almohada, las lágrimas todavía fluyen de sus ojos.  Solloza sin parar y se seca el rostro con la colcha que había agarrado con la mano. Rebecca se siente enferma solo de no poder dormir por culpa de Marlene. Trata de hacerlo, pero la persigue en  cada pensamiento. Las preguntas de Katherine pesan muy fuerte en su conciencia. 
Llega la mañana después de una noche en blanco. Katherine se levanta temprano. Se sienta en la cama y bosteza, se estira tirando de las sábanas y exponiendo el cuerpo desnudo de Rebecca. Se inclina y le besa suavemente la oreja. Coloca su brazo alrededor del hombro y el pecho, la atrae hacia sí rodando sobre su espalda, tiene los ojos hinchados y enrojecidos por la falta de sueño.
- ¿No has dormido bien?- Katherine pregunta espantada. Sale de la cama y  comienza a vestirse. Rebecca se frota los ojos y aclara algo la garganta.    
- ¿Te apetece un café para el desayuno?- Katherine negó con la cabeza.
- ¡No gracias! Tengo que recoger algo de camino a la buhardilla y hay mucho que hacer. Mi vuelo sale temprano esta tarde y ni siquiera he hecho el equipaje.- Rebecca sale de la cama y se pone la bata.  Abraza a Katherine.
- ¡Te echaré de menos!- Katherine sonrió.
- ¿Estás ignorando mi pregunta?- Rebecca frunce el ceño.
- ¿Qué pregunta?-  Ella responde en un susurro.  
- Está claro que no has dormido bien esta noche. Tu confesión sobre Marlene te ha hecho dar muchas vueltas en la cama.- Rebecca hace una mueca y traga saliva.
- ¡Por favor, Katherine! ¡No!- Katherine recoge su bolso.
Espero que me cuentes el resto. Hablaremos cuando vuelva.- La besa en la mejilla y abandona la estancia.

El ajetreo y el bullicio habitual de una mañana normal de Lunes en LCL llega como una consabida rutina. 
Marlene ha colocado algunas fotos de la familia en su escritorio y comienza a organizar su trabajo. Abre su bolso y saca una pequeña fotografía enmarcada de Rebecca, la frota con suavidad antes de colocarla dentro del cajón del escritorio. La puerta de su oficina de repente se abre y se sobresalta.
- ¡Kim!- Exclama con sorpresa. Kim extiende sus brazos con una sonrisa.
- Papá me dijo lo de tu nuevo trabajo. ¡Estoy encantada por ti! Llegué tarde anoche y no pude verte.- Se abrazan.
- ¿Cómo está París?- Pregunta Marlene. Kim se sienta frente al escritorio.  
- Hermoso, por supuesto y hay bastante donde elegir moda por allí. Director de Arte ¿Eh?- Marlene se ríe.
- ¿Puedes creerlo? Es una oportunidad para que yo use mis habilidades.- Kim frunce el ceño, se pone seria.
- ¿Y qué pasa con Rebecca?- Ella pregunta mientras coge una foto de su madre y se la coloca sobre el corazón. Marlene la mira.
- En este momento tengo que centrarme en este trabajo. Rebecca y yo hemos hablado y por lo menos estamos bien.- Marlene se acerca a Kim.             
- Katherine lo sabe.- Añade. Kim silba en voz alta.
- ¡Ok!  ¿Cómo fue?- Marlene no está segura de cómo responder.
- Bueno, ella se lo dijo después de la boda y no hemos hablado de ello. Sin embargo…-  Duda un momento.- Te agradecería que no digas nada a ninguna de las dos. No deben crearse problemas sensibles que no podamos controlar.- Kim deposita la imagen de nuevo sobre la mesa y se levanta de su silla.
- No veo cómo puedes tener enfrente a Katherine. Me refiero a que ella trabaja aquí.- Ya está preocupada por ello, que Kim se lo plantee le irrita.              
– Katherine, Rebecca y yo espero que podamos mantenerlo en lo profesional. No hemos podido hablar, ella está fuera de la oficina en este momento, su madre está  enferma.-  Kim se acerca a la puerta.
- Estoy segura de que ella tendrá preguntas que hacerte.- Le comenta con honestidad.- Debo acudir a la oficina de Tanja. Tengo que informarle de Paris.- Marlene cierra la puerta detrás de Kim, se inclina  contra  ella y resopla.

Rebecca examina algunas muestras de material de muchos colores, los diseños los compara con los bocetos que había reservado para Riga.
- ¡Rebecca!- Tanja es quien la llama. Ella intenta una sonrisa.  
- ¡Sí Tanja!-  Responde con una mirada contundente.  
- He hablado con Kim y he visto por encima su cartera las tendencias de París. ¿Has tenido la oportunidad de mirarlos?- Rebecca deja las muestras de material.   
– ¡No! Kim y yo no hemos tenido la oportunidad de vernos. Como se puede ver estoy ocupada preparando el pase para Riga.-  Señala los paquetes de material que tiene encima de su mesa.
- ¿Tienes una idea de cuánto tiempo va a estar ausente Katherine?- Tanja pregunta de nuevo.
- Asumo que cuando ella habló contigo te dijo que su madre estaba muy enferma y que probablemente no lo sepa.- Le comenta Rebecca encogiéndose de hombros.
- ¡Hmmm!  Debemos reunirnos con Marlene después del almuerzo. Quiero un tema para Riga preparado tan pronto como sea posible.  ¿Supongo que Katherine ha dejado instrucciones con respecto a su creación para Riga? Sugiero que te reúnas con los otros diseñadores y asistentes  hoy mismo, no quisiera decepcionar.-  Ordena actuar sin demora.
- ¡Mierda!- Blasfema Rebecca en voz baja. Coge el paquete de material y luego lo tira al suelo en un ataque de ira. Recoge su bolso y se va para hacer un almuerzo temprano.
Marlene pasa la tarde realizando un inventario de los accesorios de ropa en el almacén acompañada de una amplia gama de zapatos, cinturones, joyas y otros accesorios de moda. Se siente cómoda y positiva. Ella y Rebecca pueden trabajar un buen tema para Riga. Con el portapapeles y el lápiz comienza a tomar notas y a dibujar bocetos con algunas ideas sobre el papel y en la cabeza, sale del almacén. 
Rebecca estudia sus bocetos a lápiz y realiza algunos cambios de menor importancia. Su atención se centra en su trabajo.
- Veo que todavía hay mucha moda en tu mente.- Marlene comenta mientras está de pie delante de Rebecca en su puesto de trabajo.
- ¡Ah! Bueno.-  Mira hacia arriba y luego hacia abajo orientándose en su trabajo.
- Tanja me llamó por teléfono antes para hablarme sobre el tema Riga.- Marlene habla tratando de recuperar su atención.
- ¡Sí que hablamos antes de la comida!  Para ser sincera Marlene, Tanja se preocupa demasiado. Como puedes ver, estoy más que ocupada en este momento. No he hablado con los diseñadores y los asistentes todavía.- Rebecca contesta mientras tira y separa las muestras de tela.
- ¿Tal vez  podrías ver algunas de mis ideas antes de salir? Quiero decir que me podía quedar un rato esta tarde.-  Marlene explora con una voz suave.
- ¡No sé Marlene! Si Tanja te está presionando,  yo realmente no tengo tiempo para sus juegos.- Rebecca la mira con el ceño fruncido grave. Marlene sonríe y asiente levemente con la cabeza.
- ¡Ok! Entonces, voy a empezar a preparar algunas ideas.- Rebecca mira hacia ella.
- ¡Vale! Ahora, si no te importa, tengo mucho que hacer.- Marlene da media vuelta y se dirige a su despacho. Se sienta en su escritorio y enciende el ordenador.  Podía sentir la tensión que Rebecca irradiaba. La inquietud de su pasado lastra sus pensamientos con temores y preocupación hacia ella.
Rebecca echa un vistazo a su muñeca buscando la hora en el reloj de pulsera. Al momento levanta la vista y ve la luz en la oficina de Marlene brillando a través de las rendijas de las persianas. Se sienta apoyando la espalda dolorida y cerrando los ojos. Afloran sus pensamientos sobre la forma abrupta de como la trató. Sonríe y  abre los ojos, decide ir hacia su oficina. Recoge sus renovados bocetos y la cartera. Camina hacia la oficina de Marlene cuando el chico alto y rubio, que la había acompañado a la boda, sube las escaleras con un pequeño ramo de flores en la mano. Ella se detiene de repente y observa como él llama a la puerta y entra en su oficina. Rebecca siente el dolor de los celos en sus huesos.  
- ¡Maldita sea!- Blasfema. Regresa hacia su mesa.               
- ¡Rebecca!- Marlene llama su atención. Recompone el gesto antes de darse la vuelta con una sonrisa acercándose a ellos.
- ¡Hola!- Murmura. - En realidad, estaba  camino a tu oficina para revisar esas ideas, pero veo que tienes visita.- Rebecca percibe un nudo formándose en su garganta. Jakob se adelanta y le tiende la mano.
- Usted debe ser la Rebecca de la que Marlene me ha hablado tan bien.- Expresa de una manera caballerosa. - He oído muchas cosas buenas sobre ti.- Rebecca le estrechó la mano.
- ¡Oh! ¡Qué agradable!-  Sonríe con un poco de vergüenza. Marlene pone la mano en la solapa de su chaqueta.
- ¡Rebecca! Éste es Jakob Bailey.- Ella se introduce en el despacho. Conversan un rato.
- Fue un placer conocerte, pero tengo que coger un vuelo. Rebecca, ¡Encantado!- Comenta con amabilidad. - ¡Cuida de Marlene!-  Marlene lo mira con extrañeza, él le hace un guiño.
- Jakob ¡Espérame!-  Ella lo cogió por el brazo.
- Un placer conocerte.-  Rebecca se despide. Marlene y Jakob bajan las escaleras, Rebecca los observaba desde lo alto de la terraza hasta que se pierden de vista y regresa a su mesa. En realidad Jakob le ha causado angustia y desesperación. 
Marlene vuelve a subir las escaleras, se da cuenta de que la mayoría de los empleados ya han desaparecido. Es de noche las luces las apagaron y los ruidos habituales de las máquinas de coser están en silencio. Ella mira a su alrededor buscando a Rebecca, pero no encuentra ni rastro de ella. Entra en su oficina y comienza a cerrar cosas.  
- ¡Marlene!- La voz de Rebecca la sobresalta levanta la vista.
- No me di cuenta que me había ido tanto tiempo, volví a un edificio vacío.- Rebecca sonrió.
- Es tarde ya y estoy segura que después de las reuniones que hemos tenido vamos a disfrutar de  poco tiempo.- Se cruzó de brazos de pie en la puerta.
- ¡Ya veo! Supongo que querrás esperar hasta mañana para mirar esas ideas que se me han ocurrido.- Rebecca se acerca a su escritorio.  Marlene le dice que con mucho gusto le enseñará los diseños  y que puede realizar cambios. 
– Pero se está haciendo tarde.- Le dice poniéndose la chaqueta, apaga su computadora. – Me tengo que ir, papá y Biggi  estarán preguntándose donde estoy.- Rebecca la acompaña hasta la puerta.
-Te acompaño, acabo de coger mis cosas.-  Se detienen en la parte superior de las escaleras.- Jakob parece agradable. No me di cuenta que ustedes dos eran  pareja.- Insinúa Rebecca. Marlene se ríe entre dientes.  
- ¡Nooo! Somos buenos amigos. Él quería algo más, pero no es mi tipo.-  Ella le expresa con una mirada de sinceridad. Rebecca da un suspiro de alivio todo lo que su pecho abarca.
- Lo siento, supuse.- Marlene la detuvo.
- Está bien Rebecca.- Se dirigen al estacionamiento, se paran en el coche de Marlene. - Mañana va a ser un día muy ocupado, debemos empezar a trabajar en el examen del tema antes de que Tanja  encuentre  el camino de la guerra.-  Le comenta al entrar y cerrar la puerta del coche. Rebecca ríe en voz alta por el gesto y el  comentario, por un breve momento se siente relajada y desinhibida. Marlene pronto se aleja evitando prolongar la conversación. Rebecca se despide agitando la mano y Marlene contempla su figura en el espejo retrovisor hasta el desvanecimiento en la oscuridad.

Entra en el apartamento se quita la chaqueta la coloca con el bolso sobre la mesa.
- ¡Oh! ¡Hola Biggi!- Saluda.  Biggi sale de la cocina hacia la sala de estar.     
- ¿Largo día?- Le pregunta mientras se sienta en el sofá.
- ¡Sí!- Marlene se une a ella.       
- ¿Donde está todo el mundo?- Pregunta mirando a su alrededor.
-Tommy estaba un poco de mal humor esta tarde, así que le dejé temprano en la cama y tu padre no ha llegado a casa desde el trabajo, sin embargo. Si tienes hambre, te podría preparar algo.- Se ofrece  Biggi.
- ¡No!, no, ¡Gracias! Almorcé tarde y no tengo hambre.- Responde ella con una risa. A Biggi le parece distraída.
- ¡Biggi! He estado pensando. He vivido los últimos dos años por mí misma y estoy pensando en buscar un lugar propio, algo pequeño como tenía en Los Ángeles. Quizá un piso o un apartamento.- Biggi sonríe tocando con la mano en la parte superior de la rodilla de Marlene.
- ¡Marlene! Sabes que puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras. Entiendo que vivir sola y luego irse a vivir con una familia entera puede ser incómodo. No hay mucha privacidad.- Marlene sonríe.
- ¡Gracias! Lo sé. Pero cuando Emilio regrese de España en unas semanas, Kim va a querer la habitación del fondo, Tommy se encuentra ahora en una habitación para él.  Creo que es lo mejor.-  Biggi asintió con la cabeza.
-Tengo un amigo que es agente inmobiliario tal vez podría ayudar a localizar algo ¿Lo llamo?-  A Marlene le interesa.
- Eso sería genial  ¿Mañana?-  Biggi sonríe.                        – Mañana.-

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